30.8.06

Carta abierta a la patria

«Esta tierra sobre los ojos, este paño pegajoso, negro de estrellas impasibles, esta noche contínua, esta distancia. Te quiero, país, tirado abajo del mar, pez panza arriba, pobre sombra de país, lleno de vientos, de monumentos, de esperpentos, de orgullo sin objeto, sujeto de asaltos, estúpido curdela inofensivo puteando y sacudiendo banderitas, repartiendo escarapelas en la lluvia, salpicando de babas y estupor canchas de fútbol y ring sides. Pobres negros. Te estás quemando a fuego lento y donde el fuego, donde el que come los asados y tira los huesos, malandras, cajetillas, señores y cafishios, diputados, tilingas de apellido compuesto, gordas tejiendo a dos agujas, maestras normales, curas, escribanos, centrofowards livianos, Fangio solo, tenientes primeros, coroneles, generales, marinos, sanidad, carnavales, obispos, bagualas, chamamés, malambos, mambos, tangos, secretarías, subsecretarías, jefes, contrajefes, truco, contraflor al resto.
»Y qué carajo si la casita era un sueño, si lo mataron en pelea, si usted lo ve, lo prueba y se lo lleva, liquidación forzosa, se remata hasta lo último. Te quiero, país tirado a la vereda, caja de fósforos vacía.
»Te quiero, tacho de basura que se llevan sobre una cureña envuelto en una bandera que nos legó Belgrano, mientras las viejas lloran en el velorio, y anda el mate con su verde consuelo, lotería de pobre.
»En cada piso hay alguien que nació haciendo discurso para algún otro que nació para escucharlos y pelarse las manos. Pobres negros que untan las ganas de ser blancos, pobres blancos que viven en un carnaval de negros. Qué quiniela, hermanito, en Boedo, en Palermo y Barracas, en los puentes, afuera, en los ranchos que paran la mugre de la pampa, en las casas blanqueadas del silencio del Norte, en las chapas de zinc donde el frío se frota, en la Plaza de Mayo, donde ronda la muerte trajeada de mentira.
»Te quiero, país desnudo que sueña con un smoking, vicecampeón del mundo en cualquier cosa, en lo que salga: tercera posición, energía nuclear, justicialismo, vacas, tango, coraje, puño, viveza y elegancia. Tan triste en lo más hondo del grito, tan golpeado en lo mejor de la garufa, tan garifo a la hora de la autopsia.
»Pero te quiero, país de barro, y otros te quieren, y algo saldrá de este sentir. Hoy es distancia, fuga, no te metás, que vachaché, dale que va, paciencia. La tierra, entre los dedos, la basura en los ojos, es estar triste, ser argentino es estar lejos, y no decir mañana porque ya basta con ser flojo ahora.
»Tapándome la cara, me acuerdo de una estrella en pleno campo, me acuerdo de un amanecer de Puna, de Tilcara de tarde, de Paraná fragante, de Tupungato arisca, de un vuelo de flamencos quemando un horizonte de bañados.
»Te quiero país, pañuelo sucio, con sus calles cubiertas de carteles peronistas, te quiero sin esperanzas y sin perdón, sin vuelta y sin derecho, nada más que de lejos y amargado. Y de noche.»

Julio Cortázar

28.8.06

Entrevista al líder antiglobalización José Bové

Le Monde
¿Por qué declinó la invitación de Los Verdes a su universidad de verano que empezó el jueves 28 de agosto para debatir con Dominique Voynet, Nicolás Hulot y Corienne Lepage?
He decidido no ir a ninguna universidad de verano y dar prioridad al marco unitario de la alternativa antiliberal para el 2007 [elecciones presidenciales]. Todos los colectivos provinciales existentes deben encontrarse en Saint-Denis el 10 de septiembre. Además no tengo ganas de ser el director de un circo con un debate confuso en presencia de ciertas sensibilidades ecologistas que se definen como "apolíticas".
La señora Voynet cree que representa a "toda la gente con sensibilidad ecologista". ¿Usted no comparte esa ambición?
Dominique Voynet ha elegido convertir la temática ecologista en un subproducto del social-lliberalismo. Como mis amigos de la minoría de Los Verdes, pienso que la cuestión del medioambiente es tan central que no se puede contentar con un reajuste del sistema liberal y productivista.
¿La idea de una candidatura unitaria de la izquierda antiliberal no está a punto de dar un patinazo?
No, la dinámica existe en el terreno militante con más de 300 colectivos de base. Ahora hace falta acelerar el proceso. Y pedir a ciertas corrientes políticas, que forman parte del mismo, que clarifiquen su posición.
El PCF no se ha decidido entre su alianza con el PS, con el riesgo que supone de perder su alma y su organización, o la unidad de las fuerzas aniliberales, tal y como desea mayoritariamente su electorado. La LCR, a su vez, afirma tener abierta la puerta para la unidad pero mantiene la candidatura de Oliver Besancenot. Es el momento de dejar de jugar al ratón y al gato. ¿Quieren o no candidaturas unitarias, no sólo para las presidenciales, sino también para las elecciones posteriores?
Marie-George Buffet [PCF] y Olivier Besancenot estiman que sus respectivas candidaturas son legítimas. ¿Usted piensa que está en mejor posición?
Es evidente que un candidato unitario a las presidenciales, que busque agrupar a las diferentes corrientes políticas y también a sindicatos y asociaciones, no puede ser el portavoz de tal o cual partido. Lo que pasó el 29 de mayo de 2005 con la victoria del no en el referéndum lo ha demostrado: hay una nueva dato ciudadan que puede trastocar las ecuaciones electorales clásicas.
El reto está en encarnar en las urnas el movimiento contra la drecha antisocial y a favor de una verdadera alternativa antiliberal. Queda elegir el o la candidata que puede agrupar mejor. Yo estoy listo para asumir ese papel en una dinámica de victoria y no sólamente testimonial, desarrollando una campaña colectiva que rompa con la lógica de la personalización.
Pero si cualquier otra persona resulta elegida, eso no me plantearía ningún problema; participaré a su lado en la campaña.
A menudo se le reprocha que esté demasidado polarizado en la lucha contra los transgénicos o la comida basura ¿Tiene un programa?
¡Es verdad que treinta años de sindicalismo campesino forjan unos cimientos! Pero con la Confederation Paysanne fuimos los primeros en denunciar las lógicas de las deslocalizaciones en el modelo neoliberal. Y es evidente que no podremos ganar batallas contra la precariedad, el empleo o los servicios públicos sin cuestionar ciertos acuerdos internacionales.
Eso no es un programa presidencial con propuestas sobre el empleo, el salario mínimo, la fiscalidad...
El colectivo nacional para una candidatura unitaria trabaja por una plataforma electoral. Entre las medidas que se contemplan está el salario mínimo de 1.500 euros, de foma inmediata, y el cuestionamiento de las monstruosas diferencias retributivas mediante la supresión de las stock-options.
En cuanto al empleo, es imperativo instaurar un nuevo estatuto del asalariado que asegure una continuidad contractual entre los períodos de trabajo y de desempleo garantizando la remuneración y los derechos sociales. Esto debe acompañarse de un reforzamiento del control de los asalariados sobre la gestión de la empresa y del derecho de veto por parte de los sindicatos en las deslocalizaciones o las OPAs.
Finalmente, hay que regularizar a todos los 'sin papeles' facilitantdo un permiso de residencia de diez años. ¿Acaso hemos olvidado que Italia a reguralizado a 700.000 estranjeros en 2003 y España 600.000 en 2005 y ahora no podemos transigir hoy con 30.000 'sin papeles' que tienen a sus hijos escolarizados? ¡¡¡Es indigno!!
El secretario general del Partido Socialista, François Holande, acaba de criticar el peligro de la multiplicación de las candidaturas [a las presidenciales] en la izquierda.
Hace falta un debate entre la izquierda que quiere romper con la lógica económica liberal y la que, al final, sólo aspira a hacer algunos cambios; ente la izquierda 100% de izquierdas y la que mira de reojo al centro. Si conseguimos la unidad de los antiliberales, podemos crear otra correlación de fuerzas entre esas dos izquierdas. ¡¡Y ganar!! Comprendo que eso pueda inquietar al PS...

Traducción de Osebuil

23.8.06

Andre Breton: El Amor Loco

El Amor Surrealista al servicio de la Revolución Socialista

Fernando Buen Abad Domínguez
Rebelión/Fundación Federico Engels


A Patricia.

No he conocido a ningún hombre que tuviera mayor capacidad de amor, mayor poder de amar la grandeza de la vida, y no se entenderían sus odios si no fuera porque con ellos protegía la cualidad misma de su amor por la vida, por lo maravilloso de la vida. Breton amaba igual que late un corazón. Era el amante del amor en un mundo que cree en la prostitución. Ese es su signo.

Marcel Duchamp

(…) je n"ai pas connu d"homme qui ait une plus grande capacité d"amour. Un plus grand pouvoir d"aimer la grandeur de la vie et l"on ne comprend rien à ses haines, si l"on ne sait pas qu"il s"agissait pour lui de protéger la qualité même de son amour de la vie, du merveilleux de la vie. Breton aimait comme un cœur bat. Il était l"amant de l"amour dans un monde qui croit à la prostitution. C"est là son signe1.» M.D.

