28.5.07

El peronismo

Silvio Frondizi
Rebelión
[Nota introductoria]
El sociólogo marxista argentino Silvio Frondizi (1907-1974) saludó calurosamente desde sus inicios la revolución cubana. Incluso viajó a Cuba y a su regreso escribió La revolución cubana. Su significación histórica (diciembre de 1960). Su libro se abre planteando que “La revolución cubana ha destruido definitivamente el esquema reformista y, más concretamente, el esquema reaccionario del determinismo, casi fatalismo geopolítico [...]”. El mismo texto se cierra sosteniendo la misma idea: “La revolución cubana tiene como significación histórica fundamental, la de haber roto definitivamente «con el esquema reformista, y en particular con el estúpido determinismo, casi fatalismo geopolítico»”.
Junto a su texto sobre Cuba, Silvio Frondizi escribió muchos otros libros, entre los que se destacan La integración mundial del capitalismo (1947); El Estado moderno (1954) y La realidad argentina (dos tomos, 1955-56).
Además de sus ensayos y sus clases, Silvio fue también abogado de los combatientes revolucionarios que enfrentaron a la dictadura militar argentina de 1966-1973. En esos años se vincula al Partido Revolucionario de los Trabajadores y a su frente político de masas, el Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS).
Todo eso le vale el odio sanguinario de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), organización terrorista paramilitar de extrema derecha que lo secuestra y lo asesina por la espalda en 1974 acusándolo de “comunista y bolchevique, fundador del ERP e infiltrador de ideas comunistas en nuestra juventud”.
Según el testimonio del viejo dirigente político peronista y ex ministro de economía del general Perón, Antonio Cafiero: "Perón e Isabel sabían que la Triple A eliminaba gente" (declaraciones al diario CLARÍN, Buenos Aires, 22 de abril de 2007).
Los fragmentos siguientes de Silvio Frondizi fueron tomados de la respuesta a una encuesta sobre la izquierda argentina realizada hacia 1958-59: "Contesta el doctor Silvio Frondizi'', en Las izquierdas en el proceso político argentino, editorial Palestra, Buenos Aires, 1959, pp. 28-33, 40-46.
[fin de nota introductoria de Néstor Kohan]
PERONISMO
Para nosotros, el peronismo ha sido la tentativa más importante y la única de realización de la revolución democrático-burguesa en la Argentina, cuyo fracaso se debe a la incapacidad de la burguesía nacional para cumplir con dicha tarea.
A través de su desarrollo, el peronismo ha llegado a representar a la burguesía argentina en general, sin que pueda decirse que ha representado de manera exclusiva a uno de sus sectores —industriales o terratenientes. Dicha representación ha sido directa, pero ejercida a través de una acción burocrática que lo independizó parcial y momentáneamente de dicha burguesía. Ello le permitió canalizar en un sentido favorablea la supervivencia del sistema, la presión de las masas, mediante algunas concesiones de­terminadas por la propia imposición popular, la excepcional situación co­mercial y financiera del país, y las necesidades demagógicas del régimen. Precisamente, la floreciente situación económica que vivía el país al tér­mino de la segunda gran guerra, constituyó la base objetiva para la actua­ción del peronismo. Este contó, en su punto de partida, con cuantiosas reservas acumuladas de oro y divisas, y esperó confiadamente que la situación que las había creado mejorara constantemente, por la necesidad de los países afectados por la guerra y por un nuevo conflicto bélico que se creía inminente.
Una circunstancia excepcional y transitoria más, contribuyó a nutrir ilu­siones sobre las posibilidades de progreso de la experiencia peronista. Nos referimos a la emergencia de una especie de interregno en el cual el impe­rialismo inglés vio disminuir su control de la Argentina, sin que se hubiera producido todavía el dominio definitivo y concreto del imperialismo norte­americano sobre el mundo y sobre nuestro país. Ello posibilitó cierto bonapartismo internacional —correlativo al que se practicó en el orden na­cional—, y engendró en casi todas las corrientes políticas del país grandes ilusiones sobre las posibilidades de independencia económica y de revolu­ción nacional.
La amplia base material de maniobras permitió al gobierno peronista, en primer lugar, planear y empezar a realizar una serie de tareas de desarrollo económico y de recuperación nacional, con todas las limitaciones inherentes a un intento de planificación en el ámbito capitalista. La estructura tra­dicional de la economía argentina no sufrió cambios esenciales; las raíces de su dependencia y de su deformación no fueron destruidas. Al agro no llegó la revolución, ni siquiera una tibia reforma. Fueron respetados los intereses imperialistas, a los cuales incluso se llamó a colaborar, a través de las empresas mixtas. Tampoco se hicieron costear las obras de desarrollo económico al gran capital nacional e imperialista. El Primer Plan Quin­quenal, en la medida, que se realizó, fue financiado, ante todo, con los be­neficios del comercio exterior. Por otra parte, a consecuencia de una serie de factores, aquella fuente primordial de recursos pronto se tornó insufi­ciente, y debió ser complementada con las manipulaciones presupuestarias y el inflacionismo abierto. A través de la inflación, los costos de la plani­ficación económica peronista no tardaron en recaer también sobre la pe­queña burguesía y el proletariado de las ciudades.
Pero durante su primer periodo de expansión y euforia, el peronismo tuvo también realizaciones en los distintos aspectos de la economía. En ma­teria de transportes, se nacionalizaron los ferrocarriles y se incorporó nuevo material; la marina mercante argentina fue aumentada en sus efectivos y en el tonelaje total transportado. Hacia la misma época se fue dando gran impulso a la aviación, se completó la nacionalización de puertos, etcétera.
Otra realización recuperadora del peronismo en su periodo de auge ha sido la repatriación de la deuda pública externa. Se pretendió solucionar el problema de la energía en general y del petróleo en particular, pero sin atacar las cuestiones de fondo. Se tomaron una serie de medidas favorables a la industria y se apoyaron los rudimentos de una industria pesada estati­zada, heredados del gobierno precedente, aumentando la participación es­tatal en la industria. La intervención directa del Estado en la industria tuvo una doble finalidad: tomar a su cargo tareas económicas necesarias que la endeble burguesía nacional no era capaz de realizar por sí sola y proporcionar a la burocracia bonapartista un nuevo resorte de poder y una importante fuente adicional de beneficios. La generosidad del crédito estatal fue otra de las formas de favorecer al capitalismo nativo-extranjero. El mantenimiento de un grado apreciable de paz social ha sido una de las contribuciones más importantes del Estado peronista a la prosperidad de la burguesía agroindustrial argentina durante el primer periodo de expansión. La propia prosperidad general fue factor fundamental en la ate­nuación transitoria de las luchas clasistas argentinas. A ello se agregó la acción del Estado, que por un lado promovía una política de altos salarios, a la vez que subsidiaba a las grandes empresas para evitar que éstas ele­varan exageradamente sus precios, y por otra parte encerraba a los tra­bajadores en un flexible pero sólido y eficiente mecanismo de estatización sindical.
Este balance realizado —que es nuestra posición desde hace varios años— nos ha evitado caer en los dos tipos de errores cometidos respecto al peronismo: la idealización de sus posibilidades progresistas, magnificando sus conquistas y disimulando sus fracasos, y, por el otro lado, la crítica negativa v reaccionaria de la "oposición democrática", que, v.gr., tachó al peronismo de fascismo.
El resultado de tal balance es la entrega del capitalismo nacional al im­perialismo, a través de su personero gubernamental, el peronismo. En efecto: transcurridos los primeros años de prosperidad, entró a jugar con toda fuerza el factor crítico fundamental de los países semicoloniales: el impe­rialismo. Este logró por diversos medios (dumping, relación de los términos de intercambio, etcétera) ir estrangulando paulatinamente a la burguesía nacional y su gobierno. Los diversos tratados celebrados con el imperia­lismo —verdaderamente lesivos para el país— culminaron el proceso de entrega. En fin, el balance de la experiencia nacional-burguesa del peronismo ha sido la crisis: estancamiento y retroceso de la industria, la caída de la ocupación industrial y de los salarios reales, el crónico déficit energético, la crisis de la economía agraria y del comercio exterior, la inflación, etcétera.
Yendo ahora a su aspecto político, el rasgo fundamental del peronismo estuvo dado por su aspiración de desarrollar y canalizar simultáneamente la creciente presión del proletariado en beneficio del grupo dirigente pri­mero y de las clases explotadoras luego. De aquí que nosotros hayamos calificado al peronismo como bonapartismo, esto es, una forma intermedia, especialísima de ordenamiento político, aplicable a un momento en que la tensión social no hace necesario aún el empleo de la violencia, que median­te el control del aparato estatal tiende a conciliar las clases antagónicas a través de un gobierno de aparente equidistancia, pero siempre en beneficio de una de ellas, en nuestro caso la burguesía.
El capitalismo, frente a la irrupción de las masas populares en la vida política, y sin necesidad inmediata de barrer con la parodia democrática que la sustenta, trata de canalizar esas fuerzas populares. Para ello necesita favorecer, por lo menos al comienzo, a la clase obrera con medidas sociales, tales como aumento de salario, disminución de la jornada de trabajo, etcétera. Pero como estas medidas son tomadas, por definición, en un pe­riodo de tensión económica, el gran capital no está en condiciones mate­riales y psicológicas de soportar el peso de su propia política. Lógico es, entonces, que lo haga incidir sobre la clase media, la que rápidamente pierde poder, pauperizándose. Con ello se agrega un nuevo factor al pro­ceso de polarización de las fuerzas sociales.
La política de ayuda obrera referida se realiza, en realidad, en muy pequeña escala, si es que alguna vez se realiza, dándosele apariencia gigan­tesca por medio de supuestas medidas de todo orden.
Las consecuencias de este demagogismo son fácilmente previsibles: dis­locan aún más el sistema capitalista, anarquizándolo y por lo tanto, acele­rando su proceso crítico. Además, la política demagógica relaja la capacidad de trabajo de los obreros, lo que explica que cuando el capitalismo necesita readaptarlos para el trabajo intenso, tenga que emplear métodos compul­sivos. Ésta es una nueva causa que explica el totalitarismo y una nueva demostración de que, en el actual periodo, el Estado Liberal carece tanto de posibilidad como de valor operativo.
El proceso demagógico presenta algunos resultados beneficiosos, parti­cularmente en el orden social y político. Al apoyarse en el pueblo, desarrolla la conciencia de clase política del obrero. Creemos que el aspecto positivo fundamental del peronismo está dado por la incorporación de la masa a la vida política activa; en esta forma la liberó psicológicamente. En este sentido Perón cumplió el papel que Yrigoyen en relación a la clase media. Hizo partícipe al obrero, aunque a distancia, en la vida pública, haciéndole escuchar a través de la palabra oficial el planteamiento de los pro­blemas políticos de fondo, tanto nacionales como internacionales.
Estos aspectos representados por el peronismo fueron los que lo vol­vieron peligroso a los ojos del gran capital De aquí que nosotros hayamos dicho en el primer tomo de La realidad argentina, escrito en 1953, que Estados Unidos "necesita un gobierno de personalidades más formales" que las peronistas, permitiéndonos predecir "que llegado este momento (de profundas convulsiones sociales) el general Perón, instrumento del sis­tema capitalista en una etapa de su evolución, será desplazado".
La pérdida de la base material de maniobra del país y del peronismo restó a éste la posibilidad de continuar con su política, y fue la que con­dujo, en última instancia, a su caída.
