28.2.07

El arte tiene que ser honesto

Palabras al recibir el Doctorado Honoris Causa en la Universidad Mayor de San Marcos, en Lima

Silvio Rodríguez
Juventud Rebelde
Recibir este honor de la Universidad Mayor de San Marcos, Decana de América, excede cualquier reconocimiento que pudiera soñar. El hecho de que tanta ilustración universal haya pasado por sus aulas, que este premio lo hayan recibido cubanos como Fidel, Nicolás Guillén y Eusebio Leal, y sobre todo la certidumbre de que César Vallejo estudió aquí, me hace sentir usurpador. Muchas veces he proclamado que el autor de Poemas Humanos tuvo un efecto fundacional en mí.
Sé que, según el protocolo de estos actos, ahora me tocaría dar una clase magistral. Pero solo soy un cantor popular que, para colmo, siempre ha tenido claro que practica un oficio que no suele enseñarse, una profesión sin cátedra. Aunque esto es rigurosamente cierto, para ser más justo debería agregar que existen al menos regiones de la vida que nos enseñan. La escuela de un cantor puede comenzar en las tonadas con que nos duermen las abuelas y con las melodías que escuchamos salir de la cocina mientras nuestra infancia corretea. Son lecciones todo lo que acontece en los hogares, si es que nacemos con la fortuna de un techo, y escuelas son las calles, las ciudades, los dioses y los héroes que nos esperan cuando abrimos los ojos, como queriendo sellar nuestra suerte.
Hay muchas formas de cantar y todas parecen necesarias, o al menos tienen sus profetas. Dicen que cada manera está determinada por cierta zona de los gustos. Pero cantar también es una lucrativa carrera y por eso es parte de la llamada industria del entretenimiento. Uno de los fines de esta curiosa forma de producción es fomentar y expandir una música que nos distraiga en las horas llamadas libres. Para eso fabrican sus canciones y ritmos, que suelen ofertar cuerpos maravillosos y rostros inolvidables. Debo admitir que yo también admiro la simpatía y la destreza de esos cuerpos y que mis pies, que no piensan, pueden marcar compases repetitivos. Pero mi entendimiento rechaza la fábrica que intenta adicionarme a lo vacío. Presto atención, sin embargo, a todo el que se toma en serio su trabajo y trata de hacerlo bien, aun si es un asalariado de la industria del entretenimiento. Lamento si su entorno no le permite otra forma de supervivencia que ponerse al servicio de la compraventa. Pero conozco a otros que han desafiado ese destino y asumen los riesgos de su libertad. A esos que no ceden al facilismo domesticado son a los que identifico como familia. Y es que las melodías que tarareaba mi madre, los sones que bailé en mi juventud, los himnos que aprendí en mi adolescencia y, en fin, la adoración a la canción en mi país, me hicieron asumir mi oficio como necesidad, y no he tenido más remedio que cantar como una aspiración cultural.
También tuve la suerte de tener algunas ideas sobre mundo, antes de sentir el impulso, la necesidad de cantarlo. Recibí lecciones de mi propio país, cuando en 1961 se realizó la campaña de alfabetización a la que nos sumamos 100 000 estudiantes secundarios. A los 14 años me separé de mi familia por primera vez para subir montañas y sumergirme en ciénagas, para recorrer distantes parajes enseñando a leer y a escribir, y a la vez para aprender la estremecedora lección de los que habían sido olvidados. Pero más que sin analfabetos, inaugurábamos un país de mujeres y hombres que, con el apetito del saber abierto, seguían estudiando. Fue entonces que nuestras escuelas y universidades empezaron a crecer y a multiplicarse. Por eso en 1967, cuando empecé a mostrar mis canciones, nuestros niveles de escolaridad iban en franco desarrollo. Haber sido soldado de aquella primera gesta que como lema llevaba un pensamiento de José Martí: «Ser cultos para ser libres», y cuya bandera era el saber sin discriminación, me hizo pensar que a partir de entonces ya nada sería igual en Cuba, ni siquiera las canciones.