¿Hay lugar para el Amor Loco2 en el Socialismo? ¿Al cambiar la sociedad, cambiará (mejorará) también la forma y el contenido del amar? ¿Y, a esas horas, cuando las emociones anuncien tumultos de novedades qué Amor Loco renovado habremos de aprender a reconocer en nuestras pulsiones revolucionarias? A la Revolución Socialista le es indispensable la palabra “Amor”, su praxis, porque constituye una de las fuerzas más poderosas para ayudar reconciliar a la humanidad consigo misma. He aquí una de las contribuciones más provocativas e indispensables de André Breton a la lucha revolucionaria mundial: El problema del Amor. Cursis abstenerse. “Esta ciega aspiración a lo mejor bastaría para justificar el amor tal como yo lo concibo, el amor absoluto, como único principio de selección física y moral, que puede responder de la no vanidad del testimonio y de los pasos humanos”.
Este “amor” razonado aquí, con el Surrealismo por brújula, es un precipitado de pasiones, concreto y “maravilloso”, (sólo lo maravilloso es bello) cuya dialéctica enigmática de carne y espíritu ofrece poderes exquisitos para transformar al mundo. ¿Alguien lo ha olvidado? Si se aceptara, provisionalmente, una “definición” de “amor” (y para qué sirve definir eso, piensan algunos) hay que recurrir las fuentes esenciales de la vida con su magia, sentidos, unión, elección, sorpresa, desarrollo, juego, pérdida de controles, inquietudes, locuras, derroches, provocaciones, explosiones… dolores. Y lucha de clases. ¿Alguien lo olvidó?
Hay en este “Amor” de Breton también una tensión dialéctica, de duración desigual y combinada, entre una “racionalidad” no necesariamente formal y el vertedero mayor del Deseo. Ese que es un enigma magnífico no incognoscible. Ese que es conmoción en el inconsciente y que se hace conciente a fuerza de necesidades no poco placenteras e inexpugnables a las que, dicho sea de paso, debemos nuestra existencia en medidas mayores. Ese Amor Loco que es tensión emocional entre lo posible y lo real como irracionalidad dinámica del deseo con sus revueltas y revoluciones.
No hay Amor que no sea producción humana histórica y concreta con identidad irracional y de clase que devuelve a la realidad lecciones de historia verdaderamente reales al servicio del poder emocional de los seres humanos. Y eso, a veces, nos hace frágiles… vulnerables, y no pocos han aprendido a hacer negocio con eso. Breton vio claramente, no únicamente, esa relación doble entre fortaleza y debilidad que el amor prodiga. Eso que (despojado del idealismo platónico), es un “drama” y es poesía que puede ser fuente de solidaridades humanas únicas.
Hay una cierta omnipotencia relativa en el amor que el Surrealismo identificó como bandera para orientar a una civilización que, incluso por desamor, naufraga y que al mismo tiempo tiene en el Amor Loco claves auxiliares para su emancipación definitiva. Esa contradicción se expresa en el espectro emocional de la Revolución que contiene al Amor Loco como arma pasional de orden socialista. En tal sentido el amor es un poder agresivo, tiene poder transformador… saca de los seres humanos lo mejor de sí, su imaginación y deseo, que se conjugan para transformar al mundo con una fuerza dialéctica cuya eficacia proviene de su potencia creadora y del pleno ejercicio de diálogo enigmático entre amorosos en el pensamiento revolucionario: el amor en persona. “… porque el espíritu se las ingenia para convertir el objeto del amor en un ser único, cuando en muchos casos las condiciones sociales de vida enjuician implacablemente tal ilusión” Andre Breton
Bretón supo que Amar implica, a sabiendas o no, entender el sentido de la vida y a su historicidad. Comprender otras formas concretas de conciencia hacia otras formas de relación social y otros medios y modos de acción. Amar implica reconocer erupciones emocionales desconcertantes que son creaciones del deseo con que nos sorprende la vida y su poder innovador de movimientos de liberación profunda totalizante. En escala personal, de pareja y de comunidad.
Breton entendió que el Amor Loco es un precio que se paga por instruir proceso a la naturaleza de los sentidos, proceso Surrealista, que encuentra en el Deseo su plena luz de sinrazón objetiva ante la Historia del mundo y de las emociones todas. Amar es aceptar una cierta mirada que nace de lo increíble, no sin incertidumbres, para poner en efervescencia todos los jugos del cuerpo sin que se agoten en él mismo. Amar es una impaciencia del vértigo cuyas tempestades y conmociones sensibles transforma nuestras maneras avejentadas de ver y de ser. Tal como ocurre en los periodos pre-revolucionarios o revolucionarios plenos.
Amar, si es absolutamente genuino, implica por eso el movimiento profundo de una fermentación emocional candente que trae respuestas y preguntas bajo una sensibilidad que, esencialmente, ha engendrado su hermandad natural con la Revolución Socialista. Nadie que de verdad ame puede no desear que los demás vivan esa experiencia y eso significa amor de todos entre todos. Que no conocemos en las sociedades divididas en clases. Bretón entendió que la Revolución Socialista y el Amor Loco mantienen una alianza implacable de actualidades, actualizaciones mutuas, por la dialéctica misma de la historia y aún sobre los escombros históricos sucesivos de la dialéctica política y del Capitalismo agonizante.
El Amor Loco, con frecuencia sospechosa, ha sido reducido, perversamente, al imperio del olvido. La vulgarización se ha tomado la tarea de ridiculizar cualquier espacio donde el Amor ejerza sus influjos rebeldes y se le ha robado progresivamente su lugar como contribución, no única, al conjunto de las luchas fascinantes que la humanidad sostiene como signo de un relato que no admite repliegue. El Amor Loco es una objetividad nueva, una objetivación dialéctica de las luchas contra la derrota, la huída… se ha convertido en ley sensible capaz de modificar y predisponer las mejores expresiones humanas para ofrendarlas bajo los más estaños e inesperados precedentes afectivos. No existe territorio sensible que no se someta al reino del Amor Loco, no importa qué ilusión de libertad, o que irrisorio o extenuante resulte, el Amor Loco es una síntesis de tonalidades emocionales para luchar contra la liquidación del imaginario revolucionario. Ese es su fin práctico mejor y uno de nuestros saltos cualitativos predilectos, aunque el Capitalismo haga todo para tenerlo secuestrado y escondido bajo su lógica mercantil.
El único Amor sincero bajo el Capitalismo es el Amor Loco que en su programa incluye terminar con el Capitalismo. La práctica mercantil del amor, tal como se lo conoce bajo el Capitalismo, con todas sus variables y vicios incluso matrimoniales, tiende a obstruir el poder revolucionario del Amor. Niega su dialéctica y remata en circunvalación de calenturas que, a sí mismas, se propinan la muerte, sepultan el Deseo reduciéndolo a la oferta y la demanda. Degeneran todo principio de solidaridad humana, sea cual sea. Ni las mafias confían en ellas mismas. El Capitalismo es un cáncer del Amor, su negación, porque pone al uso el uso mismo del otro como bacinilla emocional… como paja funcional “de cuerpo presente”. El amor bajo el Capitalismo es un invasor alienante, una especie de vergüenza. El amor bajo el Capitalismo es un circo ególatra de turbulencias masturbatorias e inestabilidades afectivas; se hace pasar al Amor, que es la respiración misma del espíritu, por pajerismo de ocasión donde nada merece confianza, solidaridad, durabilidad, planeación… es, esa, una de las consecuencias de la cojedera “progre” que hace pasar por “libertad sexual” el encamamiento promiscuo, genitalizado y decadente, con que se enorgullece cierta pequeña burguesía de orgasmo fordista. Cojer mucho para vaciarse rápido…en todos los sentidos. Culto a lo efímero, culto a lo ambiguo, nada de compromiso, “palo y a la bolsa”, “si te vi no te conozco”... a menos que implique conseguir dinero, negocio. Claro. Miseria del amor burgués.
El Capitalismo es una fuente inagotable de desamor, odios y miedos. Sociedades en miseria, desgarradas, donde amarse duele, cuesta y confunde. Sociedades patíbulo de las mejores emociones amorosas, sociedades de prohibición, hipocresía y explotación… los afectos que se admiten son los afectos de la mercancía, los afectos por las mercancías. El postulado fundamental de la sociedad capitalista asocia la explotación con la alienación y eso con la narcotización de los sentimientos… el Capitalismo no admite el amor como fuerza revolucionaria y emancipadora sino como elixir para embrutecerse sabroso.
Pero una de las consecuencias más dolorosas de una sociedad quebrada en su fortaleza amorosa es que muchas de sus emociones se convierten en mercancías también. Es la negación de su fuerza amorosa, la separación y extrañamiento de una fuerza que siendo propia parece de otros. En tanto la humanidad sea sometida al desamor, tan descarnadamente como lo hace el Capitalismo se podrá ver cómo efectivamente, se encuentra negada no solamente la libertad del espíritu, el fulgor de los afectos solidarios, sino también toda otra forma de libertad.
Para hacer más dolorosa la alienación el Capitalismo quiebra toda fuerza emocional que no sea amor por el dinero… amor por el trabajo para que otros ganen mucho dinero. Para ser claros. Descomposición del cuerpo emocional bajo una lucha de clases que entraña la conciencia de que no debe haber afectos entre la clase proletaria porque puede ser peligroso... el más mínimo afecto amenaza con volverse fuerza solidaria y de ahí al amor por una humanidad emancipada hay saltos rápidos. ¿Qué es la alienación? es, concretamente el hecho de que los productos del trabajo han sido arrancados a los trabajadores, eso crea la desfiguración del trabajo, convertido en actividad ajena o extraña, el trabajo y su producto no se reconocen como uno y el mismo proceso, el trabajador oprimido termina además del robo de su trabajo cercenado de toda independencia política en las relaciones sociales, entre trabajadores, que han sido victimas de la degeneración de la conciencia en un sistema inclemente de embrutecimiento y represión. Desamor puro.
Salvadas las excepciones, la vida amorosa de una sociedad alienada es una miseria de afectos mezquinos y cariños tasajeados. Constituye una negación del Amor Loco. Es en este sentido que Marx habla de deshumanización, “En tanto que el hombre no sea reconocido como tal y, en consecuencia, no haya organizado el mundo humanamente, su naturaleza social no se manifestará sino bajo la forma de alienación, siendo su sujeto, el hombre, un ser extraño a sí mismo”3 . Para Bretón el Amor Loco es siempre un triunfo humano que debería, inclusive esgrimirse como una categoría del “materialismo dialéctico”, como condición primera y necesaria del fortalecimiento y des-alienación del espíritu. El Amor Loco es entonces un logro humano que se objetiva en su expresión más grande que es la Revolución Social y amarse locamente no adquiere sentido más que a la luz de su finalidad que es reproducir al Amor en todas sus escalas mejores. Es totalmente cierto que el Amor Loco es una fuerza indisoluble de la historia, de la sociedad y la lucha de clases. Una fuerza productora de emociones fundamentales para la Revolución toda.
Sólo una revolución social íntegra proporcionará a la humanidad los medios para emancipar sus fortalezas amatorias y organizar humanamente a la sociedad, entonces pasará a ser sujeto amante con voluntad y fuerza emocional para vencer la explotación. El Amor Loco, amor nuevo será esencia humana hasta tal punto que inclusive los adversarios sentirán la necesidad de imitarla y enriquecerla… no es una utopía, no será reconciliación de clase, será el triunfo dialéctico de una fuerza todavía desconocida en sus mejores expresiones. "De cualquier manera que se conciba la relación entre el desarrollo social y la liberación del individuo, todo revolucionario debería esforzarse por realizar, al menos en su propia conciencia, la síntesis entre su deseo de liberación social y su deseo de liberación espiritual” Las razones que llevan al Amor Loco a producir insurrecciones contra la explotación no pueden ser separadas de la indignación que produce en él el espectáculo de degradación, miseria y barbarie que ha creado el Capitalismo… por eso el revolucionario conciente no debe dividir al Deseo en su sentido más amplio, pretendiendo con ellos entenderlo, sino integrarlo en una praxis del Amor Loco, complejo y amplio, con dignidad alta, si realmente se quiere llegar al fondo del proceso revolucionario y terminar con toda alienación y toda miseria.
El Capitalismo se dedica a eclipsar al amor, a degenerarlo, a fetichizarlo y amenazarlo con miseria física y social, intolerancia religiosa, ideas convencionales y finalidades funcionalistas para reproducir y cuidar hijos, propiedad privada y relaciones utilitarias, egoístas y mercantiles. Bajo el Capitalismo, la fuerza brutal de las normas, los dogmas logran alienar al amor con miseria humana física, social o espiritual. El amor termina siendo una ilusión más, un inalcanzable, un territorio de telenovelas y películas, un algo irrealizable y ridículo en manos de los pobres.
La sensación precisa que cada persona imprime al Amor Loco ayuda a los cuerpos enamorados al anudarse. Nada hay en eso de fugaz porque radica en un sueño largo que la especie humana cultiva obsesivamente como un recuerdo del futuro invisible para quien no sabe ir, o no quiere ir a esa búsqueda. Una especie de canto del inconsciente se presiente, es un entendimiento adelantado y asombroso de pasiones amorosas renovadoras de todas las energías vitales, bajo una forma de lucidez amorosa. El amor sabe descifrar los signos del cuerpo y no puede operar sin los sentidos. Sensaciones profundas con ideas profundas. No existe en ese plano la separación entre lo racional y lo sensorial. Se trata de una razón superada enriquecida más sensible, atenta a las sinrazones al caer bajo los poderes absolutos del amor bajo una tormenta que trastorna el ojo del ciclón y la vida se vuelve “convulsiva”, fascina, encarnación de la belleza absoluta. Una revelación.
El Amor Loco arrolla los sentidos, se embriaga con ellos una razón que no existe en la lógica burguesa. El Amor Loco ha de convertirse en fundamento de la especie humana que luchará para fundarse cada día, a cada momento, libre de la degeneración burguesa. El Amor Loco tiene carácter biológico cada vez más profundo en la filosofía, la poesía… es una re-afirmación de la vida bajo una afirmación dinámica de los sentidos. Es un ímpetu revolucionario que emerge de entre los gestos de quienes se aman, que son ellos mismos, esos filtros mágicos del azar en un abrir y cerrar de ojos. El Amor Loco es siempre una inauguración. Pasea al interior del ser amado para exaltarse porque hace del otro un eje de toda acción. Chispazo creador que nos confiere la conjunción del fuego bajo el agua. “En nada me he esforzado tanto como en mostrar qué precauciones y que ardides el deseo , ala búsqueda de su objeto, arbitra para navegar en las aguas pre-conscientes y, una vez descubierto dicho objeto, de qué medios, pasmosos hasta nueva orden, dispone para darlo a conocer mediante la conciencia” Andre Breton
La humanidad será dueña de sí el día en que también el Amor Loco ayude a comunicar anticipadamente sus actos Revolucionarios. Ese día existe. Todo Amor Loco comporta conjuntos de hechos torbellino que remontan lo desgarrado porque su interrogación vale la pena… tarde o temprano. Con el Amor Loco los principios lógicos saldrán al encuentro de una humanidad dueña también de sus poderes de azar objetivo que mutarán en Amor renovado con letras fosforescentes… las letras del deseo des-alienado.
No habrá Amor Loco a la ligera, sólo es preciso saber orientarse con un programa Socialista, para que construir entre todos una manera nueva de Amor como conquista revolucionaria del Deseo. ¿Cómo no anhelar que surja voluntariamente la revolución con todos nuestros amores más prodigiosos? El Amor Loco romperá toda desemejanza que existe entre el objeto deseado y el hallazgo. Al Amor Loco le es dado reconocer el precipitado maravilloso del placer para que se haga social y poderoso a la hora de transformar el mundo, devolvérnoslo sin la opacidad de lo alienante y descubrir en él poderes proporcionales a las necesidades más urgentes del espíritu. El Amor Loco, con la magnificencia de la vida, rehará su significación en todas las facetas exteriores e interiores de los seres humanos, de la manera más categórica y constante, tanto estética como moralmente; revolucionará la belleza humana y la creación, la acción espontánea, en la medida misma en que será su expresión predilecta. El Amor Loco abrirá las ventanas a lo maravilloso desconocido. El Amor Loco no servirá a otra cosa que no sea reanimar las llamas de la hoguera revolucionaria, único amor, individual y colectivo, de un ser social que de sí y sobre sí impulsa al Amor con él y hacia él dialécticamente. Lo quiso Breton así, para su hija también: “Deseo que seas amada locamente”4. Deseemos eso también para la humanidad toda, esta vez socialista.
- - - O - - -
1 Entretien avec André Parinaud, Arts, 5 octobre - 11 octobre 1966.
2 El Amor Loco: L´Amour Fou, André Breton, Librairie Gallimard, Paris Francia. 1937. Editorial Joaquín Mortiz , Primera edicón en Español 1967 México. Es una de las obras fundamentales del surrealismo.
3 http://www.articulos-boletinto.blogspot.com/
4 Breton, André, El amor loco, Joaquín Mortiz, México, 1967.