La acusación de fascismo lanzada contra el régimen peronista carece de tanto fundamento como la posición que consideró a éste un movimiento de liberación nacional. Para demostrar que el mismo fue bonapartista y no fascista, será suficiente con indicar que se apoyó en las clases extremas, gran capital y proletariado, mientras la pequeña burguesía y en general la clase media, sufrió el impacto económico-social de la acción guberna­mental.
Por el contrario, en el fascismo, la fuerza social de choque del gran capital, está constituida por la pequeña burguesía. Esta circunstancia ex­plica que las persecuciones contra el proletariado bajo el régimen fascista, encierren tanta gravedad, ya que la acción represiva está a cargo de toda una clase. Es necesario distinguir entre dictadura clasista y dictadura po­licial.
La torpe y reaccionaria acusación de fascismo, partió de la Unión De­mocrática, de triste recuerdo. Las fuerzas más oscuras de la política argentina, coaligadas en la Unión Democrática, en la que no faltó el apén­dice izquierdista, no quisieron o no supieron comprender en su hora toda la importancia del nuevo fenómeno representado por el peronismo, y de su desprestigio e incapacidad cosechó éste para conquistar el poder. Así, nosotros pudimos predecir el triunfo del coronel Perón, en nuestro traba­jo "La crisis política argentina".
El gran odio que le profesó la "oposición democrática" se debió a que su régimen destapó la olla podrida de la sociedad burguesa, mostrándola tal cual es. La juridicidad burguesa y la sacrosanta Constitución Nacional perdieron su virginidad poniendo al descubierto su carácter de servidoras de una situación. Se destruyó la unidad del ejército y se colaboró en la descomposición de los partidos políticos, etcétera. En efecto, no fueron los rasgos negativos del peronismo los que verdaderamente separaban a la "oposición democrática", como se ha visto después: el aventurerismo y la corrupción política, administrativa, etcétera, la "pornocracia"; la estatización y burocratización del movimiento obrero; la legislación represiva, hoy en vigor con más fuerza que nunca, etcétera. Asimismo, con la caída de Perón no se trató de corregir esos defectos, sino terminar con los exce­sos, de su demagogismo, demasiado peligroso ya en un periodo de contracción económica. El golpe de Estado de !955 cumple ese objetivo del gran capital nativo-extranjero [...]
Creemos que en Latinoamérica están dadas las condiciones para una re­volución socialista, pero nos faltan todavía algunas condiciones subjetivas. Claro está que el análisis de esta situación significa resolver el grave pro­blema —tal vez el más grave que enfrenta la revolución socialista en el mundo— sobre las relaciones entre masa, partido y dirección.
El M. I. Revolucionaria (Praxis) ha enfrentado y buscado solucionar estos problemas, mediante la formación de cuadros medios obreros, ma­nuales e intelectuales, que puedan llegar a ser grandes conductores socia­les. En esta forma, si algún día llega —como llegará— el ascenso revolu­cionario en el país, no se irá al fracaso, tal como sucedió en Bolivia por ejemplo, en el que las condiciones objetivas están maduras y poco o nada se hizo por la ausencia de una dirección numerosa y consciente.
El primer requisito de una dirección consciente reside en la firme creen­cia en la jerarquía de la masa obrera y en la necesidad de acatar los dicta­dos de la magnífica capacidad creadora de las masas populares.
Debemos ahora dedicar la atención a los elementos de las otras clases que pueden integrarse con el proletariado en la lucha por la liberación del hombre. Ante todo, corresponde el estudio de la pequeña burguesía pauperizada.
Esta sufre directamente las consecuencias de la concentración económi­ca monopolista. La situación de esta subclase debe ser tenida especialmente en cuenta, por cuanto su posición intermedia la hace apta para cualquier desplazamiento social. Es necesario hacerle comprender que su porvenir está ligado a los intereses del proletariado, que puede liberarla de la opre­sión económica y social que sufre.
Junto a los elementos sociales examinados, debemos tener en cuenta también a sectores o individuos de la intelectualidad, que han esclarecido el problema social y se pasan al campo revolucionario.
La toma del poder por el proletariado con la colaboración de los demás elementos sociales tratados, produce un salto cualitativo. Aunque esta opi­nión es suficientemente clara, no siempre es bien comprendida, por la deformación social, intelectual y moral realizada a través de toda suerte de propaganda que empieza en la escuela primaria y acompaña al indivi­duo durante toda su vida. De aquí que, cuando se piensa sobre las posibili­dades y consecuencias de un cambio social, se lo hace dentro de los viejos moldes mentales y de acuerdo a las acostumbradas posibilidades. Y no es así: la toma del poder por el proletariado produce un salto cualitativo que abre inmensas posibilidades, no dadas en la formación anterior.
La clase obrera puede realizar dicha transformación gracias a su mayor independencia frente a la deformación producida por la sociedad capita­lista. Por otra parte, el proletariado, al no compartir ciertas ventajas de la sociedad burguesa, tiene la suerte de no compartir muchas de sus defor­maciones; tal es el caso de los convencionalismos sociales, que por ejem­plo, aplastan la vida de la pequeña burguesía.
Debemos indicar un elemento más: la tremenda y creciente alienación sufrida por los trabajadores bajo el capitalismo, crea en ellos una legítima y a menudo inconsciente resistencia a todo posible esfuerzo productivo o creador, aun cuando ello implique mejoras inmediatas.
La transición a la nueva sociedad socialista encierra un problema importante, porque es evidente que en el país no se han cumplido todos los aspectos de la revolución democrático-burguesa. Establecida esta conclu­sión, y la de que la burguesía ha caducado como fuerza capaz de realizarla y que es el proletariado como fuerza rectora el que debe encargarse esta misión, el problema se resuelve pensando que ya no se trata de reali­zar la revolución democrático-burguesa como etapa cerrada en sí misma, como fin, sino de realizar tareas democrático-burguesas en la marcha de la revolución socialista.
Entre esas tareas inmediatas figura: la lucha contra el imperialismo, que sólo puede ser realizada por un partido marxista revolucionario que se fundamente en las masas. Además, será necesario resolver los graves problemas que impiden el desarrollo industrial y agrario del país. En el primer aspecto, deberán colocarse las grandes fuentes de producción en manos de la colectividad, dando en esta forma poderoso impulso a la acumulación económica. En el otro aspecto, el agrario, las fuerzas socialis­tas deberán realizar, no ya un paso o un salto adelante, sino la revolución agraria integral, cuya primera manifestación es la nacionalización de los latifundios. Esta nacionalización deberá realizarse, no para distribuirlos en forma de pequeña propiedad, sino para ser colectivizados, medida que permitirá, entre muchas otras cosas, el empleo masivo de la maquinaria agrícola.
Por supuesto, para la realización de tales tareas se requiere un cambio cualitativo en el aparato estatal. Éste no podrá estar en manos de un sector privilegiado de la sociedad, sino en manos de la colectividad social como tal; en otras palabras, implica el cambio del Estado por la Comunidad.
Solamente una organización socialista podrá resolver el problema de la libertad de conciencia, separando efectivamente la Iglesia del Estado, im­pidiendo que los intereses confesionales se entrometan, como lo pretenden, en los problemas político-sociales, en una tentativa de imposible regresión a la Edad Media.
En fin, la organización socialista de la sociedad es la única que puede asegurar al hombre su libertad, que no ha podido ser dada por los parti­dos tradicionales, ni al país ni a sus propias organizaciones. Para ello la nueva fuerza tendrá que asegurar al hombre la libertad política y espiritual.
Pero la revolución socialista tiene un sentido más, que es su internacionalización. Esto es importante porque distintas tendencias de izquierda pro­pugnan aparentemente lo mismo, pero en realidad con un contenido y resultado totalmente distintos.
En efecto, los representantes de las corrientes pequeñoburguesas, ya sea en el campo burgués o en el marxista, sostienen también la tesis de la integración latinoamericana. El problema se circunscribe a saber si tal tarea puede ser realizada por las burguesías nacionales o por el contrario es tarea que cabe exclusivamente a las fuerzas que actúan en la revolución socialista. Sostenemos la última alternativa, dado que: desde el punto de vista general, las burguesías nacionales son, por definición, nacionales, y han nacido, vivirán y morirán como tales. Y esto es tanto más válido en nuestra época, en que las burguesías, para poder sobrevivir, deben luchar a dentelladas entre ellas. A esta acción disociadora debe agregarse la fun­ción disolvente del imperialismo, creando o avivando antagonismos. Ade­más de lo dicho, podría agregarse el aspecto histórico, es decir, la no reali­zación de ninguna unidad internacional en manos de la burguesía, dado su carácter fundamentalmente competitivo.
La única posibilidad de realizar la unidad latinoamericana está dada por la toma del poder por las fuerzas socialistas. Solamente una clase libre de los intereses nacionales e internacionales que envuelven a la burguesía, puede realizar tal tarea. Tanta importancia asignamos a la internacionalización de la revolución para la supervivencia de un intento de socialismo en cualquier país latinoamericano, que creemos que debe ser una de las tareas centrales de toda revolución. Buena parte de sus energías y recursos debe ser desti­nada a esta finalidad. Los recursos que las burguesías nacionales y sus Es­tados sustraen a la comunidad y despilfarran sin sentido, deben ser desti­nados por la primera revolución socialista para la extensión y el triunfo revolucionario en los demás países latinoamericanos.
No es posible indicar dónde o en qué país se iniciará la lucha, pero es evidente que esta lucha ha de comenzar pronto. En cualquier forma nuestro país tiene una tarea importante y decisiva que cumplir: la consolidación de la revolución socialista latinoamericana se producirá, en efecto, con la re­volución argentina. Esto será así, por el poderoso desarrollo relativo y él consiguiente peso específico que hemos adquirido en todos los órdenes de la actividad económica, ideológica, etcétera. En este orden de ideas, piénsese solamente en lo que significarán las vastas praderas argentinas, junto con las zonas montañosas ricas en yacimientos minerales de Brasil, Chile, Bolivia, Perú, etcétera, y se tendrá una idea de las enormes posibilidades que tiene esta parte del mundo para realizar una integración de carácter económico. Y decimos integración, porque, al quedar suprimida la competencia, tiende a ir dejando de funcionar la ley del desarrollo combinado.
Dicha integración económica centuplicará las fuerzas originales de los países que la realizarán. Por otra parte, todo nuevo país que se va sumando a! proceso revolucionario asesta un golpe mortal al imperialismo desde va­rios puntos de vista. Lo obliga a dividir los recursos financieros y militares disponibles para la represión internacional. Le reduce el mercado para la producción e inversión, agudizando sus contradicciones sociales y políticas internas al restarle las bases materiales para el equilibrio relativo que varios imperialismos han gozado, en distinto grado durante décadas.
Tal es, a grandes rasgos, la perspectiva estratégica determinante de la enorme tarea que se ha impuesto el MIR (Praxis), a la que ha dado prin­cipio de ejecución mediante un trabajo práctico y teórico incansable. Creemos que es hora ya de que la izquierda, abandonando viejas rivalidades y falsas posiciones, se decida a formar por fin, un gran frente para librar la batalla definitiva contra la opresión capitalista.
Si las viejas direcciones, que durante décadas han marchado separadas del proletariado argentino, insisten en optar, no entre los movimientos de izquierda, sino entre las distintas fracciones de la burguesía, llámense éstas Unión Democrática, peronismo o frondizismo, serán entonces sus propias bases las que les den la espalda, cansadas de seguir dando vuelta a una noria que no conduce a ninguna parte. El dilema de la hora es bien claro: o so­cialismo revolucionario o dictadura burguesa. Que cada uno elija su lugar en la lucha.