Una transformación esencial estaba ocurriendo: la práctica humanista nos mejoraba como gentes y aquella mejora hechizó cualesquiera que fueran los propósitos de cada cual. Cuando yo me puse a hacer canciones la ética y la estética ya eran compañeras. El arte, como parte de la vanguardia espiritual, pensaba yo, debía esforzarse por estar a la altura de la nueva realidad. Un poco antes Alejo Carpentier había inaugurado la Editora Nacional de Cuba y la literatura empezó a circular a precios populares; el Universo rechazaba la guerra contra Vietnam; Casa de las Américas hizó el Primer Encuentro de la Canción Protesta; eran los años del boom literario, del Novo Cinema y del Nuevo Cine Latinoamericanos. Varios compañeros de generación vivíamos lo mismo, habíamos llegado a conclusiones parecidas y poco a poco nos fuimos encontrando. Nuestras canciones, en un inicio aisladas por la soledad, empezaron a manifestarse como una corriente juvenil que primero fue identificada como «trova moderna» o como «trova joven», hasta que fue llamada «nueva trova».
La nueva trova nunca fue un movimiento estéticamente homogéneo y mucho menos pretendió fundar un estilo musical. Lo primero que nos cohesionó fue tener, más o menos, la misma edad y el momento social que vivía Cuba, con el que nos identificábamos. Vivir al lado de un país tan grande y con medios tan poderosos nos mostraba que era necesario conocer y reproducir nuestras melodías de antaño, para que las canciones por venir no olvidaran sus orígenes. Pero lo novedoso es como un pie forzado para las nuevas generaciones, que siempre llegan con la lógica aspiración de una voz propia. Quizá por eso la ruptura llamaba tanto mi atención. Nos tocaba ser jóvenes en un tiempo que también era joven y nuestra sociedad cambiante nos exigía tanto, que respondíamos con una dolorosa honestidad. Creo que ese desgarramiento fue la médula de nuestro aporte. En definitiva ¿a qué se le puede dar crédito en este mundo sino a lo que desafía los abismos?
He leído muchas veces que el compromiso con las aspiraciones de cada tiempo histórico suele ser sustancial para la expresión artística. Pero esta verdad natural no se puede interpretar como una directriz, porque corremos el riesgo de convertir la realidad en su propia caricatura. Lo programático se muerde la cola, por eso, antes que nada, el arte tiene que ser honesto. Cuando alguien le preguntó cómo pensaba que debía ser una canción, José Antonio Méndez, autor de boleros eternos como La gloria eres tú, con la noble sonrisa que lo caracterizaba respondió: Sincera. La canción debe ser siempre sincera.
Cantar es un arte antiguo y extendido por nuestra diversa geografía. Posiblemente no exista actividad de nuestros pueblos que no esté reflejada en alguna canción. Queda mucho por saber de nuestros cantos y ese conocimiento nos ayudará a saber más de nosotros mismos. El compromiso con el amor y con la belleza, con lo real y con lo imaginado, y sin dudas con el reclamo de justicia social que signa nuestra historia, son esencias de la canción latinoamericana. Esa suma de virtudes es la que la mantiene viva y digna. Por eso quiero terminar dando gracias a todos los cantores que esperan por la simple mención que los salve del anonimato y que han sido y son paradigmas de nuestras certezas.
Gracias, hermanas y hermanos del Perú, país de cultura dorada, pueblo generoso que atesora sabiduría, canciones y ejemplos dignos de amor y respeto, como el del joven poeta inmolado, Javier Heraud. Gracias, hermano Hildebrando Pérez Grande; gracias, Escuela de Literatura; gracias a este insigne centro Mayor de estudios, Universal al punto de premiar a un trovador. Por supuesto que interpreto este gesto como un abrazo de pueblo a pueblo. Lo acepto en nombre de maestros como Sindo Garay y Teresita Fernández, de la trova cubana de todos los tiempos, de mi aguerrida generación y muy especialmente en nombre de Noel Nicola, hermano que hace poco se nos fue, pero que antes nos dejó ejemplares versiones cantadas de la inmortal poesía de César Vallejo.