22.8.06

Inmigrantes españoles detenidos en Venezuela


Autor: Tomás Bárbulo
Publicado en el diario: El Pais 16 de julio de 2001


El viaje del velero 'La Elvira', que zarpó de Las Palmas en 1949, muestra las similitudes entre la emigración española de hace medio siglo y la que ahora llega a nuestras costas
Un velero destartalado ha llegado a la costa con 106 inmigrantes irregulares a bordo. Los sin papeles detenidos, entre los que había diez mujeres y una niña de cuatro años, se hallaban en condiciones lamentables: famélicos, sucios y con las ropas hechas jirones. La bodega del barco, que sólo mide 19 metros de eslora, parecía un vomitorio y despedía un hedor insoportable.
Ésta podría ser una historia de hoy. Pero la noticia se produjo el 25 de mayo de 1949, los emigrantes eran españoles y el puerto al que habían arribado, venezolano. El suceso fue publicado en la primera página del diario Agencia Comercial. Aquella portada se ha convertido en mil carteles editados por el Gobierno de Canarias con la leyenda 'Nosotros también fuimos extranjeros'. El consejero de Empleo y Asuntos Sociales del Ejecutivo autónomo, Marcial Morales, espera que sirvan para ayudar a comprender el fenómeno de la inmigración irregular que ahora llega a nuestras playas.
Cuando aquellas 106 personas desembarcaron en Latianoamérica, España estaba hundida en la miseria y machacada por la represión franquista, mientras que Venezuela era una nación emergente. Aunque la diferencia entre ambos estados era menor de la que hoy existe, por ejemplo, entre Nigeria y nuestro país, los españoles experimentaban el mismo efecto salida que empuja a los inmigrantes subsaharianos que llegan a las islas.
La historia comenzó el Sábado de Gloria de 1949. Un centenar de personas se deslizaron por el muelle de Las Palmas y embarcaron en varias falúas. La mayoría eran campesinos de Gran Canaria que ganaban 20 pesetas por trabajar de sol a sol y que habían tenido que vender sus cabras para pagar las 4.000 pesetas del billete, una pequeña fortuna para la época. En el pasaje también había 15 tinerfeños, 10 palmeros, cinco cubanos hijos de isleños y 15 peninsulares de Murcia, Madrid, Almería, León, Ourense, Asturias, Cuenca, Cádiz, Navarra y Baleares, un canario nacido en Filadelfia (EE UU) y una española venida al mundo en Auxerre (Francia).
Durante varios días habían permanecido ocultos en casas particulares. Juan Azcona, uno de los organizadores del viaje, ha declarado que alojó en su vivienda a más de 20. Si le hubieran aplicado la actual Ley de Extranjería habría pasado una buena temporada a la sombra por tráfico de personas. De ese mismo delito habría podido ser acusado Ramón Redondo, que un mes antes había pagado 250.000 pesetas por una goleta llamada La Elvira, que durante 96 años había sido dedicada a la pesca en las costas de África. Redondo pensaba amortizar la compra con el precio de los pasajes y con la venta del lastre de sal que llevaba el barco.
Las falúas pusieron proa hacia la península de Jandía, al sur de Fuerteventura, donde les esperaba La Elvira. Los pasajeros acababan de abordarla cuando oyeron dos tiros y vieron acercarse vertiginosamente la lucecita verde de una patrullera. Huían con todas las velas desplegadas, pero la lancha ganaba terreno. '¡Deténganse en nombre de España!', ordenó la Guardia Civil por el altavoz. Los agentes se colocaron en paralelo a la goleta: '¡Entréguense!', volvieron a ordenar. '¡Que se entregue tu madre!', les respondió una voz en la oscuridad. Un golpe de viento feliz lanzó al velero hasta aguas internacionales.
La Elvira tardó 36 días en cruzar el Atlántico, empujada por los alisios. Durante ese tiempo sus pasajeros se alimentaron de patatas podridas, garbanzos con gorgojos y gofio picado. El agua estaba racionada.
Gonzalo Morales, que escribió un libro sobre la historia, Fugados en velero, cuenta que pasaban casi todo el día en la bodega, donde sólo cabían tumbados y apretados como sardinas en lata. 'No podíamos ni darnos la vuelta', ha declarado Paco Azcona. Hacían sus necesidades tras unos tablones. Vomitaban unos sobre otros y pronto se llenaron de piojos. El ácido de los vómitos y el salitre del mar desgastaron sus ropas, que se convirtieron en harapos. Con aquellos jirones, las mujeres hicieron compresas cuando se les presentó la regla. La Elvira hedía como una cloaca.
Antonio Domínguez, apodado El Puro por su afición al tabaco, era el capitán costero encargado de sacar el barco de las islas. Luego debía pasarle el mando a Antonio Cruz Elórtegui, capitán de altura. Pero Elórtegui había mentido: 'Soy un perseguido político vasco. No tengo dinero y presentarme como capitán era la única forma de embarcar', confesó. Intentaron lincharlo, pero el armador, el costero y los cinco marineros lo evitaron. 'Tenemos que volver a Canarias', anunció El Puro al ver que carecían de capitán. Pero un pasajero llamado Regino Camacho, que antes de la guerra civil había sido acusado de asesinato, armó un motín y, pistola en mano, le persuadió de que se hiciera cargo de la nave. No era Camacho el único homicida que viajaba en el barco, ni el suyo el único revólver a bordo. Al final de la travesía las autoridades venezolanas intervinieron tres armas de fuego en La Elvira.
El Puro navegó contra la salida del sol. Sólo se auxiliaba con el cronómetro de Ramón Redondo, el armador, que le permitía calcular cómo se reducía la diferencia horaria entre Canarias y Venezuela. En el medio del Atlántico un huracán rompió el timón y estuvo a punto de enviarlos a pique. Al amanecer del 22 de mayo, tras 36 días de viaje, alcanzaron el puerto de Carúpano, en Venezuela.
Antes de fallecer, Ramón Redondo, el armador, dejó escrito el final de la aventura: 'Fuimos remolcados hasta La Guaira por una lancha de la Guardia Nacional. Las autoridades nos reseñaron como inmigrantes voluntarios. Luego nos trasladaron hasta un centro de inmigración de Caracas. De ahí nos llevaron al estado de Yaracuy, a un central azucarero llamado Matilde, donde estuvimos limpiando surcos y abonando los cañaverales. Después de un mes viajé en autobús hasta Caracas, donde viví en una pensión y limpié coches por la noche. Me enteré de que habían trasladado La Elvira hasta Puerto Cabello. Allí me fui. Unos pescadores me acercaron hasta ella y me dejaron solo. Lo encontré todo tan desmantelado que me dieron ganas de llorar. Subí por las jarcias hasta lo alto del mástil y rescaté la bandera española que habían hecho las mujeres con trozos de tela (...). Regresé a Caracas y, después de muchos contratiempos, organicé mi vida, me casé con Aura Vera y tuve cuatro hijos'.
El año pasado, Ramón Redondo quiso volver a Tenerife con su familia. Llegó herido de muerte. No había tenido tiempo de poner su documentación en regla, y lo rechazaban en el hospital. Falleció en febrero. La Administración ha informado a su esposa de que, dado que no convivieron un año en España, no tiene derecho a la pensión de viudedad. '¡Pero si llevamos casados 52 años!', ha protestado ella. Le han respondido que la ley protege al Estado de los matrimonios de conveniencia.

21.8.06

Si el Che viviera

Soy tu jefe de batallón y especulo con tesis traicioneras
entre el drama y la quimera.
Conciliábulo del poder, me reúno con jefes de galera.
Ay mi amor, si el Che viviera.

Si el Che viviera, fuera, fuera
un arquetipo de ese tipo,
que alimenta la leyenda.
Fuera, fuera un coronel o un general
con discurso de fuerte reprimenda.
Fuera, fuera un paradigma, una coraza, un corazón.
Si el Che viviera.

Si el Che viviera fuera, fuera
un centurión y sus centurias
combatirían con furia
adentro, afuera, furia, fuera.
Yo Sancho Panza. El Che Quijote.
Tú molino, ellos política en salmuera.
Fuera, fuera un redentor y fuera de aquí desazón.
Si el Che viviera.

Entrevisto a mi corazón
y lo dejo en penumbras duraderas.
Si el Che Guevara viviera.

Si el Che viviera, fuera, fuera
un ornamento sin talento,
un represor del sentimiento.
Alguna escoria que viviendo de su historia
inmoviliza las ideas, no te creas.
Fuera, fuera, y no quisiera ser como él.
Si el Che viviera.

Si el Che viviera fuera, fuera,
un amasijo desprolijo
que no refrendó nunca aquello que dijo.
Fuera, fuera un ortodoxo, muera un dinosaurio.
Fuera condición sine qua non y no te pierdas
y entre tanta mierda afuera, ya no fuera
San Ernesto de la Izquierda.

Soy tu jefe de batallón
y me pierdo en los mapas de La Higuera.
Si el Che Guevara viviera.

Si el Che viviera.