26.5.07

La finalidad del conocimiento científico y literario en relación al caso de la biotecnología cubana

Belén Gopegui
Cuadernos Hispanoamericanos, nº 681
En el poema Guía para la Física Moderna de un Niño, Auden escribe: "Esta pasión de nuestra naturaleza/ Por el proceso de descubrir/ Es un hecho que apenas se puede dudar,/Pero me alegraría más/ Si supiera más claramente/ Para qué queremos el conocimiento".
El físico Richard Feynman había comentado en una ocasión “la falta de aprecio emocional de los poetas hacia los aspectos de la Naturaleza que se han revelado en los últimos cuatrocientos años”. En 1967 alguien le envía el poema de Auden para mostrarle que los poetas modernos escriben prácticamente acerca de todo. Sin embargo, Feynman replica: “El poema del señor Auden sólo confirma esta falta de respuesta a las maravillas de la Naturaleza, pues él mismo dice que le gustaría saber más claramente para qué queremos el conocimiento. Lo queremos para poder amar más la Naturaleza. ¿No daría vueltas a una bella flor en su mano para verla también desde otras perspectivas?”.
Feynman sabe que los hombres buscan el conocimiento con muchos otros fines, para hacer la guerra, para tener un éxito comercial, para ayudar a los enfermos, etc, motivos de diverso valor. Los poetas, dice, entienden estos motivos obvios y sus consecuencias, y escriben sobre ellos. Pero, a su modo de ver, las emociones de “asombro, maravilla, deleite” que se experimentan al descubrir cómo trabaja la Naturaleza en los mundos animado e inanimado raramente se expresan juntas en la poesía moderna. “La insensibilidad de nuestra época”, concluye, “tan lamentada, es una insensibilidad que sólo puede ser aliviada por el arte, y desde luego, no por la ciencia sin arte. El arte y la poesía pueden evocar la belleza y hacer, poco a poco, la vida más bella”.
El poeta y más aún el narrador, podríamos responder a Feynman, se ocupan menos de cómo funciona la naturaleza y más de la cultura, de la llamada civilización, de las acciones y pasiones humanas. Esto acaso explique que ambos hayan perdido cierta capacidad de asombro o maravilla pues, con demasiada frecuencia, no encuentran civilización sino barbarie.
En 1983 Erich Fried escribe el poema Deuda de reconocimiento y lo fecha “cincuenta años después de la subida al poder de Hitler”. Dice así: “Demasiado acostumbrados/ a temblar de indignación/ por los crímenes de los crímenes/ de los tiempos de la esvástica/ Nos olvidamos/ de estarles un poco agradecidos/ a nuestros antecesores/ porque sus acciones / Podrían seguir ayudándonos/ a reconocer a tiempo /la fechoría incomparablemente mayor/ que hoy estamos preparando nosotros".
Tienen a su manera, razón los poetas y los narradores. Tienen razón quienes señalan, como Fried en otro momento, la importancia de remontarse “a las más profundas raíces del mal de las cosas primigenias”. Pero tal vez también el físico tenga a su vez razón. Tal vez el narrador y el poeta deban ocuparse de aspectos de la naturaleza que apenas han sido vislumbrados por la literatura, y ocuparse de aspectos de la cultura y de la civilización que la literatura ha considerado, al menos cuantitativamente, menos importantes.
Pues si las más profundas raíces del mal, el desprecio, la hybris, la mezquindad, la mentira, la cobardía, el miedo, los desastres, las vidas aparentemente tranquilas pero que sin embargo guardan tormentos en su interior, la muerte, la ira, la ambición criminal, los celos, la traición, la tortura, la ignominia, el daño, si todo ello, decía, ha sido abundantemente tratado en la literatura, por el contrario ni las más profundas raíces del bien, ni siquiera las más superficiales, han merecido algo más de unas cuantas páginas a lo largo de los siglos. Decir, como Gide, que con los buenos sentimientos no se hace literatura, no vendría al caso pues la expresión buenos sentimientos alude antes al mero gesto caritativo, la compasión blanda, la ternura empalagosa, que al hecho de investigar cómo funcionan los individuos y las sociedades cuando no producen barbarie sino integridad de ánimo y bondad de vida.
Este, diremos, sesgo del interés que experimentan poetas y narradores, afecta también a los textos que se escriben sobre literatura, sobre política, o sobre literatura y política. Bien es cierto que han sido muchas más las experiencias de conquista, esclavitud, guerra, sometimiento, a lo largo de la historia, que aquéllas en donde grandes grupos humanos han procurado construir espacios de bondad y justicia. Por eso pido ahora, como Feynman, una mirada dispuesta a descubrir de qué modo trabaja esa parte de la naturaleza que llamamos sociedad humana cuando no se devora así misma.
Voy a centrarme en un único sector de la sociedad, la biotecnología, dentro de un único país, Cuba, y en una determinada organización política llamada revolución. Como es sabido, en las revoluciones la justicia social procura ser fruto deliberado de la política y no consecuencia improbable de la economía. Es también sabido, y admitido incluso por sus mayores detractores, que los primeros pasos de la revolución cubana supusieron la creación de un sistema de educación universal totalmente gratuito, la construcción de escuelas primarias, secundarias y preuniversitarias en todas las provincias y la expansión de la educación superior. Además, partiendo de bases prácticamente inexistentes en la etapa pre-revolucionaria, comenzó a surgir y a expandirse la red de instituciones de investigación científica hasta llegar a su composición actual de 221 Centros de Investigación en donde trabajan más de 31.000 personas. Si se incluyen también los profesores de universidad, significa que hay tres investigadores por cada mil personas en edad económicamente activa, una cifra muy superior a la media de América Latina y equivalente a las estimadas para España, Holanda o Austria.
Conviene siempre que se habla de Cuba recordar que no parte de las mismas condiciones que España o Francia. Conviene recordarlo no tanto para disculpar las posibles carencias de la revolución cubana, como para despertar la imaginación europea acerca de lo que sería posible hacer aquí con los recursos que se tienen si los gobiernos y los pueblos decidieran poner la economía al servicio de la política y no a la inversa.
Lo que se hace en la biotecnología cubana, al decir de Agustín Lage, director del Centro de Inmunología Molecular, es romper el ciclo de “causalidad circular” por el cual en los llamados países subdesarrollados los bajos ingresos de la economía y la escasa inversión en ciencia y tecnología se condicionan mutuamente. La creación del Polo Científico de la Biotecnología es, en este sentido, una inversión de Estado destinada a romper esa causalidad.
Cabe citar aquí algunos de los productos y resultados científicos y económicos de la biotecnología cubana: la existencia de más de veinte biofármacos y vacunas incorporadas al sistema de salud, más de novecientas patentes, vacunas novedosas con tecnología propia para prevenir varios tipos de meningitis, el hecho de que Cuba sea el país del mundo con mayor intensidad y cobertura de vacunación, la drástica reducción de la incidencia de hepatitis B, producto de la vacuna recombinante, el acceso amplio de toda la población a medicamentos de alta tecnología o la red nacional de inmunodiagnóstico. Como se ve, los datos sobre productos se unen a los datos sobre su impacto en la salud de la población, lo que significa que la ciencia forma parte de un contexto social y actúa en él. Además, los productos de la biotecnología cubana se exportan hoy a más de cincuenta países.
Volvamos ahora a Feynman: por qué no dar vueltas a la flor en la mano para verla desde otras perspectivas. Parece lógico desear que los grupos humanos sean capaces de crear polos científicos al servicio de la salud colectiva y, por lo tanto, cuando esto así sucede parece lógico querer mirarlo desde otras perspectivas, comprenderlo, saber cómo funciona.
La cuestión, al decir de Agustín Lage, sería: ¿qué puede explicar el fenómeno de que la Biotecnología Cubana, surgida en un país sin desarrollo industrial previo y bajo el bloqueo paranoide de la mayor potencia del capitalismo mundial, haya logrado construir en unos años un balance económico positivo, mejorando al mismo tiempo la salud de la población, generando productos y una base de patentes? Lage da varias respuestas posibles que podemos resumir de este modo:
Una sólida base de inversión previa en educación y salud. Una inversión específica en Biotecnología que deje atrás la orientación de corto plazo propia del mercado y se guíe por criterios socialistas; esto permite proteger los recursos humanos en periodos de dificultades económicas o mantener, por ejemplo, la inversión aun en periodos de crisis como el que siguió a la caída de la Unión Soviética. Una propiedad social de las instituciones que garantiza la integración librándolas de la trampa de competir unas contra otras. Un diseño de las instituciones como “centros de investigación-producción-comercialización” que abordan, por tanto, el ciclo completo de la investigación científica. La consideración del pueblo cubano no como cliente sino como dueño socialista de las instituciones. Y para terminar, aunque habría más puntos, el hecho de que en la biotecnología, como en otras industrias de la llamada “economía del conocimiento”, la productividad dependa directamente de la creatividad de los trabajadores, y ésta, a su vez, de la motivación: “el éxito de la biotecnología cubana fue visto desde el principio”, señala Lage, “como parte de la defensa del socialismo en Cuba”.
A mediados de enero asistí en Madrid un Encuentro con los Premios Nacionales de Investigación 2006. Dos de los cinco premios trabajaban en proyectos de algún modo subvencionados por Bill Gates. Joan Rodés Teixidor, investigador hepático involucrado en un proyecto sanitario en Mozambique financiado por la fundación Bill &Melinda Gates, comentó los anteriores fracasos de esta fundación en otros países de África debido a la incapacidad para hacer un seguimiento de las personas que habían sido tratadas. La solución encontrada iba a ser acudir al GPS para tener controlados a los enfermos. Por otro lado, el catedrático de economía Andreu Mas Colell se había referido a los experimentos económicos destinados a buscar soluciones para salir de la pobreza y al esfuerzo por encontrar experimentos naturales, experimentos que no haya que producir sino sólo estudiar pues ya han ocurrido.
La labor de la medicina cubana en el exterior, que a la motivación económica de cada trabajador une la motivación de justicia volviendo innecesario recurrir al GPS para conocer a la población, no se nombró en aquel acto en ningún momento, como tampoco el experimento socialista que ha permitido a un país del llamado tercer mundo hacer ciencia en unos niveles que alcanzan y en muchas ocasiones superan a los llamados países desarrollados. Puede que no se aludiera a ello por razones ideológicas, o acaso por simple casualidad. Más que el motivo me importa ahora formular una pregunta anterior al poema de Auden, y a la declarada intencionalidad de Feynman. ¿Para qué queremos el conocimiento?, dice Auden. Para amar más la naturaleza, dice Feynman. O acaso también para transformarla en el sentido que dicten las construcciones morales con respecto a la voluntada de evitar el sufrimiento. Pero, en todo caso, la pregunta previa sería: ¿qué conocimiento científico queremos para qué? Y, del mismo modo, en cuanto a la literatura: ¿Qué conocimiento literario queremos para qué?
Aunque existen casos en que el conocimiento se encuentra por casualidad, lo habitual es que primero haya habido una intención. Si se pretende que los campesinos deban comprar las semillas cada año sin poder guardar las obtenidas en su cosecha, es probable que se encuentren tecnologías Terminator hechas para modificar genéticamente las plantas de tal manera que sus semillas se vuelvan estériles al momento de la cosecha. Pudiera además ocurrir que, en el camino, aparezcan tecnologías más benignas para la tierra o para los alimentos, pero sería raro. Y aun si se encontrasen, puesto que la pregunta original no era qué conocimiento necesito para amar más la naturaleza o para mejorar las condiciones de existencia, sino qué conocimiento necesito para vender más semillas, puede incluso suceder que lo casualmente encontrado pase inadvertido o se deseche. La apropiación privada de los excedentes productivos que son de todos, y su utilización como instrumento para ampliar los privilegios, fácilmente genera un para qué ligado a esas “fechorías” que al decir de Fried estamos preparando.
Termino entonces con una hipótesis temeraria en relación a la literatura. Escritores y poetas han padecido a lo largo de la historia la condición de bufones de los poderosos. Y es posible que a la hora de idear sus obras su pregunta haya sido, fundamentalmente: qué conocimiento necesito para agradar al noble, al rey, al rico. En tal caso, tendría una cierta lógica que tantos relatos y poemas de la “alta literatura” hayan versado sobre la pasión sin freno, el barro, la fatalidad. Pues una visión del ser humano como criatura infame, desmesurada y a merced de implacables designios es, sin duda, la que más puede convenir a quienes someten a sus semejantes. Del mismo modo, cabría así comprender que aquellos escritores que buscaban agradar a las llamadas clases populares con relatos de “baja literatura”, hayan construido criaturas tantas veces puras, inocentes e inmersas en un destino que en vez de zarandearlas con violencia, finalmente las premiaba. Y si a los segundos se les ha acusado con frecuencia de pintar los hechos de rosa sólo para agradar, habría que preguntarse hasta qué punto los primeros pintan los hechos un tanto oscuros o al menos eluden dirigir los ojos a lo claro también para agradar.
No todo es, lo sé, tan sencillo; hay grados, matices, combinaciones. Hay, como decía, una historia de la humanidad en la que los intentos de las colectividades por vivir libremente han sido arrasados una y otra vez. Sin embargo, esos intentos germinan de nuevo, ya sea en pequeños círculos, ya en colectividades de cientos de miles de personas. Es verdad, como también ha señalado Lage, que hace falta tiempo para “identificar sus regularidades por encima de lo anecdótico y capturar sus esencias”, ahora bien: una cierta persistencia en el deseo de identificar esas regularidades y capturar esas esencias significaría, al menos, haber elegido una formulación distinta a la pregunta del para qué del conocimiento literario. “Tener tema es tener dinero”, decía Baudelaire en el siglo XIX, o tener tema es tener protección podría haber dicho en siglos anteriores, o tener tema, diría hoy, es tener beneficio. Pero si nos mostramos de acuerdo con Feynman en que la ciencia y el arte pueden hacer, poco a poco, la vida -pero de quiénes- más bella, entonces la pregunta para los científicos, para los sociólogos, para los artistas, sería ¿qué tema, qué conocimiento, qué imaginación queremos para lograrlo? La cuestión es que, si en el concepto de belleza incluimos, como es posible hacer, el de bondad, seguramente muy pocas personas estarían hoy de acuerdo con la afirmación de Feymann, y eso no deja, por cierto, de ser extraño.