16.8.06

Salvavidas de plomo

Eduardo Galeano
IPS
Nuestros países se modernizan. Ahora el discurso oficial manda honrar la deuda (aunque sea deshonrosa), atraer inversiones (aunque sean indignas) y entrar al mundo (aunque sea por la puerta de servicio).
¿Nos seguimos creyendo los cuentos de siempre?
América Latina nació para obedecer al mercado mundial, cuando todavía el mercado mundial no se llamaba así, y mal que bien seguimos atados al deber de obediencia.
Esta triste rutina de los siglos empezó con el oro y la plata y siguió con el azúcar, el tabaco, el guano, el salitre, el cobre, el estaño, el caucho, el cacao, la banana, el café, el petróleo ¿Qué nos dejaron esos esplendores? Nos dejaron sin herencia ni querencia. Jardines convertidos en desiertos, campos abandonados, montañas agujereadas, aguas podridas, largas caravanas de infelices condenados a la muerte temprana, vacíos palacios donde deambulan los fantasmas.
Ahora es el turno de la soja transgénica y de la celulosa. Y otra vez se repite la historia de las glorias fugaces, que al son de sus trompetas nos anuncian desdichas largas.
***
¿Será mudo el pasado?
Nos negamos a escuchar las voces que nos advierten: los sueños del mercado mundial son las pesadillas de los países que a sus caprichos se someten. Seguimos aplaudiendo el secuestro de los bienes naturales que Dios, o el diablo, nos ha dado, y así trabajamos por nuestra propia perdición y contribuimos al exterminio de la poca naturaleza que queda en este mundo.
Argentina, Brasil y otros países latinoamericanos están viviendo la fiebre de la soja transgénica. Precios tentadores, rendimientos multiplicados. Argentina es, desde hace tiempo, el segundo productor mundial de transgénicos, después de Estados Unidos. En Brasil, el gobierno de Lula ejecutó una de esas piruetas que flaco favor hacen a la democracia y dijo sí a la soja transgénica, aunque su partido había dicho no durante toda la campaña electoral.
Esto es pan para hoy y hambre para mañana, como denuncian algunos sindicatos rurales y organizaciones ecologistas. Pero ya se sabe que los paisanos ignorantes se niegan a entender las ventajas del pasto de plástico y de la vaca a motor, y que los ecologistas son unos aguafiestas que siempre escupen el asado.
***
Los abogados de los transgénicos afirman que no está probado que perjudiquen la salud humana. En todo caso, tampoco está probado que no la perjudiquen. Y si tan inofensivos son, ¿por qué los fabricantes de soja transgénica se niegan a aclarar, en los envases, que venden lo que venden? ¿O acaso la etiqueta de soja transgénica no sería la mejor publicidad?
Y sí que hay evidencias de que estas invenciones del doctor Frankenstein dañan la salud del suelo y reducen la soberanía nacional.
¿Exportamos soja o exportamos suelo? ¿Y acaso no quedamos atrapados en las jaulas de Monsanto y otras grandes empresas de cuyas semillas, herbicidas y pesticidas pasamos a depender?
Tierras que producían de todo para el mercado local, ahora se consagran a un solo producto para la demanda extranjera. Me desarrollo hacia fuera, y del adentro me olvido. El monocultivo es una prisión, siempre lo fue, y ahora, con los transgénicos, mucho más. La diversidad, en cambio, libera. La independencia se reduce al himno y a la bandera si no se asienta en la soberanía alimentaria. La autodeterminación empieza por la boca. Sólo la diversidad productiva puede defendernos de los súbitos derrumbamientos de precios que son costumbre, mortífera costumbre, del mercado mundial.
Las inmensas extensiones destinadas a la soja transgénica están arrasando los bosques nativos y expulsando a los campesinos pobres.
Pocos brazos ocupan estas explotaciones altamente mecanizadas, que en cambio exterminan los plantíos pequeños y las huertas familiares con los venenos que fumigan. Se multiplica el éxodo rural a las grandes ciudades, donde se supone que los expulsados van a consumir, si los acompaña la suerte, lo que antes producían. Es la agraria reforma: la reforma agraria al revés.
***
La celulosa también se ha puesto de moda, en varios países.
Uruguay, sin ir más lejos, está queriendo convertirse en un centro mundial de producción de celulosa para abastecer de materia prima barata a lejanas fábricas de papel.
Se trata de monocultivos de exportación, en la más pura tradición colonial: inmensas plantaciones artificiales que dicen ser bosques y se convierten en celulosa en un proceso industrial que arroja desechos químicos a los ríos y hace irrespirable el aire.
Aquí empezaron siendo dos plantas enormes, una de las cuales ya está a medio construir. Luego se incorporó otro proyecto, y se habla de otro y de otro más, mientras más y más hectáreas se están destinando a la fabricación de eucaliptos en serie. Las grandes empresas internacionales nos han descubierto en el mapa y se han brotado de súbito amor por este Uruguay donde no hay tecnología capaz de controlarlas, el Estado les otorga subsidios y les evita impuestos, los salarios son raquíticos y los árboles brotan en un santiamén.
Todo indica que nuestro país chiquito no podrá soportar el asfixiante abrazo de estos grandotes. Como suele ocurrir, las bendiciones de la naturaleza se convierten en maldiciones de la historia. Nuestros eucaliptos crecen 10 veces más rápido que los de Finlandia, y esto se traduce así: las plantaciones industriales serán 10 veces más devastadoras. Al ritmo de explotación previsto, buena parte del territorio nacional será exprimido hasta la última gota de agua. Los gigantes sedientos nos van a secar el suelo y el subsuelo.
Trágica paradoja: éste ha sido el único lugar del mundo donde se sometió a plebiscito la propiedad del agua. Por abrumadora mayoría, los uruguayos decidimos, en el año 2004, que el agua sería de propiedad pública. ¿No habrá manera de evitar este secuestro de la voluntad popular?
***
La celulosa, hay que reconocerlo, se ha convertido en algo así como una causa patriótica, y la defensa de la naturaleza no despierta entusiasmo. Y peor: en nuestro país, enfermo de celulitis, algunas palabras que no eran malas palabras, como ecologista y ambientalista, se están convirtiendo en insultos que crucifican a los enemigos del progreso y a los saboteadores del trabajo.
Se celebra la desgracia como si fuera una buena noticia. Más vale morir de contaminación que morir de hambre: muchos desocupados creen que no hay más remedio que elegir entre dos calamidades, y los vendedores de ilusiones desembarcan ofreciendo miles y miles de empleos. Pero una cosa es la publicidad, y otra la realidad. El MST, el movimiento de campesinos sin tierra, ha difundido datos elocuentes, que no sólo valen para Brasil: la celulosa genera un empleo cada 185 hectáreas y la agricultura familiar crea cinco empleos por cada 10 hectáreas.
Las empresas prometen lo mejor. Trabajo a raudales, millonarias inversiones, estrictos controles, aire puro, agua limpia, tierra intacta. Y uno se pregunta: ¿por qué no instalan estas maravillas en Punta del Este, para mejorar la calidad de vida y estimular el turismo en nuestro principal balneario?
Eduardo Galeano, escritor y periodista uruguayo, autor de "Las venas abiertas de América Latina" y "Memorias del fuego".

10.8.06

Bertold Brecht: teatro épico para la revolución

Agencias/Rebelión
Cincuenta años después de su muerte, no han perdido vigencia ni la fuerza expresiva de su innovadora síntesis de las artes escénicas ni la carga crítica de su compromiso social.
“Soy un autor dramático. Muestro lo que he visto. Y he visto mercados de hombres donde se comercia con el hombre. Esto es lo que yo, autor dramático, muestro”. Bertolt Brecht
Cuando Bertolt Brecht comenzó a escribir (su primera obra, “Baal”, es de 1918), el ámbito de las artes estaba en pleno proceso de revolución. Por ejemplo, la pintura había roto con la tradición y con el impresionismo hacia 1870; la poesía, con el simbolismo y el modernismo por esas mismas fechas; el teatro, con Ubu Rey, de Alfred Jarry (1896) y su famosa e impactante palabra inicial: “Mierda”.
Se trataba de un proceso de ruptura con el arte naturalista y burgués del siglo XIX, una apertura de caminos de libertad para los artistas. Desde entonces, nada fue como había sido antes. El tiempo ha ido decantando esas aguas revueltas y separando el grano de la paja. Unos han sido olvidados y otros perduran, pero todos aportaron algo a la renovación de las artes.
Entre los nombres que perviven está el de Bertolt Brecht, que dejó una extensa obra teatral que no ha perdido vigencia a pesar de los cincuenta años transcurridos desde su muerte. Además de dramaturgo, fue poeta, novelista y ensayista.
Nacido en Augsburgo (Alemania), el 10 de febrero de 1898, su biografía responde a los atormentados cincuenta primeros años del siglo XX. Hijo de una familia pudiente, dijo de su clase social: “Pero cuando crecí y miré a mi alrededor/ No me gustaron las gentes de mi clase/ No me gustó el ordenar ni el ser servido/ Así que abandoné a mi clase para unirme/ a las gentes sencillas”.
El día 14 de agosto de 1956 falleció Bertolt Brecht. 50 años después, numerosos eventos muestran la actualidad de su obra por toda Alemania.La relación entre Bertolt Brecht y su conservador pueblo natal en Baviera era bastante tensa. Durante muchos años, Augsburgo no hizo mucho por recordar la obra de este hijo rebelde. Pero el tiempo lo cura todo. A punto de cumplirse el 50 aniversario de la muerte del dramaturgo, la obra de Brecht se podrá contemplar en cualquier escenario.Profeta en AugsburgoCon motivo del aniversario, la ciudad bávara organiza un festival dedicado en exclusiva al autor. El Augsburgo Brecht Connected (ABC) Festival 2006 incluirá un amplio programa de la más variada índole para recordar la obra del artista.Bajo el nombre de '¡Qué noches éstas! ¡Azul profundo llenas de música!', se presentarán conciertos de canto y música instrumental, acompañados de lecturas y recitales de poesía. En la apertura, el antiguo director de la editora Surkamp, Rainer Weiss, leerá algunos extractos de la correspondencia entre Brecht y su editor. Dedicada a sus publicaciones, la exposición 'Brecht y el arte de la ilustración y los grabados' exhibe 500 objetos como grabados, caricaturas célebres y valiosas primeras ediciones.La ópera de los tres céntimosComo punto cumbre del aniversario se espera un nuevo montaje de la 'Opera de los tres céntimos' en Berlín. El nuevo concepto de la obra está dirigido por el actor austriaco Klaus Maria Brandauer (Mephisto), que debuta en esta ocasión como director teatral.La obra ya fue representada en otros escenarios, como en Austria o en Broadway, y reafirma la actualidad de este musical dialéctico de 1928. Campino, cantante de Punk Rock con su grupo 'Die Toten Hosen', será el malo de la obra en el montaje de Berlín representando el papel de Mackies Messer.El estreno, planeado para el 11 de agosto, se combinará además con la reapertura de un teatro de revista de 1920, el Admiralpalast, que está siendo reformado para la ocasión.Maratón de teatro en BerlínTambién el teatro contemporáneo Berliner Ensemble abrirá sus puertas para el Festival Brecht con una dedicación plena al autor alemán. Entre el 12 de agosto y el 3 de septiembre, el teatro creado por el dramaturgo en 1949 presentará películas, conciertos, lecturas de sus seguidores y un verdadero maratón de eventos brechtianos.Desde 'En la selva de las ciudades' hasta 'Santa Juana de los mataderos', pasando por Madre Coraje y sus hijos' o 'La irresistible ascensión de Arturo Uli', varias compañías teatrales acudirán para honrar al autor a Berlín desde países como Francia, España o incluso Japón.Ultima estación: BunkowLa ruta del dramaturgo quedará completada en última estación de retiro, la localidad de Buckow en el estado de Brandenburgo. La residencia Brecht Weigel, actual centro literario donde el autor vivió a partir de 1952, será otra de las visitas obligadas en el cincuentenario de la muerte de Brecht.El 11 de agosto se abrirá la exposición 'Cambiando de país más que de zapatos' sobre los lugares de residencia de Bertolt Brecht. Además se estrenará un ciclo de canciones 'Buckower Elegien', del compositor berlinés Peter Gotthardt sobre textos del autor alemán. Una nueva versión de la película 'In der Frühe sind die Tannen Kupfern', sobre su vida en la residencia de Buckow, se presentará en el marco del 9° Verano literario de la residencia Brecht Weigel.En definitiva, toda Alemania se vuelca en celebraciones para homenajear a su autor más universal del pasado siglo, que sigue marcando a las generaciones actuales.

9.8.06

Ana Frank murió en Beirut



«Me es absolutamente imposible construir cualquier cosa con base en la muerte, la desgracia y la confusión (...)»

Altercom* José Steinsleger*
En la cabeza de varios misiles del ejército de Israel, un par de niñas pintan la frase "con amor, para los niños árabes". La secuencia fotográfica muestra a un bebé libanés sepultado entre escombros y a una niña libanesa que parece descansar en un prado. Tiene los ojos abiertos, pero está muerta. Posando ante una bandera de la Organización de Naciones Unidas (sic, ONU), un hombre levanta su cuerpecito exangüe. La mata de cabellos cae de la cabeza colgante.