Pensamos que las mujeres debemos recuperar la capacidad de hacer

Álvaro Hilario
Diagonal
“Pensamos que las mujeres debemos recuperar la capacidad de hacer”. Silvia Boo y Neka Jara son parte del Movimiento de Trabajadores Desempleados (MTD) de Solano (Quilmes, Buenos Aires). Conversamos sobre la situación de la mujer argentina, también dentro del MTD. Más de la mitad de la población del conurbano bonaerense se encuentra en situación de pobreza y en barrios como el que nos encontramos los niveles llegan al 71%. El capitalismo genera pobreza y, en este contexto, las mujeres acostumbran a ser las más perjudicadas...
SILVIA BOO: Estaría bueno plantearnos el capitalismo no sólo como una cuestión de pobreza. El capitalismo construye un tipo determinado de relaciones que, refiriéndonos a la mujer, no sólo están dentro de las clases pobres, sino que afecta a las mujeres en todos lados. El tema de la dominación es impuesto por el capitalismo; desde la pobreza, desde las relaciones de género, en la educación, en la salud. En este sentido creo que la mujer siempre está más desfavorecida; tiene menos recursos, ha tenido que reaprender a organizar su vida desde otro lugar, en un momento en el que no hay código alguno, ni siquiera de sometimiento. Por ahí, hace 50 o 60 años atrás, había un código de sometimiento, lo cual daba cierta estabilidad a la vida de la mujer dentro de la familia. Ahora, no existen esos códigos y debe ocuparse de todo lo anterior (laburo, pibes...) más todo lo que se le ha venido encima. Esto es lo que nos impone el sistema: cómo nos destruye, cómo nos obliga a estar estancadas en un mismo lugar.
El capitalismo funciona gracias a la existencia de diferencias: nacionales, sociales, de género...
S.B.: Es la jerarquización, en definitiva. Además, es interesante, me parece, esto del neoliberalismo: por un lado habla de la diversidad y por otro lado, la discriminación es cada vez más fuerte en relación a la diferencia. Es decir, por otro lado, homogeneiza como nunca; la diversidad está, ahora, homogeneizada. Es una cosa loca: tenemos la oportunidad de ser cualquier cosa, pero cualquier cosa dentro de los marcos establecidos por el sistema, que son necesariamente opresores y que otra vez vuelven a desconocer la diversidad.
¿La geografía, en vuestra opinión, determina diferentes situaciones para la mujer?
S.B.: En principio, diría que es lo mismo. Hay diferencias culturales, propias de las zonas; formas de organización en cada lugar de acuerdo a su cultura. Las diferencias tienen que ver con quiénes somos y cómo nos organizamos. El sistema está operando de igual manera en todos los lugares.
NEKA JARA: Después de haber estado con grupos de mujeres en Europa, conocer algo de la experiencia de Bolivia y Mujeres Creando, comparto lo que dice Silvia. Es el mismo tipo de dominación: el mismo machismo, la misma jerarquización de los roles, divisiones del trabajo, para hombres, para mujeres, la poca participación de las mujeres en cuestiones públicas. Creo que en la Argentina temas como el machismo y el maltrato están más solapados, más escondidos. Hay un discurso más ‘progresista’; pero la situación de vida, los sentimientos; el maltrato existe.
S.B.: Las zonas urbanas de Argentina están europeizadas, por eso estos temas aparentan ser menos graves que en el resto de Sudamérica, donde no se esconde la brutalidad. Tiene que ver con las formas culturales que adoptó Argentina; sucede lo mismo, pero de otro modo.
Según un informe realizado por el Consejo Nacional de la Mujer, recientemente dado a conocer, una de cada tres mujeres del Gran Buenos Aires sufre algún tipo de maltrato por el hecho de ser mujer. ¿Cuáles serían estas violencias?
N.J.: En barrios como el nuestro, hacerse cargo de la casa y de los pibes es un trabajo exclusivo de las mujeres. El hombre parece tener puertas abiertas para hacer lo que le plazca, mientras la mujer debe cargar con las cuestiones cotidianas. Esto es una forma de maltrato. Las adolescentes embarazadas: la culpa es de la chica y ella debe hacerse cargo o de ser madre o abortar. Y hablamos de abortos caseros, riesgosos para la vida. Muchas mueren. También está el tema del peligro en la calle: las niñas están más expuestas que los niños. Es muy fuerte.
¿Podemos hablar de movimiento feminista en Argentina?
N.J.: El 8 de marzo es un día más. Hay pequeñas experiencias, diversas. Los grupos feministas suelen encarar la legalización del aborto, la denuncia del maltrato, la identidad como género. Conocemos otros grupos que se paran desde otro lugar, como nosotras en el MTD, pensando el tema de la mujer desde un plano global, político, que asume a toda la mujer, no solo algunos aspectos de la vida femenina. La mujer en la sociedad, en el mundo, no en relación, no como esta cuestión de género separándote del resto de lo social. S.B.: Y no como víctima; no recuperar el tema de la mujer desde la victimización -la mujer víctima del abuso, víctima del maltrato- sino la mujer como la potencia, todo aquello de lo que las mujeres somos capaces. Pensamos que hay que recuperar la capacidad de las mujeres de hacer.
N.J.: En los comienzos del MTD, lo que conversamos, lo que podíamos palpar era cómo en un momento de crisis muy grande, las mujeres pudieron tomar las riendas del rumbo de sus hijos, y yo creo que en un primer momento hay un sentimiento de mucha frustración por parte de los hombres. La mujer se pone de pie, y descubre que hay caminos posibles para luchar contra todo eso; yo lo siento así.
LA MUJER EN EL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES DESEMPLEADOS
N.J.: Lo primero que hicimos fue poner en palabras -y ser conscientes- que la presencia de la mujer estaba siendo muy fuerte en el movimiento y que, realmente, estaba dando una forma de organización diferente. Más tarde, en torno a esto aparecieron varios espacios: el maltrato, la violencia, el abuso, la prevención de enfermedades y algunas experiencias fuertes vividas en el seno del MTD. Se organizaron talleres y lo pusimos en discusión. Empezamos a encontrarnos cotidianamente, a hacernos amigas, a charlar de nuestros propios problemas; la necesidad de generar un espacio donde encontrarnos.
Después de diez años, creo que este espacio ha sido donde mejor echó a andar el tema de la horizontalidad y la autonomía. Pensado desde la mujer, pero no desde el fundamentalismo de género; no, mujeres en relación con otros diferentes a nosotras y así construir espacios de lucha y cambio social.
S.B.: Fue importante reconocernos. Para muchas de nosotras el trabajo con el hombre, día a día, mano a mano, era lo cotidiano; la diferencia no era lo cotidiano. Las tareas no se distribuían por el sexo, y las diferencias políticas tampoco se daban por éste. En ese caminar, costaba ver que no éramos lo mismo, que teníamos algo particular, que no mirábamos la vida desde el mismo lugar; ni mejor, ni peor, no era el mismo lugar. El grupo nos ayudó a encontrarnos con esos aspectos nuestros, con cuestiones de la feminidad, lo femenino, lo maternal, la pareja. Cuestiones vividas, pero no trabajadas desde lo femenino.

Fernando “Pino” Solanas: “Nos hicieron creer que no tenemos nada”

El director habla de su film como “una epopeya de la invención”, que intenta rescatar del olvido a nombres que a pesar de todo dejaron su marca en el desarrollo científico e industrial. Y apunta al futuro: “El país está viviendo un momento de recuperación económica, pero no es lo mismo que repartir la riqueza, porque el modelo impositivo de hoy es el mismo de Menem”.