De Tel Aviv...
Las niñas judías son hermosas. Una guarda notable parecido con mi hija a su edad. Cuando mi hija tenía su edad, el ejército judío en el sur del Líbano dio luz verde a la masacre ejecutada por las milicias cristianas libanesas sobre cientos de niños, ancianos y mujeres palestinas refugiados en los campamentos de Sabra y Chatila (1982).
Un año después, Hollywood otorgó el Oscar al mejor documental: Genocidio. El de los judíos bajo los nazis... (¿hubo otros?). La hija de mi hija acaba de cumplir dos años. Quizá, algún día, preguntará por qué Israel borró a Líbano del mapa, así como a Palestina en el año que nació su abuelo.


...a Beirut
El presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, dijo que Israel debía ser borrado del mapa. Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania condenaron sus palabras. Israel pidió la expulsión de Irán de la ONU. ¿Por qué todos callan ahora? La semana pasada, una comitiva de la ONU enviada a Líbano presentó un informe ante el "Consejo de Seguridad" (sic). Pero antes, como se debe, lo revisó Condoleezza. Y luego, como se debe, el nazi John Bolton (embajador de Washington en la ONU) habló de una fuerza multinacional a Líbano: "... quizás autorizada por la ONU (sic), pero no una fuerza de cascos azules de la ONU..."
Ehud Olmert, premier de Israel, explicó un mes atrás las causas del "nuevo desorden": "Matar civiles palestinos es justificable; lo inmoral es atacar a Israel... no hay equivalencia moral entre ellos y los ataques contra Israel" (La Jornada, 23/6/06).
Retomemos la historia. Cuando el abuelo usaba pantalones cortos y tenía la edad de las pintorcitas de misiles, unos chicos de la escuela le dijeron "judío" con desdén. El relojero del barrio lo consoló:
-No les hagas caso. No eres judío. Eres goi.
¿Goi? El crucifijo bendecía la alcoba de sus padres. Pero la familia no concurría a misa ni a la sinagoga, ni a él le habían cortado el pito. El abuelo preguntó a su papá: "¿qué soy?" El padre respondió: "Cuando seas mayor podrás decidir. Por ahora, debes estudiar. Yo elegí a tu madre".
Por fin, en el cine del barrio, el abuelo creyó descubrir los alcances de la palabra "goi". En El juicio de Nüremberg (Stanley Kramer, 1961), uno de los fiscales del tribunal explicó que las leyes raciales de los nazis medían el grado de pertenencia al pueblo judío según la composición racial de los ascendientes de cada uno. "¡Igual que los judíos!", pensó.
De regreso a su casa, se detuvo a platicar con el relojero, quien sin despegar el lente de aumento clavado en el ojo, alzó la cabeza:
-No es igual. Nosotros somos diferentes.
-¿Y yo qué soy? -insistió el abuelo. Prudente, el relojero observó:
-Pregúntale a tu papá.
Hecho bolas, el abuelo se dirigió a otro amigo.
-¡Turco! Acabo de ver una película...
-¡Momento, brimo! Me llamo Mustafá.
-¿Y por qué todos te llaman turco?
-Me dicen turco porque cuando llegué a este país Líbano y Siria pertenecían al imperio turco. En realidad, soy palestino.
-¿Cómo?
-Sí. Palestina estaba ocupada por los turcos. Luego la ocuparon los ingleses y después los judíos, que ahora la llaman Israel.
-¡Dale, turco! ¿Cristiano, árabe o judío?
-Ah...eso. Mira: sin generalizar ni ofender a nadie, todos son hijos de puta.
-¿Y por qué todos son hijos de puta?
-Pregúntale a tu papá.
Por la noche, el abuelo se metió en la cama, abrió el Diario de Ana Frank (regalo de su padre) y se durmió después de leer: "Soy joven y aún poseo muchas cualidades ocultas (...) Muchas cosas me han sido dadas al nacer: un carácter feliz, mucha alegría y fuerza. Cada día me siento crecer por dentro, siento cómo se acerca la liberación, lo bella que es la naturaleza, lo buenos que son quienes me rodean (...) ¿Por qué habría de desesperar?" (3 de mayo de 1944).
El año pasado, en Amsterdam, después de recuperar aire tras la visita a la casa de Ana Frank convertida en shopping, el abuelo tomó asiento en una de las bancas situadas a la vera del canal, y en el diario leyó: "Me es absolutamente imposible construir cualquier cosa con base en la muerte, la desgracia y la confusión (...) Mientras tanto tendré que mantener bien altos mis ideales, tal vez en los tiempos venideros se puedan llevar a la práctica..." (15 de julio de 1944).
Ana Frank fue devorada por los piojos en el campo de Berger-Belsen.
Los mismos piojos que están devorando a las Anas de Bagdad, Kabul, Palestina y Beirut.
Dicen los piojos que por allá todos quieren matarse entre todos. Que ya no hay lucha entre opresores y oprimidos.
Ana Frank... niña mía: ¿qué vientos están borrando los fundamentos y bases éticas de tu religión?
AltercomAgencia de Prensa de Ecuador. Comunicación para la Libertad.José SteinslegerEscritor y periodista argentino. Columnista de La Jornada de México.

7.8.06

Lo de Cuba es cosa nuestra

Por Eduardo Aliverti
El periodista piensa, sólo, en esa gente (la mayoría, es probable) que no termina de desentrañar de qué lado ponerse.
Esa gente es la que por un lado simpatiza o se admira con los irrebatibles logros cubanos en la salud, la educación, el hambre cero, indicadores del más alto estándar de vida igualitario de toda América. Y que por otra parte no entiende y se lamenta de las restricciones a la libertad, de la prensa oficial, del partido único, del líder absorbente. Como las conquistas de la revolución no están en duda posible, ni siquiera desde la derecha más recalcitrante, lo criticado por la negativa invita a sumergirse exclusivamente allí para determinar qué tan cierto es eso de las libertades restringidas. O más bien: cuánto de más restringidos están los cubanos que la generalidad de los pueblos del mundo entero. El problema es que eso tampoco conduce a nada porque se transforma en una polémica bizantina, atravesada, gracias a la prédica de los grandes medios de comunicación (el poder, bah), no por cómo están las mayorías, sino por cómo las mayorías se imaginan que están. El emblema insuperable de ese aspecto es la libertad para salir del país. No todos los cubanos pueden hacerlo, es cierto. El “régimen” establece que al cabo de haber solventado todas las necesidades básicas de un ciudadano, éste no debe poder irse cuando mejor le plazca siendo que el Estado invirtió en su formación como se debe. Aun cuando esa decisión parezca entre cuestionable y horrorosa, no resulta invalidada la pregunta de adónde diablos pueden irse, si lo quisieran, las millonarias masas de miserabilizados del mundo. Las chicas o señoras que limpian en nuestras casas, ¿a dónde puede irse? ¿A dónde pueden irse empleados de medio pelo, negreados, jubilados, taxistas, maestros? ¿Cómo es la libertad esa? ¿Y cómo es el pluripartidismo ese en el que con mucha suerte y viento a favor apenas se conoce a los candidatos mostrados por la televisión? Sin embargo: discusión sin destino. El capitalismo trabaja y sigue siendo exitoso gracias a los imaginarios que construye. Es entonces inevitable que Cuba sea juzgada como la justicia social sin libertad, y todas los demás como sociedades con injusticias pero enteramente libres. Artículo tercero, de forma. Proclámese y archívese. No entremos en ésa, dicen estas líneas acerca de sí mismas.
Preguntémonos, sí, qué es lo que tanto molesta de esa isla que no molesta de los chinos, y que no molestó ni molestará de cuanta dictadura hubo y vaya a haber mientras satisfaga los grandes negocios de los bloques de poder. ¿Qué es lo que en verdad no se soporta de Cuba? ¿Que la oposición sólo pueda darse dentro de su sistema, dicho desde una Casa Blanca cuyo jefe sostiene que se está “con ellos o contra ellos” y en nombre de lo cual han desatado masacres e intervenciones de escala planetaria? ¿Que no haya democracia, visto desde regímenes donde sólo los ricos y los aparatos partidarios conservadores pueden tener chances electorales? ¿Que no haya prensa “libre”, denunciado por los monopolios y oligopolios de prensa donde el único culto que rige es la razón del interés comercial? ¿Eso es lo que molesta de Cuba? ¿Eso es lo que verdaderamente nos debe importar de Cuba? ¿Se está hablando de Cuba hasta por los codos porque podría estar muriendo su dictador y renaciendo la libertad o porque hay el regocijo de que la libertad pueda volver a transformarla en el prostíbulo de los yanquis?
Tengamos honor intelectual. No puede caerse así como así en la banalidad de decir que lo insoportable de Cuba es su falta de libertad. A los tilingos que piensan sin más de ese modo les cabe la inmortal frase de Anatole France: “Todos los pobres tienen la libertad de morirse de hambre bajo los puentes de París”. Lo insoportable de Cuba es que ha demostrado que se puede otra cosa. Que se puede resistir, y en soledad, al imperio más formidable de la historia. Que hay una vida con dificultades inmensas pero en la que todos los habitantes tienen garantizado el alimento, el estudio, la medicina, la universidad. Y lo peor, lo más intolerable, es que esa subsistencia, objetivamente heroica, se convirtió en y continúa siendo un faro para los luchadores sociales de todo el mundo; y en particular para el movimientismo y las utopías del patio de atrás. Allí donde haya el escándalo de un desnutrido, de un analfabeto, de enfermedades de la miseria, de una diferencia de clases insultante, de escuelas y hospitales que se caen a pedazos, de cifras espantosas de mortalidad infantil, de viejos abandonados, de pibes enloquecidos por la droga, allí se eleva contra las castas del privilegio el fantasma de Cuba. Y el riesgo es que siga elevándose, hasta que no quede nadie, ni un solo imbécil, que mientras lleva una vida de mierda cuestiona que en Cuba no hay democracia.
De que los cubanos puedan resistir depende que no desaparezca una de las experiencias de liberación más concretas y fascinantes de la historia americana. Si los yanquis vuelven a desembarcar allí, cada oprimido de este mundo habrá de quedarse sin el más real de sus faros. Eso es grave, por mucho que a poco de andar quedara demostrado lo terrible de la recolonización.
Y por eso, esa cosa de Cuba es cosa nuestra.

6.8.06

A 25 años de teatro abierto y el incendio del teatro del picadero

Llamas que no destruyeron la pasión
En la madrugada del 6 de agosto de 1981, la mano de obra de la dictadura dio un golpe que supuso mortal. Pero los teatristas que impulsaron el ciclo encontraron en ese ataque nuevas energías para seguir en la lucha.

Por Hilda Cabrera
Cuando en la madrugada del 6 de agosto de 1981 un comando incendió el Teatro del Picadero, los creadores de Teatro Abierto entendieron que aún quedaba mucho por hacer. Habían logrado organizar un primer ciclo como una forma de resistencia desde la cultura, pero el fuego destruía el trabajo de meses. El teatro ubicado en el 1845 del Pasaje Rauch, hoy Enrique Santos Discépolo, ardía mientras otro público se desperdigaba. Era el que había asistido al show de Frank Sinatra, en el Hotel Sheraton, el cantante que también entonces contrató Ramón “Palito” Ortega para un recital en el Luna Park. Otra postal de un país alucinado. El ataque se había producido a la 1.40, marcando para siempre a los protagonistas de ese ciclo que, por el contexto en el que se insertaba, comenzaba a ser político. Se cuenta que uno de los primeros en llegar fue Abelardo Duarte, al que la policía detuvo y apremió para que diera nombres. Le hicieron firmar que todo había sucedido por una falla eléctrica. Otros, enterados, acudieron rápido al teatro, propiedad de Guadalupe Noble. Pero el daño estaba hecho.
El programa incluía veintiuna obras, todas breves para poder ofrecerlas de a tres en funciones diarias. La propuesta partió de los autores y animó a directores, intérpretes y técnicos, involucrando a unas doscientas personas. El encuentro no surgió mágicamente. En noviembre de 1980 se habían organizado reuniones en Argentores, cafés y casas de algunos de los participantes. El dramaturgo Osvaldo “Chacho” Dragún contagiaba entusiasmo a sus colegas. Las ideas se convertían en acción. Así fue armándose la lista de los autores que aportaron a la primera muestra: Aída Bortnik, Roberto Cossa, Osvaldo Dragún, Carlos Somigliana, Elio Gallípoli, Griselda Gambaro, Carlos Gorostiza, Ricardo Halac, Roberto Perinelli, Carlos Pais, Eduardo Pa- vlovsky, Ricardo Monti, Alberto Drago, Eugenio Griffero, Patricio Esteve, Jorge García Alonso, Pacho O’Donnell, Víctor Pronzato, Diana Raznovich, Máximo Soto y Oscar Viale. Era una respuesta a la proscripción que la dramaturgia venía padeciendo en los teatros y escuelas de teatro oficiales. Los responsables de esos espacios se excusaban declarando que no existía una dramaturgia argentina contemporánea. Gorostiza recordó en un diálogo con esta cronista (cuando El acompañamiento pasó a la TV en un excelente ciclo sobre Teatro Abierto) que los autores solían reunirse en su casa, intercambiando experiencias sobre amenazas a las personas y los teatros.
En los encuentros preliminares de Argentores se acordó que las obras mostrarían libertad de estilo y tema. Hubo apoyo de la Asociación Argentina de Actores y de otras entidades. El maridaje entre texto y dirección produjo otra lista. Los directores de la edición pionera fueron Luis Agustoni, Carlos Gandolfo, Alberto Ure, José Bove, Enrique Laportilla (quien dirigió Mi obelisco y yo, de Dragún, con aportes musicales del bandoneonista Rodolfo Mederos); Carlos Catalano, Jorge Petraglia, Villanueva Cosse, Alfredo Zemma, Jorge Ha- cker, Omar Grasso, Juan Cosín, Rubens Correa, Osvaldo Bonet, Julio Tahier, Julio Ordano, Francisco Javier, Hugo Urquijo, Raúl Serrano y Antonio Mónaco. Luego de ensayos generales abiertos a los amigos y al público, llegó el día de la inauguración (28 de julio) y el de la representación ante un público que desbordó la sala (4 de agosto). Se fijó el valor de la entrada en un importe mínimo, y se estrenaron Decir sí, de Gambaro (obra no escrita especialmente para el ciclo); El que me toca es un chancho, de Drago, y El Nuevo Mundo, de Somigliana, autor del texto que en la apertura leyó Jorge Rivera López, entonces presidente de Actores. Ese texto transparentaba las razones de la convocatoria: “Porque aspiramos a que nuestro valor se sobreponga a cada uno de nuestros miedos. Porque necesitamos encontrar nuevas formas de producción que nos liberen de un esquema chatamente mercantilista. Porque amamos dolorosamente a nuestro país y éste es el único homenaje que sabemos hacerle. Porque encima de todas las razones nos sentimos felices de estar juntos”.
Esa necesidad imperiosa de permanecer unidos salvó a Teatro Abierto. Ante el incendio del Picadero, hubo más adhesiones que rechazos. Varios empresarios teatrales del circuito comercial ofrecieron sus salas, entre otros Alejandro Romay y Carlos A. Petit. Los organizadores reunidos en asamblea optaron por el Tabarís. Y allí, como había sucedido antes en del Picadero, se agotaron las localidades. Las funciones se iniciaban a las 18, y el ciclo se mantuvo hasta el 21 de septiembre. Ese día, y a modo de clausura, el actor Alfredo Alcón leyó Poema para un niño que habla con las cosas, de Raúl González Tuñón.
La cifra de veinticinco mil espectadores asombró a los organizadores. No sólo ellos aspiraban a que en el escenario hubiera algo más que obras superficiales. La bronca ante el desconocimiento de que existía una dramaturgia nacional y el hecho de que la interventora del Conservatorio Nacional de Arte Dramático eliminara la cátedra de Teatro Argentino Contemporáneo les dio impulso. Los artífices de Teatro Abierto no eran mártires sino creadores, y supieron leer la realidad. Recibieron apoyos incondicionales, entre otros de Abel Santa Cruz, Ernesto Sabato, Jorge Luis Borges y Adolfo Pérez Esquivel, ya distinguido con el Premio Nobel de la Paz. Se impusieron crear conciencia ante el latiguillo de que no existían y hallaron la estrategia justa en una sociedad que parecía aceptar mansamente lo que se le ofrecía en materia cultural.

La opinión de los teatristas
CARLOS GOROSTIZA *.
No fue el incendio del Picadero el único sabotaje que sufrió Teatro Abierto. Ya estábamos en el inicio de los ensayos, con horas y lugares extraídos de las galeras prodigiosas de los teatristas, cuando surgió el primer sabotaje: una voz misteriosa aseguraba que todo aquel que colaborara con T. A. no sería contratado en ningún canal de televisión. El miedo se generalizó; algunos actores que ya ensayaban nuestras obras renunciaron. Fue entonces que los autores iniciadores de este movimiento nos reunimos urgentemente en casa de Chacho Dragún y concretamos nuestra estrategia: debíamos precisar a todos los compañeros las razones de ser de T. A. y detener la ola de miedo que arrasaba con varios elencos. Designamos a Carlos Somigliana, quien las describió de manera incomparable. Citamos a todos los participantes del movimiento para el día siguiente a las 12 de la noche en el Picadero. Allí, frente a más de doscientos compañeros, los autores informamos de la falsedad del rumor televisivo y leímos las razones de T. A. Al terminar la reunión, todos los compañeros presentes juraron proseguir con la gesta. Después de este sabotaje político, que diezmó ligeramente nuestras filas, llegó el otro, el conocido y ominoso incendio del Picadero. Pero ese sabotaje fue también vencido por el fervor de más de 200 teatristas amantes de la libertad.
* Dramaturgo, director teatral, autor de ensayos y novelas.- - -
HUGO URQUIJO *.
Imagino que es casi imposible evocar lo que fue Teatro Abierto para los que participamos en él sin que nos invada una sensación de algo tan lejano y a la vez tan cercano. Lejano, porque han pasado los años que han pasado, pero también porque evocarlo es volver a pensarme dolorosamente sumergido en un régimen dictatorial militar insoportable y letal, que ya me había llevado fuera del país en 1976. Hacía poco que había regresado cuando Chacho Dragún, una noche, al término de una mesa redonda en que ambos participamos en el Teatro del Picadero, me invitó a sumarme en esta aventura que empujaron nuestros autores. Le dije que sí, por supuesto. Me dijo que se haría seguramente en ese mismo lugar en el que estábamos, ese mágico espacio que era el Picadero que ardió a los pocos días de comenzada la primera travesía de ese movimiento ejemplar, aleccionador, expuesto y protector a la vez que fue Teatro Abierto.
Cercano, porque Teatro Abierto fue el paradigma de la resistencia de nuestra gente del teatro y de la cultura en los últimos 25 años. Y hoy siento que no hemos podido hacer otra cosa más que eso: resistir durante casi toda nuestra vida. Resistir a los embates de las botas, de los bastones largos, de las llamas asesinas, de la reacción y lamentablemente también de la indiferencia de los que en muchos momentos creímos más afines.
Antes dije que Teatro Abierto, como todas las instancias de resistencia, fue un espacio protector. Sí, lo fue. En el sentido de que uno resiste para no morir solo, aislado y ahogado por las mordazas. Muchos dijimos aquí estamos, presentes, vivos, juntos y con muchas cosas para decir que no podían ser dichas desde los escenarios. La dramaturgia que recorrió Teatro Abierto fue un amplísimo abanico de metáforas contra la barbarie, contra las dictaduras, contra la pérdida de nuestra identidad, contra la intolerancia, contra la pérdida de nuestros derechos más elementalmente humanos.
* Director de teatro.- - -
ROBERTO “TITO” COSSA *.
Era de madrugada y sonó el teléfono de mi casa. Generalmente los llamados a esas horas no traen nada bueno y menos en aquella época. No fue una excepción. Alguien me comunicó la noticia: “Se está incendiando el Picadero”. Pocos minutos después con Marta nos subíamos a un taxi y nos dirigimos al lugar, en Corrientes y el entonces pasaje Rauch. Lloviznaba pero no hacía mucho frío. La imagen era la tradicional. Bomberos trabajando y policías que cortaban el paso. A cincuenta metros se advertía que el incendio era importante. El resplandor del fuego y las columnas de humo eran un mal presagio.
Ya estaban en el lugar algunos compañeros. Otros iban llegando. Decidimos recalar en el bar La Academia, sobre la avenida Callao. Chacho Dragún, Carlos Somigliana, Omar Grasso, Rubens Correa, Beto Brandoni, Ricardo Halac. De ellos me acuerdo. Pero éramos muchos más. Nos mirábamos en silencio. Sabíamos que no estábamos ante una mala pasada del destino. Los dedos de la dictadura dejaban marcadas sus huellas. Los militares fascistas no soportaban a Teatro Abierto y golpearon con el único método que conocen: la destrucción.
Alguien dijo “hay que seguir” y todos dijimos hay que seguir. Como sea. Hubo abrazos y algunos llantos de hombres que lloran. El bar La Academia recibía una clientela poco usual. Una veintena de hombres y mujeres, algunas caras conocidas, que se ponían de pie para seguir adelante. En varias mesas había hombres solos, en actitudes y vestimentas similares. Parecían malos actores haciendo de policías; pero no, eran policías.
Fue en la madrugada del 6 de agosto de 1981, hace hoy exactamente 25 años. Seguía lloviznando y Frank Sinatra acababa de terminar su primera presentación en Buenos Aires, en el Hotel Sheraton.
* Dramaturgo.- - -
HECTOR CALMET *.
¡¡¡Qué hermoso recuerdo!!!
Todos juntos para demostrar que el teatro argentino, los teatristas, estábamos vivos, que seguíamos luchando para demostrar a pesar de las prohibiciones, persecuciones, amenazas, etc., etc. la existencia y vigencia de nuestro teatro.
Teatro Abierto fue el motivo para unirnos.
Por suerte me tocó ir de gira a Venezuela y España con obras de Teatro Abierto.
¡¡¡Qué conmoción!!! Un comentario que nos hicieron en España: “¿Cómo hacen para escribir una obra y contar tantas cosas en cincuenta minutos?”. Ese era el tiempo que normalmente duraban las obras.
Todos juntos en el escenario, ocupándonos de los cambios de una obra a otra, aunando ideas para hacer los espectáculos del día, compartiendo el espacio, las luces, la utilería.
¡¡¡Qué hermoso recuerdo!!!
* Escenógrafo e iluminador.

Historial de resistencia
Es cierto que la resistencia no comenzó con T.A. La lucha se libraba desde antes, y de manera personal o en pequeños grupos, como el que condujo Raúl Serrano en el Teatro IFT. Este maestro de actores que dirigió en 1981 El que me toca es un chancho, de Drago, había presentado en la sala de la calle Boulogne Sur Mer una versión de El proceso, de Franz Kafka, donde se refería a “organizaciones que secuestraban ciudadanos y los mataban sin que se supiera por qué”. Hubo que convencer a un coronel que presenció una función de que eso sucedía en Praga. “Ese coronel no era ningún estúpido, pero dejó que la obra siguiera”, contó Serrano. No fueron pocos los autores, directores e intérpretes que intentaron hallar su lugar en un tiempo donde abundaban las encerronas. Las listas negras daban cuenta de aquellos que no debían ser contratados. En esas listas, el color negro era para los prohibidos, el marrón y gris para dos tipos de “dudosos” y el rosa para los homosexuales. La declaración que precedió al ciclo de 1981, la respuesta a la pregunta ¿por qué hacemos Teatro Abierto? Y las vivencias de los artistas han quedado plasmadas en el testimonio fílmico de Arturo Balassa, País Cerrado, Teatro Abierto.