Por Oscar Ranzani
Por momentos parece interminable el proyecto sobre el gran fresco del país pensado por Fernando “Pino” Solanas que comenzó con Memoria del saqueo, película en la que a partir de la crisis de 2001 indagaba en la historia político-económica para diagnosticar la devastación que causó el modelo neoliberal. Memoria del saqueo inició una saga que marcó el retorno al documental del realizador de La hora de los hornos y que continuó con La dignidad de los nadies, film que pone el acento en la resistencia popular antes que en el poder político. El ambicioso proyecto cinematográfico continúa ahora con Argentina latente, largometraje que se estrena hoy, en el que Pino reivindica “tesoros valiosos” que tuvo y tiene el país corporizados en las figuras de ingenieros, técnicos, investigadores, científicos y trabajadores que deberían ser orgullo de la Argentina y, sin embargo, son desconocidos por una amplia mayoría. A lo largo de esta tercera producción cinematográfica (las próximas serán Los hombres que están solos y esperan, donde enfocará sobre lo público y lo privado, y La tierra sublevada, que tratará el tema de los recursos naturales), Solanas recorre el país para (re)descubrir las potencialidades creativas que tiene Argentina, y que pueden ser la semilla de su recuperación y reconstrucción. Una innumerable cantidad de testimonios de profesionales permite conocer lo que se hizo (y se hace) en todo el arco de la ciencia, la tecnología y la industria naval, aeronáutica, aeroespacial y nuclear, entre otras. “Son las capacidades inventivas de nuestros jóvenes científicos que no le tienen miedo a nada. Como dicen los físicos del Instituto Balseiro: ‘Se acabó el colonialismo mental, aquí nadie dice que no se puede’. A pesar de las crisis periódicas del país, la falta de recursos y la fuga permanente de cerebros, la ciencia nacional se siguió desarrollando por el compromiso y la creatividad de sus investigadores. Es la épica de 150 años de desarrollo científico y tecnológico que retomó los saberes latentes y pudo profundizarlos. La historia de nuestra industria, ciencia y tecnología nacional es otra de las epopeyas que demostraron que se pudo y se puede”, asegura Solanas, quien agrega que el film está dedicado a “los jóvenes científicos y trabajadores dispuestos a recuperar la Argentina latente”.
–Este film no focaliza tanto en la crisis sino más bien en la recuperación y reconstrucción del país a partir de las propias capacidades creativas. ¿Es una película acorde con un nuevo momento histórico-político del país?
–Creo que el país está viviendo un momento de recuperación económica. Eso sin duda. Es el cuarto año que tiene más del 8 por ciento de crecimiento. Después de la crisis espantosa que vivimos como fin de los años ’90, se está en un plano de recuperación de la macroeconomía. Que no es lo mismo que repartir la riqueza, porque el modelo impositivo, que es altamente regresivo, es el mismo de Menem. Pero la devaluación hizo que surgiera como un resorte la recuperación económica. Fue lo que aportaron los trabajadores que soportando una devaluación de 3 a 1 cargaron esto sobre sus espaldas, con salarios bajísimos. El milagro de la recuperación industrial es éste. Pero Argentina latente no es una película centrada en el análisis político. No es el análisis de los años ’90 que fue Memoria del saqueo. Tampoco es una crónica de las resistencias sociales como fue La dignidad de los nadies. Argentina latente es una crónica de la epopeya de la ciencia. Parecería ampuloso esto, pero no lo es. La ciencia, la tecnología y las investigaciones en la Argentina a lo largo de su historia tuvieron más olvido que acompañamiento. Tan es así que hay 50 mil profesionales y científicos argentinos que trabajan en el extranjero. Eso es un desastre, una verdadera tragedia. Son profesionales en los que el país invirtió muchísimo dinero en su formación. Piense que tuvimos al superministro Cavallo que mandó a los científicos a lavar platos y que tenía como modelo importar ciencia y tecnología. Eso es decirle a la generación que nos sigue: “Muchachos y chicas, hagan las valijas y vayan a estudiar y trabajar a otra parte, porque éste será un país sólo productor de materias primas”. En definitiva, Argentina latente es una crónica de esta epopeya silenciosa que libraron miles de ingenieros, físicos, biólogos, técnicos, médicos, de todas las especialidades. A pesar del maltrato y a pesar de los olvidos, la ciencia en la Argentina se siguió enriqueciendo.
–¿Cómo logró Argentina mantener esas potencialidades técnicas y científicas que usted menciona en la película, a pesar de las crisis?
–Es como una carrera de postas: de posta en posta. Uno ve los modestos medios con que trabajaba Bernardo Houssay, creador de la Escuela Fisiológica Argentina, alguien que nunca quiso ir a estudiar afuera: Houssay se formó en la Argentina. Era un estudioso de las grandes escuelas de afuera y se sentía, de alguna manera, heredero de la tradición del francés Claude Bernard. Pero fueron defensores de la ciencia argentina. En definitiva, la película rinde un homenaje a tanta gente, a tanta invención. Así como digo que es la epopeya de la invención, de la ciencia y de la tecnología argentina (que son saberes latentes) es, además, la crónica de una pasión. La pasión es el gran tema también que está muy ligado con lo argentino. La pasión es el fuego de toda la juventud argentina. Y es lo que asombra al extranjero cuando viene aquí. ¿Cómo es posible que haya ocho mil o diez mil chicos que estudien cine? ¿Cómo es posible que haya cinco mil o diez mil que estudien teatro? ¿Y cuántas son las bandas de rock que tiene este país? Hay todo un movimiento espontáneo que surge de la necesidad de expresarse, de la pasión de expresarse. Y eso se da también en la ciencia.
–¿Estos hombres que dedican toda su vida a la investigación científica y técnica son otra especie de olvidados y de héroes cotidianos como los que mencionaba en La dignidad de los nadies?
–Son los nadies de la ciencia. Es una cosa increíble: pare a cualquiera y pregúntele quién fue Enrique Gaviola. Nadie tiene la menor idea. Fue uno de los mayores científicos que tuvo la Argentina en el siglo XX. Se formó en la Escuela de Física Cuántica en Alemania en los años ’20. Fue el iniciador, creador o el alma de la Escuela de Físico-Matemática Argentina que nació en La Plata. Sin ese núcleo no tendríamos energía nuclear en la Argentina. Porque los discípulos de Enrique Gaviola, que después fundó el Observatorio Astronómico de Córdoba (un científico multifacético extraordinario), son el núcleo de la física nuclear en la Argentina. Uno de ellos es José Balseiro, quien creó el Instituto de Física Superior que está en el Centro Atómico Bariloche. Este instituto nació en el ’55, donde los alumnos más destacados de Física fueron becados e ingresaron al Instituto, donde convivieron y trabajaron con sus profesores en las investigaciones de sus profesores. No hubieran aparecido los Jorge Sabato, iniciador de la metalurgia, la ciencia de los metales en la Argentina. Sin todo eso, ¿cómo se llega a la industria aeronáutica? Pensemos que en el año ’50 Argentina fabrica el Pulqui II, un avión que compite con el Sabre 86 norteamericano y el 1015 Soviético. ¡En el año ’50! La Argentina en el ’47 está produciendo el primer reactor del Hemisferio Sur. En la fábrica militar de aviones de Córdoba trabajaban 10 mil técnicos e ingenieros de todas las especialidades. Todo eso desarrolla ciencia y tecnología. Igual pasó con la energía nuclear. ¿Cómo es posible que Argentina sea vanguardia en el mundo en construcción de reactores de investigación científica con tecnología propia? Es vanguardia en el mundo. Les ha ganado a las principales empresas. Pero la desinformación del argentino medio es espantosa.
–¿Cuánto incidió en el desconocimiento de la gente sobre los recursos del país la ideología privatizadora que hizo creer que Argentina ya no tenía nada?
–Por supuesto que todo fue un plan malintencionado. Acá se ha hecho creer que no teníamos nada. Y el otro mito que se ha instalado en el imaginario de la gente es que somos pobres: “No nos queda nada, somos pobres, hemos perdido todo y esto es irremediable. El destino que tenemos es el de la pobreza y el sacrificio”. Eso se lo debemos a tantas campañas mediáticas. No cabe duda. En realidad, Argentina es uno de los países más ricos del planeta. Lo repito: Argentina es uno de los países más ricos del planeta. Es una de las regiones alimentarias del planeta y es considerada la sexta reserva de metales. Además, tiene una de las más grandes plataformas marítimas. Tiene 200 kilómetros, pero los nuevos tratados internacionales alargan la frontera marítima a 900 kilómetros de la costa. Estamos superdotados y, además, Argentina tiene una interesante infraestructura científico-técnica. Algunas cosas nos han quitado. Por ejemplo, la privatización del acero, que fue una canallada. Antes se fabricaban aceros especiales, los aceros Santa Rosa. Ahora hay que importar esos aceros especiales. Pero tenemos todas las capacidades, las capacidades están.
–¿Este desconocimiento del que venimos hablando está ligado también a la confusión que hay sobre la noción de propiedad de los bienes? Porque siempre se habla de propiedad del Estado y no de propiedad del pueblo.
–Bueno, es cierto. Ahí hay una gran confusión. Porque acá se hizo creer que los bienes eran del Estado como si el Estado fuera otro propietario o el superpropietario. En realidad, toda la jurisprudencia internacional clásica, la más sólida y seria dice lo contrario: “Los bienes no son del Estado. Los bienes son del pueblo”. Los bienes son de los ciudadanos de un país que han venido contribuyendo a través de generaciones con sus impuestos y con su trabajo a la construcción de los tesoros y riquezas, y todo lo que tiene lo que se llama Estado, lo que es público. Y entonces, ¿qué es el Estado? El Estado es el administrador. Yo digo algo muy simple: un país es como un gran consorcio de copropietarios y el Estado es el administrador del consorcio. Cada cuatro años votamos y damos mandato para administrar el consorcio. Pero el ciudadano no tiene conciencia de que él es un copropietario y que le pertenece la treinta y ocho millonésima parte de esta riqueza. Digamos, Argentina necesita una reforma institucional para afianzar los poderes en el propietario del pueblo. Esos poderes significan la posibilidad de revocar mandatos cuando los mandatarios no cumplen. Cuando el administrador del consorcio no cumple bien la tarea confiada por quienes le pagan, ¿qué hacen los inquilinos del edificio donde viven? Lo echan. Y bueno, hay que reforzar todas esas cosas para reforzar la democracia, la transparencia. Entonces, transformado el Estado en una propiedad de alguien que la administra que es ajena del pueblo... bueno, lo vendieron como quisieron y lo administran como quieren.

22.5.07

"Nuestra propuesta de República confederal va contra un modelo que impide la reivindicación de los pueblos del Estado"

Raúl Calvo Trenado
Kaosenlared
El 27 de mayo son las elecciones municipales y autonómicas. ¿En que lugares del Estado os presentais? ¿Concurrís en solitario o habéis formado alianzas con otras fuerzas en algunos lugares?
En estas elecciones locales el PCPE tiene una presencia diversa, producto de nuestra propia realidad organizativa, y del distinto desarrollo de las políticas de alianzas.
Nuestra presencia es más significativa en Asturies donde cubrimos las tres circunscripciones autonómicas y concurrimos a o­nce municipios, en Madrid es importante nuestra presentación en Leganés y Alcorcón -además del Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad- donde nuestras células tienen un trabajo acumulado significativo, en este caso damos especial importancia al acuerdo de colaboración con el MIA que tiene presencia en municipios a los que nosotros no llegamos, en Andalucía nuestra presencia en más débil en las grandes ciudades -solo presentamos en Córdoba y Málaga- pero tenemos candidaturas en pueblos de tradición luchadora donde destaca Brenes -tenemos la alcaldía y esperamos revalidar- y Aguilar de la Frontera, en estos casos somos parte de una alianza unitaria, UPAN.
En Canarias presentamos candidaturas en las ciudades más importantes, Las Palmas, Sta. Cruz de Tenerife, La Laguna, Ingenio, y a las autonómicas y Cabildos por Gran Canaria y Tenerife.
En el País Valenciano nos presentamos en Valencia, Alicante ciudad y otros municipios de la provincia con alianzas unitarias en algunos de ellos, y Castellón, en este último caso en una coalición electoral producto de un trabajo político previo, donde también participa IU.
En Catalunya nos presentamos en Barcelona, Santa Coloma de Gramenet y otros municipios más, en Lleida concurrimos con una propuesta unitaria que se llama “Lleida trabajadora”
En Cantabria concurrimos tanto a las municipales como a las autonómicas, en este caso la organización ha realizado un gran esfuerzo para conseguir este objetivo.
En Castilla nos presentamos en Valladolid y participamos en alguna propuesta unitaria en Palencia. En Galicia participamos en una candidatura unitaria en el Morrazo. En Extremadura también tenemos algunas candidaturas en municipios.
¿Cuáles son las propuestas básicas del PCPE para este proceso electoral?
En el ámbito municipal nuestras propuestas van en la dirección del establecimiento de mecanismos de democratización de la vida municipal, la creación de las Juntas de Distrito como mecanismos de democracia directa y de participación vinculante en toda la gestión municipal. Contra la especulación planteamos la propiedad pública de los suelos urbanizables para abaratar de manera sensible el precio de las viviendas. La defensa de los servicios públicos con titularidad y gestión pública, así como la reversión de los servicios privatizados en estos años.
El poder municipal debería ser el primer elemento organizador de las luchas populares y de las aspiraciones del pueblo a otro modelo de sociedad. La cuestión municipal no es una cuestión de eficacia sino de cambio de modelo y cambio de prioridades, entonces adquiere todo su sentido una propuesta municipal de una opción revolucionaria.
La política fiscal de los comunistas supone un cambio radical, pues se trata de pasar de la progresiva imposición fiscal indirecta que existe hoy a una imposición fiscal sobre los grandes beneficios y sobre los procesos de revalorización. Es necesario reducir toda la fiscalidad del consumo básico y de los servicios esenciales, reducir tarifas del agua, potenciar y abaratar el transporte público, etc.
A nivel de autonomías, además de nuestra propuesta marco de república de carácter confederal como unión voluntaria de pueblos libres y soberanos, con reconocimiento del derecho de autodeterminación para pueblos y naciones, planteamos una serie de propuestas específicas para cada realidad concreta, desde la definición de las aguas archipielágicas para Canarias hasta transformaciones económicas radicales en cuestiones relativas a políticas agrarias, estructura productiva industrial, gestión del territorio y de los recursos naturales, etc.
En esta cuestión se trataría de dar pasos hacia la derrota del estado de las autonomías como elemento de contención de las reivindicaciones de los pueblos y naciones del estado.
En cualquier caso en nuestra página web (pcpe.es) está el programa de una manera más amplia y detallada para quienes quieran conocerlo a fondo.
¿Cómo valora el PCPE la política municipal que llevan a cabo los partidos mayoritarios PSOE-PP-IU? ¿Y a nivel autonómico?
En la España del capitalismo neoliberal la gestión municipal de los partidos del sistema no es otra cosa que la gestión de los intereses de las grandes empresas, de una manera particular las del sector inmobiliario. No existe por parte de esos partidos una propuesta alternativa al proyecto de ciudad neoliberal y burguesa, de la segregación social y de la marginación. No existe ninguna propuesta de democratización que merezca el nombre de tal.
La corrupción, en este contexto, no es una cuestión de un partido u otro, sino que es intrínseco al sistema. La barrera burocrática existente entre la administración municipal y los vecinos y vecinas es infranqueable, y juega el papel de impedir el control democrático de la gestión pública.
En las autonomías se han creado estructuras de dominación controladas por las fracciones de las burguesías locales que las utilizan para parasitar los presupuestos públicos y para apropiarse de los sectores locales de la producción y de los procesos de especulación del suelo.
Este estado de las autonomías le resuelve a la oligarquía la inestabilidad que le pudieran producir fracciones de la burguesía que quedan desplazadas en el proceso de concentración del capital. Así la oligarquía concede un cierto reparto en la captación de la plusvalía que le garantiza la fidelidad de estas fracciones locales de la burguesía.
Todos los partidos del sistema, incluida IU, han aceptado esta concepción de la estructura del poder, y no solo se someten a ella, sino que actúan como sujetos legitimadores de la misma.
¿Cuál es la postura oficial del PCPE con respecto al ataque del Estado contra las candidaturas de la izquierda abertzale?
El Comité Ejecutivo del PCPE aprobó una resolución con motivo de las últimas prohibiciones de listas de la izquierda abertzale, siempre nos hemos opuesto a estas medidas represivas y lo hemos manifestado con rotundidad en todas las ocasiones en que esto se ha dado.
La Ley de Partidos y la Ley Antiterrorista son dos leyes de estado de excepción, nuestra exigencia siempre ha sido, y es, la derogación de las mismas.
Pero entendemos que el estado no lo hará, ni con uno ni con otro partido en el gobierno, pues ellas se corresponden con la necesidad de las castas dominantes de dotarse de instrumentos represivos frente al ascenso de los sectores democráticos y populares. Eso sirve hoy para Euskadi y mañana servirá para cualquier otra situación que la burguesía no controle y que obtenga amplios apoyos de los trabajadores y trabajadoras.
Últimamente, el PCPE y Corriente Roja han coincido en diversas convocatorias y además en septiembre firmaron conjuntamente un documento por la construcción de un movimiento de masas que traiga la III República (http://www.nodo50.org/corrienteroja/articulo.php?p=2791&more=1&;;;c=1). Aquí en Madrid continuamente se especula acerca de la posible unidad de ambas fuerzas; dejando rumores a un lado, ¿realmente existe coordinación entre ambos grupos?
PCPE y CR hemos tenido voluntad de colaboración en varios frentes a lo largo de estos últimos años, ello se ha concretado en ocasiones, como fue la firma conjunta del documento sobre la III República que mencionas.
Pero no hay un proceso de unidad orgánica hoy, ni es una situación previsible.
El PCPE hace unos meses sí le planteó a CR una propuesta de tomar la iniciativa para la constitución de un Frente de Izquierdas -en el que las dos organizaciones seríamos el núcleo impulsor-, y que tendría como objetivo incorporar a una gran diversidad de sujetos políticos y sociales en una política frentista. No es un frente electoral sino un frente para la organización y la movilización unitaria de las fuerzas de izquierdas. En estos momentos estamos esperando la respuesta de CR, pues ellos nos pidieron un tiempo para concretar su propia posición interna con respecto a esa propuesta.
Creemos que es necesario dar pasos en esta dirección para fortalecer los cientos de luchas y movimientos que tratan de confrontar con el sistema de dominación vigente, tanto en lo laboral como en el tema de la guerra, por la liberación de la mujer, por la defensa del medio ambiente, etc., etc. El inicio de la formación de un Frente de Izquierdas puede ser algo que dinamice una gran cantidad de energías que hoy se agotan estérilmente en muy diversos esfuerzos de lucha y resistencia.
¿Tenéis relaciones con otras fuerza o partidos que se reclaman marxistas-leninistas?
El PCPE se relaciona con todas las fuerzas de izquierdas que tienen una mínima voluntad de diálogo, creemos que esa es una actitud fundamental para vertebrar el campo de la izquierda y fortalecer el movimiento popular.
En el campo de las organizaciones que se reclaman del marxismo-leninismo hay una relación específica, porque se trata de acercar posiciones en el campo ideológico, cosa que con otras fuerzas de izquierdas se limita al campo de la política o de las luchas de masas concretas. Con esa voluntad hemos sido coimpulsores de los encuentros M-L. Esta es una dinámica que, por sus propias características, es más lenta y se desarrolla más en el tiempo.
Para nosotros el campo de la unidad de las fuerzas comunistas es un campo distinto del de la unidad de la izquierda. El avance hacia un gran partido comunista requerirá siempre de la unidad de los diversos destacamentos, hoy dispersos. Pero ese proceso se desarrolla con unos tiempos distintos de las luchas de masas más inmediatas, tiene su propia dinámica.
Para acabar, una pregunta personal en la que pueden verse reflejadas más personas: soy comunista y abstencionista. ¿Qué motivos me daríais para animarme a votar al PCPE?
Siempre, para cualquier persona del campo revolucionario, hay mil motivos para votar a una propuesta comunista.
Tratando de concretar una muy inmediata te diré que cuantos más votos obtenga el PCPE más avanzarán las condiciones para la lucha general de la clase obrera. Al día siguiente de las elecciones todos los sectores cuentan sus votos, si el PCPE avanza en su resultado la conclusión será que “algunas cosas empiezan a cambiar”; y, si el resultado se repite, se dirá por parte de los enemigos del pueblo: “podemos estar tranquilos, esto está bien atado”. Creo que es indispensable que tú colabores a la primera hipótesis: “algunas cosas empiezan a cambiar”. Por eso debes votar PCPE.

19.5.07


Marinaleda también está de elecciones

El País/inSurGente
En Marinaleda la campaña electoral es muy particular. En pocos lugares como en este pueblo jornalero la abrumadora mayoría de las vecinas y vecinos se sienten tan participes con la gestión del Ayuntamiento y de su Alcalde. Asambleas permanentes para debatir los temas importantes, viviendas de auto consturcción con una hipoteca de 15 euros al mes, servicios como guarderías casi gratuitas, construyen una realidad disonante en el mapa social y político de España. Un periodista del pro gubernamental diario El País fue enviado a Marinaleda a hacer una crónica y se encontró con lo que sigue.
El Ayuntamiento de Marinaleda (Sevilla) atiende al público en la avenida de la Libertad, después de las calles Jornaleros y Ernesto Che Guevara y las plazas del Pueblo y Salvador Allende. Y tiene un alcalde, maestro de secundaria, José Sánchez Gordillo, comunista, que gana por aclamación desde hace 28 años. La oposición del PSOE y del PP es casi irrelevante, casi invisible, y el alcalde más rojo de España conservará el mando porque el electorado sintoniza con su perfil revolucionario y la oferta de pisos a 15 euros mensuales.Las casas se las construyen los vecinos, y luego pagan una hipoteca de 15 euros mensuales"El sistema capitalista, en sí mismo, es una gran fábrica de corrupción", afirma Sánchez Gordillo, promotor de una economía "cuyo objetivo no sea ganar dinero, sino repartir la riqueza". Los cabezas de lista de la oposición apenas le estorban ya que, entre otras razones, ni viven en el pueblo. "Aquí les agobiamos un poco", ironiza un funcionario municipal.
El agobio expulsó a Javier Arenas durante la inolvidable campaña de 1995: el político conservador, hoy presidente del PP andaluz, llegó al pueblo sevillano de 2.659 habitantes al frente de una comitiva de colaboradores y periodistas para promover al candidato de su partido, un carnicero que finalmente optó por esfumarse. Arenas se topó con unas calles desiertas y la cafetería del pueblo cerrada, pero sólo para la comitiva. A la voz de ya, la gente salió a las calles y se transformó en turba: "¡Fascistas! ¡Cabrones! ¡Hijos de puta!". El PP se fue.
Ahora regresa con la candidatura de Tomás Pajes. "Creo que vive en Sevilla", indica Juana Sánchez, aspirante a una concejalía suplente por el grupo del alcalde. "Ni el PP ni el PSOE tienen realidad política e ideológica alguna. Sólo actúan a la contra", opina. El Colectivo Unitario de Trabajadores-Bloque Andaluz de Izquierdas (CUT-BAI), liderado por Sánchez Gordillo, tiene nueve concejales (bajo la marca de IU), y el PSOE, los dos restantes. El concejal socialista Mariano Pradas, que vive en Estepa, se presenta de nuevo. Hace ocho años el PP obtuvo un concejal, absorbido en la legislatura siguiente por IU.
¿A qué se deben las sucesivas barridas electorales del alcalde? Eduardo Valderrama, concejal de Urbanismo -el departamento municipal más relevante-, no lo duda: "A lo que hemos hecho. Cuando llegamos al Ayuntamiento, en 1979, había muchísimas familias sin vivienda y un porcentaje altísimo de paro, más del 70%". A principios de los noventa sólo se trabajaban dos meses, en la recogida de la aceituna, y buena parte de las tierras pertenecían al duque del Infantado. "La lucha jornalera, apoyada por este Ayuntamiento, desemboca en el año 1981 en la entrega de las primeras 50 viviendas. Fue un primer paso importante", recuerda Valderrama.
Diez años después se consiguieron 1.200 hectáreas de terreno, fueron creadas 10 cooperativas de jornaleros (asesoradas por peritos agrícolas) y se levantaron más viviendas, campos de fútbol y piscinas. El pleno empleo es casi una realidad, y la buena marcha de las industrias de procesamiento del vino, la aceituna, las habas y el pimiento obligan a la importación de mano de obra. El reto es desarrollar las cooperativas. "La personalidad del alcalde ha influido mucho en el desarrollo de esta comunidad", agrega el edil de Urbanismo.
El regidor de Marinaleda tiene unas luengas y encanecidas barbas, una gran admiración por la revolución cubana, un aborrecimiento por George Bush, un irrefrenable discurso contra el sistema capitalista y la burguesía terrateniente, y una mano siempre tendida: necesita las subvenciones de la Diputación de Sevilla y de la Junta de Andalucía para financiar sus proyectos.
"Tuvimos un sueño colectivo y nos llamaron utópicos, soñadores, idiotas, y se reían de nosotros. Pero con coraje, con inteligencia, con capacidad y con saber aprovechar las contradicciones del sistema hemos conseguimos aquel viejo sueño", afirma Sánchez Gordillo. "Tal vez, como en todo proyecto, podamos cometer errores, que son rectificables, pero lo que no se puede poner en cuestión es una conquista para el futuro de los hijos y de los hijos de nuestros hijos: la tierra no es de nadie. La tierra no se compra, la tierra es de todos".
Y como Sánchez Gordillo decidió que la tierra es de todos, compró o expropió grandes extensiones para obras sociales y ha construido, hasta ahora, 300 viviendas. Las edificó a través del sistema de "autoconstrucción", implantado hace 18 años: el Ayuntamiento cede el solar y la dirección de las obras; la Junta de Andalucía presta el dinero de los materiales, y el comprador de la casa la construye él mismo; y, si no sabe hacerlo, paga 45 euros diarios a los albañiles o electricistas. "Las casas necesitan 30.000 euros en materiales, incluida la dirección de obras, y tardan un año en construirse", explica Valderrama. Resumiendo: si quien adquiere una vivienda se la construye, sólo pagará 15 euros mensuales -el dinero de los materiales prestados por la Junta- durante 70 u 80 años, hasta conseguir la propiedad.
"El alcalde quiere controlarlo todo. Mejor estaría en Cuba con Castro", dice un vecino. Otros agradecen que en Marinaleda "hay más justicia social que en ningún otro lugar de España". "Por ejemplo, tenemos unas estupendas escuelas municipales y comedores infantiles a 12 euros al mes", afirman. El alcalde suele convocar asambleas públicas para debatir los presupuestos y problemas vecinales. "Es un pueblo muy particular, que no se rige con los parámetros de otros", dice la escritora y periodista argentina Susana Falcón, que dirige la Radio-Televisión de Marinaleda, con una cobertura de 50 kilómetros.
La emisora fue sancionada en marzo por piratear la señal de Digital+ y, hace tres años, por emitir ilegalmente películas de las grandes productoras estadounidenses. Falcón, activista contra la dictadura de las Juntas Militares (1976-83) y comprometida con la izquierda, subraya que Sánchez Gordillo no gobierna "porque sí" desde hace 28 años. "Su poder municipal salió de las luchas de Marinaleda". Los candidatos de la oposición hacen poca campaña. "Hasta ahora no han tenido contacto con nosotros", agrega la periodista. "Es como si contaran de antemano con que la abrumadora mayoría del pueblo votará por Gordillo y su gente".