Una calidad indiscutible
¿Quiénes fueron los rebeldes de aquel ciclo que bajo la dictadura militar adquirió tono político? La lista es larga y algunos de ellos participaron en las muestras que le siguieron. Pionero indiscutible, Osvaldo “Chacho” Dragún tenía gran capacidad para convocar, como recordó en una entrevista Elio Gallípoli, quien estrenó en 1981 16 de octubre, dirigida por Alberto Ure. Una cualidad necesaria, sobre todo si se considera que Teatro Abierto no fue un movimiento cultural espontáneo, sino que se conformó luego de innumerables encuentros, pues “a pesar de la dictadura, la vida no se había detenido”. Tiempo después, en 1996, fue criticado por personalidades de la cultura al aceptar la dirección del Teatro Nacional Cervantes, cuando gobernaba Carlos Menem y el secretario de Cultura era Pacho O’ Donnell. Se produjo un triste cruce de opiniones. A diferencia de entonces, Dragún no estuvo solo en 1981, como tampoco los otros protagonistas del ciclo. La calidad de las obras y las actuaciones se recuerdan aún hoy. Ejemplo de esto son Gris de ausencia, de Cossa, con dirección de Carlos Gandolfo, donde Pepe Soriano compuso magistralmente al Viejo; Papá querido, de Bortnik; El acompañamiento, de Gorostiza, con Carlos Carella y Ulises Dumont; Tercero incluido, de Pavlovsky; Decir sí, de Gambaro, y varias más. Entonces sólo una obra no pudo estrenarse por dificultades técnicas: Antes de entrar dejen salir, de Oscar Viale.

Los ciclos que siguieron
En 1982 se presentaron obras en los teatros Margarita Xirgu y Odeón (declarado de interés cultural en 1985 y demolido en 1990 con autorización del intendente Carlos Grosso). La selección estuvo a cargo de una comisión. De ahí surgieron excelentes títulos, entre muchos otros La casita de los viejos, de Mauricio Kartun, uno de los artistas que apostó a la continuidad. La programación de 1983 se inició con una caravana a cuyo frente se alzaba un muñeco que simbolizaba la censura. Fue quemado en el Parque Lezama. En esa edición, las obras se ofrecieron sólo en el Margarita Xirgu. Allí se vio otra pieza perdurable de Kartun (Cumbia morena cumbia) y, entre otras destacables, Concierto de aniversario, de Eduardo Rovner, dirigida por Sergio Renán. En 1984, primer año de gobierno civil, Teatro Abierto desapareció. Algunos de sus integrantes históricos asumen funciones en el área cultural del gobierno. En el recambio, se formularon otros proyectos, y así, en 1985 se ofrecieron otros ciclos: “Nuevos autores. Nuevos directores”; “Otro Teatro” y “Teatrazo”, sobre la producción en barrios y la del teatro callejero. El sentido otorgado a la palabra “abierto” retornará en otros encuentros sin relación con los ciclos organizados en tiempos de la dictadura militar.

Silvio Rodríguez: A Fidel le regalo hasta mi persona

José Luis Estrada Betancourt
Juventud Rebelde
La más reciente producción discográfica de Silvio Érase que se era fue presentada este viernes. Al concluir, Abel Prieto, ministro de Cultura, abordado por la prensa afirmó que la continuidad de la Revolución está asegurada.
«A Fidel le regalo lo que puedo regalarle. Quizá un poquito más que mi música. Le regalo hasta mi persona», aseguró el destacado cantautor Silvio Rodríguez este viernes durante la presentación de su más reciente producción discográfica, Érase que se era , esperado momento que compartió con amigos, intelectuales, artistas, periodistas y el ministro de Cultura, Abel Prieto.
Érase que se era está compuesto por dos álbumes que recogen 25 canciones, de las cuales 22 no han sido publicadas «algunas, incluso, nunca se habían grabado. La gran mayoría son inéditas excepto El papalote , Fusil contra fusil y Discurso fúnebre , pues La canción de la trova , aunque fue tema durante muchos años de un programa de radio no aparece en ningún disco», explicó el autor de decenas de piezas imprescindibles.
La nueva propuesta fue diseñada por Eduardo Moltó, ilustrada por Roberto Fabelo y contiene el video clip de Epistolario del subdesarrollo , realizado por Jorge Perugorría y Ángel Alderete.
Sobre los temas que aparecen en Érase que se era enfatizó que «sigo debiendo muchas canciones». Explicó que no fue su propósito hacer nuevas lecturas con ellos, «pero todos me parecieron que tenían cierto grado de vigencia».
El compositor anunció que emprenderá una gira a mediados de este mes por 15 ciudades españolas, que finalizará en Londres, y afirmó que desde que Fidel debió delegar provisionalmente sus funciones, ha pensado mucho en nuestros Cinco Héroes, porque imagina cómo se sentirán nuestros hermanos al no poderlo acompañar en estos momentos difíciles. «Haremos un programa especial para ellos donde yo esté y comente las canciones de este disco», prometió.
Silvio fue categórico sobre los sueños imperiales de transición al capitalismo en Cuba. «¿Me preguntas por la transición? Si a mí me interesara estuviera del otro lado, pero continúo de este y lo seguiré estando porque no me interesa esa transición».
De Érase... Víctor Casaus, quien dedicó la presentación a Luis Rogelio Nogueras y Noel Nicola, dijo: Cuando este disco esté llegando a diversas regiones geográficas del planeta, se renovarán esos sentimientos que han unido a esas personas con el rastro de inteligencia y de luz que las canciones de Silvio han dejado para muchos de nosotros y aparecerán nuevos ojos y oídos para inaugurar amistades inminentes que el tiempo llenará poco a poco».
REVOLUCIÓN GARANTIZADA
Abordado por la prensa cubana y extranjera tras la presentación de Érase que se era , el miembro del Buró Político Abel Prieto reafirmó que la continuidad de la Revolución está garantizada.
El tono de la Proclama tranquilizó a la gente, afirmó. Y es que se nota que fue escrita por una persona en total dominio de sus facultades mentales. Los cubanos han dado una vez más muestra de su elevada cultura política. Saben quién es Raúl, y Machado Ventura, Lage, Lazo... Por eso no hay incertidumbre.
El país está en un estado de total normalidad, la gente continúa con sus trabajos y en sus actividades, apuntó. Sin embargo, más allá de las ideas políticas, es muy chocante que en Miami algunos se alegren de la enfermedad e incluso le deseen la muerte a un ser humano. Silvio habló de vulgaridad, pero en verdad, es gente de baja estofa, aunque estoy convencido de que esa actitud no es representativa del sentir del pueblo norteamericano.
El titular de Cultura aprovechó la ocasión para referirse al mensaje emitido ayer por Condoleezza Rice, secretaria de Estado de EE.UU. Eso no tiene ningún valor para los cubanos ni hará que el pueblo se amedrente. Es pura retórica, pues Bush tiene que complacer y contentar a esa camarilla que lo ayudó a convertirse a base de elecciones fraudulentas en el presidente de Estados Unidos, dijo.
Y además, concluyó, es una pandilla llena de odio y sed de venganza, como la administración norteamericana, que tiene mucho poder pero poca dignidad, como lo ha demostrado en Iraq, Líbano, Afganistán. Pocas veces ha existido un grupo con tanto poder y tan pocos escrúpulos.

2.8.06

¿Y después de Fidel qué?

Néstor Kohan
Rebelión
He hablado y me he comunicado con compañeros, con amigos, con familiares. Gente de mi país y también de otros países. Todos con la misma preocupación, todos con la misma tristeza, todos con la misma esperanza. No se trata sólo de la enfermedad física —y de la operación quirúrgica— del comandante Fidel Castro, algo que nos preocuparía aunque fuera un vecino, un compañero de trabajo o simplemente cualquier persona querida. Lo que está en juego es mucho más.
Si cualquier compañero de militancia de casi 80 años estuviera enfermo y se tuviera que operar, todos estaríamos preocupados. Sería como si operaran a un abuelo nuestro. A un abuelo querido. Pero en el caso de Fidel la preocupación es de otro tipo.
Porque la vida de Fidel trasciende a su persona individual. El nombre de Fidel condensa las aspiraciones, las resistencias y los sueños rebeldes de numerosos pueblos, no sólo del cubano, contra el capitalismo, el imperialismo y el neoliberalismo. Si el Che Guevara es el símbolo mundial de la rebeldía juvenil, su amigo y compañero Fidel representa la máxima expresión de las rebeliones antiimperialistas y socialistas del Tercer Mundo. Por eso es tan despreciado por los poderosos del planeta, sus monopolios de (in)comunicación y la CIA, incluyendo en esta fauna atroz a los extremistas millonarios de Miami que hoy quieren, mezquinamente, ocupar el centro de la escena mediática con su prédica de odio, resentimiento y muerte.
Todos y todas esperamos de corazón que el comandante, el revolucionario, el amigo entrañable de nuestro Che, se recupere de la operación. Que siga siendo el Fidel de siempre. El que molesta, exaspera e incomoda al imperio más poderoso de la tierra. El que horroriza a cuanto millonario anda por el mundo contando sus billetes. El que escandaliza a tanto burguesito bienpensante y “políticamente correcto”. El que sigue predicando la rebelión mundial contra las injusticias. El que continúa promoviendo entre los pueblos el empleo de las armas, fundamentalmente las dos más poderosas que se han inventado: las ideas y los libros.
Pero si acaso ocurriera lo peor..., ¿cambiaría el asunto? En su época Félix Rodríguez, el contrarrevolucionario cubano de Miami y agente de la CIA que participó en el asesinato del Che en Bolivia, pensó ingenuamente que con la desaparición física de Guevara se acababan los “problemas” para los poderosos de la Tierra. Lo mismo imaginaron sus patrones, los jerarcas y burócratas del Pentágono, los directivos de Virginia (sede de la CIA), los grandes financistas de Wall Street. ¡Qué ingenuidad!
El ejemplo, la coherencia, los ideales y la dignidad rebelde de una persona trasciende la inevitable existencia finita de un cuerpo físico. Ernesto Guevara se volvió mucho más grande y peligroso después de 1967. Con Fidel, ahora o dentro de 20 años, pasará lo mismo.
Si en vida un hombre tiene imperfecciones, comete errores y puede equivocarse, después de muerto la memoria popular deja a un lado esos errores y retiene, sabiamente, lo más importante: el reconocimiento por una vida entera dedicada a la revolución y a la lucha antiimperialista.
¡Qué gente tonta la extrema derecha de Miami! Desean tanto la muerte de Fidel —porque, impotentes, en vida jamás lo pudieron derrotar— que no se dan cuenta de lo que sucederá el día que Fidel ya no esté con nosotros. El ejemplo, convertido en mito, será todavía más peligroso que en vida. Fidel se convertirá en una bandera indomesticable para combatir y frenar cualquier tentación de restauración capitalista en Cuba; y para defender las conquistas socialistas y derechos populares ya adquiridos como algo “normal” y “obvio” por las nuevas generaciones a la largo de casi medio siglo de revolución.
Es comprensible la tristeza y la inquietud que la noticia de su enfermedad y su operación ha provocado entre su pueblo y en otros pueblos del continente que lo quieren y admiran. Porque aquí no se trata de “culto a la personalidad”. En Cuba uno no se encuentra en cada esquina con una estatua de Fidel. No hay ciudades que lleven su nombre. No hay escuelas ni universidades ni bibliotecas que se llamen como él. Ni siquiera abundan sus imágenes.
Fidel no ha necesitado medallas artificiales ni homenajes repletos de obsecuencia simplemente porque no le hacen falta. Cualquier historiador que deje por cinco minutos sus prejuicios sobre el escritorio o apague tres minutos el noticiero de la CNN puede darse cuenta que la historia personal de Fidel es indistinguible de la Revolución Cubana. Desde aquel legendario asalto al cuartel Moncada hasta el desembarco del Granma, desde la guerra revolucionaria en la selva y las ciudades hasta la toma del poder en 1959. Pero no se detiene allí. Su nombre también aparece en primer plano en la crisis de los misiles EEUU-Cuba-URSS, en toda la insurgencia latinoamericana que Cuba apoyó generosamente sin pedir nada a cambio, en la contestation estudiantil del ’68 europeo, en los levantamientos negros de EEUU, en la liberación de Vietnam, en la descolonización del África, en el fin del apartheid y en las actuales protestas —post muro de Berlín— contra la globalización capitalista.
El nombre de Fidel, sueño colectivo de todo un pueblo que trasciende al individuo singular, ha sido el fantasma omnipresente durante los últimos 50 años de historia revolucionaria mundial. Que lo atestigüen sino los estrategas de la CIA y sus siniestros alumnos latinoamericanos responsables de miles y miles de desaparecidos en todo el continente.
Un lector apresurado o una lectora escéptica pueden, quizás, sospechar que estas líneas están atravesadas por una admiración desmedida o una idealización infantil. No es así. Por razones que no vienen al caso nos ha tocado investigar sobre Fidel para intentar escribir una biografía suya dirigida a un público juvenil. Ayudado por el compañero Nahuel Scherma, integrante del grupo «Cine Insurgente» y por otros compañeros y amigos que nos acercaron innumerables materiales, nos hemos sumergido en una pila inabarcable de libros que narran historias fragmentarias. Lo mismo con documentales fílmicos, revistas, folletos, etc. Creíamos saber algo de Fidel. ¡Sabíamos muy poco!. Al reconstruir el mapa de tantos fragmentos dispersos —la historia de la revolución cubana de 1933, las rebeliones estudiantiles en la Cuba de Batista, los antecedentes de Mella, Guiteras y Roa, la participación de Fidel en el bogotazo, el Moncada, el encuentro con el Che, la lucha guerrillera en América Latina y la influencia cubana, la experiencia frustrada de Allende y los consejos de Fidel, la victoria vietnamita y la ayuda a Ho Chi Minh, la increíble epopeya africana de las tropas, los médicos y las maestras cubanas hasta llegar a la Venezuela de hoy en día, pasando por la revolución sandinista y la salvadoreña— fuimos descubriendo esa omnipresencia de Fidel. Después de recorrer cada uno de esos fragmentos de una vida política, estamos seguros: pasarán muchos años hasta que se pueda sopesar y balancear con la seriedad que se merece la importancia histórica de Fidel. Su estatura histórica es mucho más alta de lo que a primera vista se ve. Recién al apreciar la perspectiva del conjunto se puede observar la talla revolucionaria de este hombre, nieto de Martí, hijo de Mella y Guiteras, hermano de Guevara y padre de nuestros 30.000 compañeras y compañeros desaparecidos.
El odio de la CIA, policía mundial contra los pueblos, no es desmedido ni irracional. Tienen fuertes razones para odiarlo. Fidel ha estado en el centro de las rebeliones del siglo XX y de lo que va del XXI. Los yanquis, pretendidos dueños del mundo, saben bien porqué desean su muerte.
Pero lo más importante de todo, más allá de su enfermedad y su operación, es que Fidel ha dejado un equipo. Lo colectivo es la única garantía de la continuidad en el tiempo. Tras la muerte de Lenin todo se vino abajo en la revolución bolchevique porque, entre otras razones, no hubo un relevo colectivo de la dirección leninista y todo terminó en una lucha fraticida.
Esperamos de corazón que Fidel se recupere y al mismo tiempo que la Revolución Cubana logre evitar los errores y tragedias que sucedieron después del liderazgo de Lenin.
Entonces... ¿y después de Fidel qué? Pues sencillamente habrá nuevas revoluciones. Al igual que después del Che Guevara, seguiremos luchando en todos los países contra las injusticias y para cambiar el mundo. Seguiremos firmes en la defensa de los ideales revolucionarios que Fidel nos enseñó, nos enseña y nos seguirá enseñando.