¡“Sicko” está completo y partimos hacia Cannes!

Michael Moore
Rebelión
¡Es una cobertura! Mi nueva película “Sicko” está terminada y tendrá su estreno mundial este sábado en la noche en el Festival de Cine de Cannes. Como con “Bowling for Columbine” y “Fahrenheit 9/11”, hemos tenido el honor de haber sido escogidos por este prestigioso festival para proyectar nuestro trabajo allí.
Mi intención era mantener a “Sicko” en secreto y no mostrarlo virtualmente a nadie antes de su estreno en Cannes.
Eso es lo que he hecho y, como usted puede haber notado si es un receptor de mis infrecuentes cartas por Internet, he mantenido mucho silencio en cuanto a lo que me traía entre manos. En parte era porque estaba trabajando muy duro para terminar la película. Pero mi silencio también fue porque sabía que a la industria de la salud – una industria que representa más del 15% de nuestro PIB – no le iba a gustar mucho de lo que iban a ver en el cine y yo pensé que era mejor no perturbarlos antes de que fuera necesario.
Bueno, sospecho que ir silenciosamente a Cannes, no va a ocurrir. Por alguna extraña razón el 2 de mayo la administración Bush inició una acción contra mi relativa a cómo yo obtuve algunos de los contenidos que ellos creen que hay en mi película. Como ninguno de ellos realmente ha visto la película (¡o eso es lo que espero!), decidieron, contrariamente a lo que hicieron con “Fahrenheit 9/11”, no esperar a que la película estuviera fuera de casa y que ya hubiera rodado demasiado lejos para comenzar el ataque.
Henry Paulson, Secretario del Tesoro de la Administración Bush, lanzó una investigación sobre un viaje que hice a Cuba para filmar escenas de la película. Estas escenas comprenden un grupo de los trabajadores de rescate del 9/11 quienes están sufriendo de enfermedades por haber estado trabajando en Ground Zero (punto en el terreno directamente debajo o encima de la explosión). Ellos han recibido muy poco o ninguna ayuda del gobierno respecto a su salud. No quiero descubrir lo que ocurre realmente en la película porque no quiero estropearles la sorpresa (aunque estoy seguro que oirán mucho sobre ella después que se desoville el sábado).
Además, nuestros abogados me han advertido que diga poco sobre este tema ya que la película va mucho más allá de lo alarmante que resulta “Cuba”. Estén seguros de una cosa: no se infringió ninguna ley. Todo lo que he hecho es violar la regla moderna del periodismo que dice, “no cuestionen a aquellos que están en el poder o tus privilegios de funciones por representación serán revocados”.
Esta acción preventiva tomada por la Administración Bush en la víspera del estreno de “Sicko” en Cannes condujo a nuestros abogados a temer por la seguridad de nuestra película, observando que el Secretario Paulson pudiera tratar de reclamar que el contenido de la película se obtuvo violando el embargo comercial que nuestro país tiene contra Cuba y las leyes sobre viajes que prohíben a los ciudadanos promedio de nuestro país libre viajar a Cuba. (La ley no prohíbe a nadie ejercer su derecho a la primera enmienda de una prensa libre y los documentales son trabajos protegidos del periodismo).
Yo me asombré cuando nuestros abogados me dijeron esto: “¿Estás diciendo que ellos pudieran realmente confiscar nuestra película?” “Sí”, fue la respuesta. “Por estos días todo es posible. Aun si existiera solamente un 20 por ciento de posibilidades de que el gobierno confiscara nuestra película antes de Cannes, ¿quiere alguien correr ese riesgo?”
Ciertamente no. De manera que allí estábamos la última semana, llevándonos en secreto fuera del país un duplicado del negativo principal de forma que nadie del gobierno pudiera quitárnoslo. (Seriamente), ¡yo no puedo creer que haya tecleado esas palabras! ¿Yo mencioné que soy un americano y que esta es América y que NADIE debería tener que decir nunca que tuvieron que hacer una cosa tal?
Quiero decir, amigos, estoy al no aguantar más, ¿investigarme porque estoy tratando de ayudar a algunos de los trabajadores de rescate del 9/11 que nuestro gobierno ha abandonado? Una vez más, arriba es abajo y negro es blanco. Hay solamente dos personas que necesitan una investigación y un juicio y el deseo de esto a todo lo largo de América está tan difundido que usted ni siquiera tiene que ver la presunción de uno u oír el escarnio del otro para saber de quienes estoy hablando.
Pero no, soy yo quien ahora tiene que contratar abogados y sacar clandestinamente mi documental fuera del país de forma que las personas puedan ver una simple película[1]. Quiero decir, ¡se trata solamente de una película! ¿Qué diablos pudiera yo haber puesto en celuloide que requiera tal acción disparatada contra mí?
O.K. Borren eso.
Bueno, ahora estoy en camino hacia Cannes, una copia de la película está en mi bolso. No se sientan muy mal por mí, ¡estaré en el sur de Francia por una semana! Pero después, de regreso a los EE.UU. para un número de estrenos y beneficios y luego, finalmente, una oportunidad para que todos ustedes vean la película que he hecho. Señalen en su almanaque el 29 de junio que es cuando se estrena en los teatros de todo el país y Canadá (en el resto del mundo, se estrena en el otoño).
No puedo esperar para que la vean.
Suyo,
Michael Moore

18.5.07


Silvio Rodríguez: “Pretenden falsear mi deseo de cantarles a los pueblos”

Silvio Rodríguez
Granma
EL laureado autor y cantante Silvio Rodríguez rechazó las interpretaciones de algunos medios de comunicación por la reiteración de su oferta de ofrecer un concierto gratuito en Talca, sureña ciudad chilena, donde en su última gira hace algunos meses suspendió una presentación, en solidaridad con las protestas que se produjeron ante el altísimo precio de las entradas (entre 80 y 110 dólares).
A pesar de que se devolvió el importe ya cobrado, fue presentada una demanda ante los tribunales por abogados de la ciudad. El artista cubano expresa textualmente:
AL PUEBLO DE TALCA, EN CHILE:
“El alegato de defensa del Dr. Eduardo Contreras ha dejado claro que no he cometido infracción alguna y que en ningún momento pretendí ofender al pueblo de Talca. Sin embargo, cierta prensa se ha apresurado a simular que me autocastigo. Pretenden falsear mi deseo manifiesto de cantarles a los pueblos, como si la petición que le hiciera a la presidencia de Chile, antes de la suspensión del concierto y basada en una práctica constante, pudiera maquillarse para hacerla parecer un arrepentimiento. Tratan de hacer creer que mi insistencia en cantar gratuitamente, expresada en el juicio por mi representante, es una rectificación por haber suspendido el concierto.
“¿De qué me voy a arrepentir? ¿De haberme negado a realizar un concierto de entradas prohibitivas, enterado de que sería en una de las zonas más pobres de Chile, en un teatro para mil personas? ¿Arrepentirme de ser un trabajador de la cultura y no un bien de consumo?
“Aclaro que en mi caso no hay remedio. No tengo ni pretendo el balbuceo de los que de súbito quisieran ser otros. Es más: estoy de acuerdo con mi significado, por adverso que pueda resultar. Siento que canto con Víctor Jara, que amo a Violeta Parra, que admiro a Manuel Rodríguez, el guerrillero asesinado en Tiltil. Ellos encabezan mi familia chilena y simbolizan mi arco de las alianzas. Comprendo que por no traicionar a Cuba ni a Chile algunos de allá o de acuyá me quieran mal y hagan cositas que esperan me lastimen. Pero fuerzas colosales no han podido despojarme de Cuba y nadie me arrancará de Chile.
“Volveré a Talca cuando pueda disponer de los recursos logísticos para hacer el concierto que merecen los que deseaban escucharme y no podían pagar las onerosas entradas. Cantaré para aquellos que luego de adquirir los boletos se vieron sin concierto... y prefirieron no acusarme. Nada de esto lo haré por penitencia, sino porque mis canciones salieron de un pueblo como ustedes y ver a su familia las completa.
“Gracias y hasta entonces”.Silvio Rodríguez Domínguez,La Habana, 15 de mayo, 2007.

El movimiento obrero argentino: 1890-2007

Charla entre el sociólogo Agustín Santella y el historiador Nicolás Iñigo Carrera

Anred
Frente al resurgimiento de la actividad sindical por conflictos salariales aparece como necesaria la discusión sobre el movimiento obrero. El actual germen de grupos de trabajadores autoorganizados, el enfrentamiento a la burocracia sindical y al aparato represivo son ejes con un anclaje histórico que es preciso tener presente. En este sentido, ANRed le propuso al sociólogo Agustín Santella que entreviste a Nicolás Iñigo Carrera, historiador y autor de La estrategia de la clase obrera. Enero de 1936.
Agustín Santella es sociólogo, becario del CONICET y autor de La confrontación de Villa Constitución (Argentina, 1975)*. Nicolás Iñigo Carrera es historiador, docente, miembro del Programa de Investigación sobre el Movimiento de la Sociedad Argentina (PIMSA), autor de La estrategia de la clase obrera. Enero de 1936** y co responsable de la biografía de Agustín Tosco***. A propósito del 1º de mayo, ANRed los convocó para que charlen sobre la historia del movimiento obrero argentino, sin más precisiones que ésa.
Agustín Santella ofició como periodista y estructuró el reportaje tomando como ejes distintos momentos de la historia, particularmente simbólicos para el movimiento obrero argentino. El resultado fue un interesante diálogo que se inicia con la primer conmemoración del 1º de mayo y que concluye en la más rabiosa actualidad.
Agustín Santella: ¿Cómo nació la conmemoración del 1º de mayo en el mundo y cómo sucedió en Argentina?
Nicolás Iñigo Carrera: En realidad fue un mismo hecho. El primer 1º de mayo que se conmemora es el de 1890, en Argentina y en el mundo. La idea nació en la celebración por el centenario de la Revolución Francesa, 1889, en París. A los festejos asistió gente relacionada con los movimientos obreros de todos los países donde lo había. En ese congreso Argentina estuvo representada por Alejo Peyret, un delegado vinculado al socialismo francés, y fue ahí donde se decidió que en todos los países se iba a hacer un acto en conmemoración del 1º de mayo, en coincidencia con el que se iba a hacer en Estados Unidos recordando a los mártires de Chicago. Los mártires de Chicago eran militantes obreros que habían sido condenados y ahorcados en 1886, por manifestarse en defensa de las 8 horas de trabajo. Y esa lucha fue la que acompañó la primera conmemoración del 1º de mayo también aquí, en Argentina. Unos días después del acto se entregó un documento al Congreso Nacional, reclamando la jornada de 8 horas, con lo cual se combinaba un reclamo económico con una participación política de los trabajadores en el sistema institucional.
El acto no fue muy grande, hablaron representantes de distintas organizaciones y como los grupos se armaban sobre todo por origen nacional los discursos se hicieron en los idiomas de los oradores. Y aquí entra toda la cuestión en la que se hace a veces mucho hincapié, del carácter extranjero de los militantes obreros, que es verdad pero no en términos absolutos; había también muchos militantes argentinos. El movimiento obrero surge porque acá se desarrolla el capitalismo, no es que vino importado. O en todo caso vino importado con el capitalismo.
Otra cosa interesante vinculada a este primer 1º de mayo es el intento por unificarse formando la primera federación obrera. La resolución de la Asamblea tenía varios puntos. Uno fue presentar el documento por las 8 horas en el Congreso, otro formar una confederación única y otro publicar un periódico, que fue El Obrero y con la dirección de Germán Ave Lallemant se editó un par de años a partir de 1891. Ese primer intento de federación obrera después se disgregó, pero se armaron distintos grupos y de uno de ellos surgió más adelante el Partido Socialista. Ahí es interesante otra cosa que se dice, que el movimiento obrero en Argentina primero fue anarquista, después sindicalista y posteriormente socialista y comunista. En realidad, predominó el marxismo y esto se puede ver en El obrero. El anarquismo creció después, a fines de la década de 1890, y ahí sí se volvió mayoritario.
En todo esta primera etapa, el 1º de mayo fue siempre un momento de importancia, con hechos que pesaron en la historia de la clase obrera argentina y en la política en general, ya desde la década de 1900. No me voy a detener en cada 1º de mayo, pero sí quiero recordar el de 1909, que es el que dio inicio a lo que se conoce como "la semana roja". La semana roja es un hecho bastante olvidado, en general se recuerda la semana trágica, de 10 años después. En 1909 el movimiento obrero estaba dividido entre anarquistas, sindicalistas y socialistas. En la manifestación anarquista el Coronel Ramón Falcón -sabiendo que era un hombre odiado por los trabajadores y en particular por los anarquistas, por haber tenido una participación muy importante en los desalojos, en la "huelga de los inquilinos"- se metió con su auto en el medio de la marcha, despertando el repudio de todos los manifestantes. En ese momento sonó un tiro, de esos de los que nadie se hace cargo, e inmediatamente la montada cargó sobre la manifestación y dejó un tendal de muertos. Cuando en su marcha se enteraron de esto, los socialistas, que se inclinaban por la lucha parlamentaria y no eran muy afectos a la huelga general, a diferencia de los anarquistas y los sindicalistas que la usaban como instrumento permanentemente, declararon el paro general. También lo hicieron los sindicalistas y, por supuesto, los propios anarquistas. Esto dio lugar a una semana de huelgas y manifestaciones callejeras, de choques con la policía. Pero lo más importante no es eso, sino que por primera vez el Poder Ejecutivo, por medio de su Vicepresidente, tuvo que sentarse a negociar con los dirigentes de la Unión General de los Trabajadores, de la Federación Obrera Regional Argentina y del Sindicato del Rodado, que eran los principales protagonistas de este hecho. Si en 1890, durante la conmemoración del primer 1º de mayo, el diario La Nación decía "con esto no va a pasar nada", ahora ya estaban un poco más preocupados.
AS: Se dice que hubo dos grandes etapas para los trabajadores: antes y después del '45. En una el 1º de mayo está signado por la lucha y en la otra se transforma en una jornada de festejo. ¿Representa esto dos movimientos obreros diferentes?
NIC: Ésa es una larga polémica entre los historiadores y sociólogos. Hablar de dos movimientos obreros distintos me parece que es perder de vista todos los elementos de continuidad que hubo antes y después del '45. En la década del '30, o sea antes del peronismo, la estrategia de la mayoría del movimiento obrero organizado sindical y políticamente -y al decir "políticamente" estoy aludiendo al PS y al PC- era integrarse al sistema institucional. No destruirlo, no construir otro, sino formar parte de éste. En ese sentido, con lo que viene después del '45 hay una total continuidad, porque lo que hace el peronismo es incluir al movimiento obrero en el sistema institucional. Antes del '45 había unos 400 mil trabajadores sindicalizados; en el '50 eran más de 2 millones.
Estos serían los elementos de continuidad, pero también hay elementos de discontinuidad o de ruptura, que van en el sentido de que, si bien el movimiento obrero pre peronista tenía como estrategia incorporarse al sistema, aún en sus versiones más reformistas, nunca habían dejado de lado como meta futura -más o menos lejana, dependiendo del caso- la construcción de una sociedad no capitalista. Es ahí donde está la principal diferencia con el peronismo, porque en la concepción ideológica peronista la nueva sociedad ya estaba construida y no dejaba de ser capitalista. En todo caso se podría argumentar que era otra clase de capitalismo, un capitalismo más humano... Pero la meta socialista que tenía el movimiento obrero hasta entonces, en ese momento en general es abandonada.
De todas formas la lucha de clases existe y también se metió en el interior del peronismo. Sobre todo después del '55, el enfrentamiento al capital también deriva en que aparezcan vertientes peronistas que se proclaman socialistas y que empiezan a apostar a la construcción de una sociedad no capitalista. De manera que, excediendo un poco lo de si el 1º de mayo era antes de lucha y después de festejo -creo que hubo un poco de lucha y un poco de festejo antes y después del '45-, me parece que pueden señalarse elementos de continuidad y también de ruptura, pero que a la larga se volvió a imponer al 1º de mayo como una jornada de lucha.
AS: ¿Cuáles son los principales hechos del movimiento obrero haciendo un racconto rápido de la historia entre el '55 y el '76?
NIC: Hay dos procesos que se destacan en esos años. Uno es el de los hechos del '69, el Rosariazo, el Cordobazo, en los que el movimiento obrero tuvo un protagonismo muy especial, porque fue el que condujo la lucha y porque su interés pasó a primer plano. El otro hecho que también es conocido aunque a veces se recuerda menos, es lo que pasó a mediados del '75, con motivo de lo que se conoce como el "Rodrigazo": crecimiento sostenido de los precios, reducción de los salarios reales.
AS: Con el plan económico de Celestino Rodrigo.
NIC: Claro. El programa de Rodrigo -que en realidad lo elaboró Ricardo Zinn, después integrante del equipo económico de Martínez de Hoz- intentó aplicar lo que posteriormente se aplicó en el '76. No lo pudo hacer por la resistencia del movimiento obrero. Y en esa resistencia confluyeron desde el peronismo "ortodoxo", la CGT y las líneas más tradicionales, hasta la izquierda peronista y la izquierda marxista, que son los que van a protagonizar ese fenómeno de las coordinadoras, que Agustín conoce mejor que yo.
AS: A lo que hace referencia Nicolás es a las dos huelgas generales, que son las primeras que se hacen en contra de un gobierno peronista. Esto fue entre junio y julio del '75, durante el gobierno de Isabel. Había huelgas permanentes, grandes manifestaciones y alrededor de eso, un sector del movimiento obrero que fue creando coordinadoras, en Córdoba, el Norte y el Sur del Gran Buenos Aires y La Plata, y que dio lugar al sector más radicalizado.
NIC: De cualquier manera una parte muy importante del movimiento obrero seguía respondiendo a la conducción de la CGT. Las manifestaciones contra el Rodrigazo son las que terminan echando a López Rega y dejando el gobierno en manos del sector más tradicional del peronismo, vinculado al movimiento sindical.
AS: Como resultado de esta lucha se frena el plan de Celestino Rodrigo, cae López Rega y se celebran los convenios colectivos de trabajo que son los que se firmaron después de estos meses de huelga y que hasta el día de hoy son referencia en las negociaciones.
Yendo a los años '90, se dice que después de la caída del muro de Berlín, en el '89, y con el gobierno neoliberal de Menem, el movimiento obrero desapareció. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
NIC: En realidad ese discurso viene de antes, desde inicios de los '80. Yo creo que hay dos maneras de mostrar que eso es falso. Uno puede mirar a la clase obrera en tanto clase organizada por el capital para producir o en tanto conjunto humano que vive del salario, o que sólo puede vivir del salario, aunque a veces no lo consigue, pero no tiene otras maneras de obtener sus medios de vida. Y si uno mira eso ve que las cifras de los censos, aún la cifra cruda, sin mayor análisis, muestran que en Argentina alrededor del 70% de la población tiene que vivir de su sueldo.
Pero uno también puede mirar esto desde la perspectiva de la lucha. Y en la década del '90, cuando supuestamente no había más clase obrera, uno encuentra que el principal protagonista de la protesta hasta el 2001 son los trabajadores ocupados. El único momento en que esto se modificó un poco, aunque tampoco de una forma muy drástica, fue en el 2001 y la primera mitad del 2002, cuando las organizaciones de desocupados, que en realidad algunas son de desocupados y de ocupados, igualaron el peso del movimiento sindical. Pero hay que ver que los desocupados también son clase obrera. Entonces es un discurso que no se sostiene por ningún lado y que sólo está dirigido a aislar a la clase obrera. Porque quién se va a acompañar la lucha de algo que no existe. Y si uno tiene presente la experiencia de la clase obrera argentina, de haber conducido las luchas en la década del '60 y la primera mitad de los '70, no es casualidad que haya un discurso y una política dirigida a intentar aislarla, para que no pueda establecer las alianzas que estableció en aquel momento.
Retomando lo que pasó en el 2001. Si bien antecedentes de la crisis del sistema institucional hay muchos, por ejemplo la abstención en las elecciones de octubre de 2001, la salida a la calle se produce el 19, en contra de la implantación del Estado de sitio. Esta medida se toma por el desorden que venía de unos días antes y que tenía dos componentes fundamentales: los saqueos y las manifestaciones de distintos sectores de la sociedad, no sólo de trabajadores asalariados. Pero ¿cuándo se inician los saqueos y las manifestaciones? El 13 de diciembre, el día en el que la CGT y la CTA habían declarado una huelga general. Por supuesto que después los hechos lo sobrepasan totalmente, pero nos permiten ver cuál es la situación del movimiento obrero. El movimiento obrero tiene fuerza, una fuerza tal que puede influir decisivamente en el desarrollo histórico. Ahora, ¿quiere influir, hasta dónde? Influyó para cambiar el gobierno, sin duda. Pero no va más allá de eso. Tanto es así que cuando asume Duhalde, las tres centrales sindicales van a la Mesa del Diálogo Argentino, después la CTA se retira, pero forman parte de la reconstrucción del sistema institucional.
Entonces, una cosa es que el movimiento obrero pretenda ocupar un lugar dentro del sistema y no superarlo, y otra es que no tenga fuerza o no exista. Existe y tiene mucho peso en la sociedad y en la política argentina. Ahora, no va más allá en definitiva de donde quería ir en 1930. Si uno mira la huelga general de 1936, lo que ve es eso. La mayoría del movimiento obrero qué quería: entrar al sistema institucional. ¿Quería convertir esa sociedad en una sociedad no capitalista? En los hechos no, y ahora es lo mismo. Quiere un espacio, un espacio que no se limita al aumento de salarios o a mejores condiciones de trabajo. Es un espacio que implica porciones de poder, subordinado al gran poder de la Argentina, que es el de la oligarquía financiera. Por supuesto que hay otros elementos a tener en cuenta, como es el hecho de que hay muchos trabajadores que no están sindicalizados porque están en negro. Pero la parte que está organizada tiene fuerza. Y dentro de esa parte que está organizada, la que es atributo del capital concentrado, los gremios grandes, es la que más fuerza tiene.
* Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, 2003. Disponible en http://www.iigg.fsoc.uba.ar/docs/ji/ji2.pdf
** Nicolás Iñigo Carrera, "La estrategia de la clase obrera. Enero de 1936", PIMSA/La rosa blindada, 2000.
*** Nicolás Iñigo Carrera, María Isabel Grau y Analía Martí. "Agustín Tosco. La clase revolucionaria", Madres de Plaza de Mayo, 2006.