¿Podemos seguir siendo judíos?

Por León Rozitchner
No tomo partido sólo por el pueblo palestino sino también por el pueblo judío. Reafirmo al mismo tiempo que la situación histórica de los judíos, que culminó durante el nazismo en el aniquilamiento, hizo necesario que también los judíos fueran una nación más entre las naciones del mundo: ése es el derecho moral irrenunciable, es cierto, del pueblo judío. Pero este hecho también impone necesariamente a los judíos respetar la vida de otros pueblos como ningún otro pueblo puede quizá sentirlo. Al hacerlo estoy planteando mi derecho a seguir siendo un judío argentino sin avergonzarme de serlo frente a lo que está también haciendo de nosotros el Estado de Israel en Palestina: si cumple su mandato ético e histórico o sirve a otros designios extraños a nuestra propia historia milenaria.
La reacción frente al desborde destructivo del Estado israelí contra el pueblo palestino los fue llevando poco a poco a cerrar toda solución justa posible al conflicto y detener su expansión colonizadora. Un análisis de las agresiones, aun sin distinguir desde el comienzo la diferencia que separa a la violencia de los que atacan y la contraviolencia de los que se defienden, llevaría en estos momentos de desborde a una estéril discusión interminable. Porque allí en Israel se está eligiendo por todos los judíos el destino de nuestra dignidad y de nuestra cultura milenaria como modelo de resistencia y de justicia frente a todas las opresiones.
Esta escalada contra Gaza y el Líbano va más allá de los intereses de su supervivencia: se inscribe en la expansión del imperio neoliberal de Occidente sobre los países musulmanes. ¿No serán los EE.UU. quienes, empantanados en Irak, necesitan una frontera segura en el Líbano contra Siria e Irán, y de allí la masacre de la población civil para invadirla?
Los judíos israelíes, por ser los más fuertes en poder armado, son los que también en mejores condiciones se hallan para dar término al enfrentamiento con justicia: tienen todos los medios para lograrlo. Su existencia, por ahora, no corre peligro. La paz que termine con el enfrentamiento armado y un entendimiento político está sobre todo –y casi diríamos totalmente– en sus manos: sólo tienen que declinar sus ambiciones sobre territorios que no les corresponden y reivindicar el valor de la vida sobre la muerte. Aunque ahora venzan será el judaísmo histórico el vencido y la traición a su pasado habrá infectado para siempre el alma de sus pobladores.
El pueblo judío en Israel sigue doblegado en su mayoría a la estrategia del Imperio cuyo modelo han aplicado en todos los órdenes de la vida. Hace ahora a los palestinos aquello que la cristiandad occidental hizo con nosotros.
Después de haber sido sometidos los judíos en Europa al más cruel e inmisericorde exterminio, de pronto en pocas décadas de su existencia, y tras haberse plegado a la política de los exterminadores, el Estado de Israel se ha transformado en una potencia del Medio Oriente. ¿Méritos propios? Tienen orgullosos una poderosa fuerza armada con todos los instrumentos de destrucción posibles, armas atómicas incluidas. Pero no tienen vergüenza de los valores milenarios que están sacrificando ante los ojos del mundo y de los millones de judíos que los observamos perplejos y defraudados. Porque esos fantasmas de exterminio que depositan ahora sobre los árabes, esos terrores persecutorios los judíos los han traído del Occidente cristiano colonialista cuyos países antes habitaban, porque fue en Europa donde fueron exterminados y no en Palestina.
Para hacer lo que hacen en Palestina los judíos que están en el poder deben mantener el secreto moral del origen de su derecho a una patria y prolongar allí los valores inhumanos de sus propios perseguidores milenarios. Ocultar, por ejemplo, que lo que comenzó con la Cruz cristiana terminó con la Shoá europea. Deben esconder la verdad sobre la experiencia histórica de su vida en Occidente. Debieron convertirse en cómplices de sus asesinos, no denunciarlos, ya no decir nunca más que el cristianismo y el capitalismo fueron sus exterminadores porque ahora ambos se habían convertido en su modelo y en sus aliados. En lo religioso, se hicieron fundamentalistas y ecuménicos; en lo económico, se hicieron capitalistas globalizadores; en lo político, se hicieron un Estado teocrático colonialista; en lo científico, tomaron como modelo la lógica neutral de la objetividad sin sujeto del iluminismo antijudío y, en lo internacional, sostienen con sus servicios las causas más siniestras de los opresores cristianos e imperiales.

1.8.06

A quienes quieran saber sobre Fidel

Belén Gopegui
El Mundo
Este artículo, me dijeron, aparecería con uno de Raúl Rivero, de la misma extensión, y con un cómic escrito por Rivero. Pregunté si podían reproducir también fragmentos de un cómic sobre Fidel escrito por Néstor Kohan, para equilibrar. Imposible, el tiempo... Lo esperaba. En este periódico la mayoría de las informaciones sobre Cuba siguen una línea editorial contraria a los principios de la revolución cubana, línea que comparten los grandes grupos mediáticos. Artículos como éste cumplen un controvertido papel, pues aun siendo garantía de que se publican opiniones diferentes, poco pueden hacer a título de excepción y en un contexto no equilibrado.
Recientemente un periódico nacional de gran tirada se ha negado a publicar al filósofo italiano Gianni Vattimo, de quien ese periódico había publicado numerosos artículos en el pasado. Vattimo manifestaba admiración por la revolución cubana y decía, entre otras cosas, que difícilmente "un italiano de buena fe, incluso ingenuo, puede de veras sentirse en Cuba como representante de una democracia mejor y más libre que la de Fidel". El artículo, publicado en "La Stampa", está en la Red. En nuestro país hay periódicos que ni siquiera para legitimarse un poco se arriesgan a publicar la otra versión.
Algunas personas piensan que quienes hablamos bien de Cuba no nos informamos. Qué equivocadas están, tenemos que informarnos más, porque tenemos que discutir más. Leemos, por ejemplo, a los autores que evocan La Habana culta y maravillosa anterior a la revolución. Lo peor no es que escamoteen el dato de para cuántos era maravillosa, es que ni se les ocurre pensar en él, a la manera de una conocida columnista quien ha escrito: "Propongo un boicoteo: no volvamos a beber un vino francés". Como ellos beben vino francés, deducen que el país entero lo bebe. ¿A esa forma de razonar tenemos que acudir para informarnos? ¿A los autores que casualmente callan sobre el documento que Estados Unidos acaba de hacer público en donde se combina el soborno con medidas secretas para "acelerar" el fin de la revolución? Si alguien quiere saber sobre Fidel que no busque en esos artículos, ni en éste de 600 palabras, que acuda a libros documentados, rigurosos, a los medios alternativos o al cómic citado, "Fidel Castro", en la colección clásica "Para Principiantes".
La pregunta es para qué necesita alguien saber lo que pasa en una revolución. En muchos lugares de Latinoamérica el nombre de Fidel "condensa las aspiraciones, las resistencias y los sueños rebeldes de numerosos pueblos". En Europa millones de personas no beben vino francés, tienen miedo en el trabajo, en el horizonte ven un callejón sin salida. La mayoría no lee magazines ni crea opinión, aunque sí necesita saber. Otras personas, con un horizonte más despejado, estudiamos la revolución cubana desde la convicción de que este planeta sólo saldrá de la prehistoria cuando el interés y el beneficio privados dejen de ser el motor de la economía.
¿Recuerdan ustedes canciones como "Yo pisaré las calles nuevamente", "Grándola vila morena", "Santa Bárbara bendita, patrona de los mineros"? ¿Se emocionan al oírlas? A veces la emoción es más que un juego sentimental. A veces es el anhelo de una vida común, justa y posible. En el cómic argentino una viñeta muestra a un soldado con un arma, el texto dice: "Hay que bloquear Cuba, aislarla e invadirla". Así ha querido hacerse con todo impulso revolucionario. No son los 80 años de vida de Fidel lo que irrita a los poderosos. Es que a sus 80 años se mantenga leal y contribuya a hacer posibles los principios que a ellos, cuando suena la música, aún les emocionan.
Nota de Rebelión:
Este texto fue publicado en el magazine dominical del diario español El Mundo el pasado 30 de julio. En contra de lo entendido por la autora, como señala al principio de su artículo, de que los textos de Raúl Rivero y de Belén Gopegui tendrían una extensión similar, el del anticastrista ocupa dos tercios de páginas y el de la escritora española, un tercio. El segundo, además, con un cuerpo de letra menor. A ello, se le añade que el cómic ocupa seis páginas completas sin que se considerara oportuno reproducir otro propuesto por Belén Gopegui. El titular del especial es el de Raúl Rivero mientras que en la web, el texto de Gopegui, ni titular tiene.