24.2.07


Locura y revolución a escena

Marat-Sade en Madrid, por el grupo Animalario

Javier Villán
El Mundo
Autor: Peter Weis./ Versión: Alfonso Sastre./ Intérpretes: Alberto San Juan, Pedro Casablanc, Nathalie Poza, Lola Casamayor, Javier Gil Valle, Pepe Quero y otros. Grupo Animalario./ Dirección: Andrés Lima./ Escenografía: Beatriz San Juan./ Escenario: María Guerrero./ Fecha: 22 de febrero. Calificación: **** Animalario recuperó ayer en el María Guerrero el mítico Marat-Sade de Peter Weis; ayer pudo, al fin, Alfonso Sastre firmar públicamente la versión que en 1968 rubricó como Salvador Moreno Zarza en El Español.
No es que esto suponga la normalización de la figura de Sastre, y mucho menos la normalización democrática de este país envenenado; pero algo es algo. El montaje de Andrés Lima es, si cabe, más radical que el texto de Weis y la versión de Sastre. Introduce algunos elementos que potencian el fuerte y duro mensaje de Sade y de Marat. Tras los primeros minutos amenazantes de excesiva musicalidad y despropósitos, la función cobra altura y grandeza. Y ya no la pierde hasta el final en el que acaso le sobre un cierto estruendo, pero no la directa provocación contra el público. El Marat-Sade es una bandera del teatro radicalmente político y radicalmente dialéctico, partícipe, en su tórrida formalización, de la crueldad de Antonin Artaud. Y esto lo ha entendido Andrés Lima y lo ha entendido también el extraordinario grupo de actores encabezados por Alberto San Juan (Sade), Pedro Casablanc (Marat) y Nathalie Poza (Carlota Corday).
El título es abreviatura y síntesis de uno más largo: Persecución y asesinato de Jean Paul Marat representado por el grupo teatral de la Casa de Salud de Charenton bajo la dirección del Marqués de Sade. Este larguísimo título no es una retórica descriptiva: expresa una realidad dúplice, una idea de teatro dentro del teatro y expresa también la superior jerarquía de el Marqués de Sade, menos loco que los demás. Cierto que Sade también estuvo internado, pero su reclusión obedecía a razones políticas y morales más que a estricta locura; aunque nunca sepamos muy bien donde están los límites de ésta y la voluntad de quienes la determinan.
La realidad escénica, la verdadera madre del cordero, es la acerada dialéctica entre un escéptico, individualista y amoral (Sade) y un agitador entregado a la revolución política y social (Marat), entre un intelectual reflexivo y un hombre de acción violento: dos formas de utopía y de revolución, el placer y el dogma. En lo que quizá no nos hemos detenido es en la radicalidad del individualismo de Marat que afirma ser la revolución, por sí mismo, y la encarnación de las aspiraciones del pueblo.
Alberto San Juan y Pedro Casablanc asumen formidablemente la complejidad de sus personajes con momentos verdaderamente memorables; por ejemplo, el patetismo de Sade en el monólogo de su derrota; por ejemplo, las alucinaciones y algunos discursos de Marat en la segunda parte. Nathalie Poza, alucinada y sonámbula; y no sería justo silenciar a Bermejo, Javier Gil, Lola Casamayor... Destaca la capacidad de San Juan y Casablanc, especialmente del primero, para mutar de loco a cuerdo, incendiados por la rotundidad y convicción de sus argumentos.
En el lejano estreno de 1968 (Adolfo Marsillach) parte del público se contagió de la temperatura del escenario y Madrid vivió tres noches de turbación escénica y política en las que el teatro recuperó su función agitadora. Al tercer y último día de las representaciones se cerró la taquilla al público y las butacas las ocuparon burócratas de los ministerios, funcionarios de pelaje vario y policías.
Anoche se recuperó esa capacidad de agitación, pero la emoción era otra, el público era otro. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. O acaso nadie cree ya en la revolución, aunque sea a través de la copulación universal. Acaso todos estamos convencidos de que las revoluciones son de atrezzo y figuración. Pero sobre una escenografía espectacular, montones de trapos blancos y una violenta plasticidad, en el escenario del María Guerrero se vivió una gran noche de teatro.

23.2.07


Silvio Rodríguez: "Aún sin Fidel los cubanos no vamos a regresar atrás"

vanguardia.com.mx

El cantautor y poeta Silvio Rodríguez señaló ayer en Lima que "aún sin Fidel Castro los cubanos no vamos a regresar atrás", al responder qué sucederá en la isla después del deceso del líder cubano.En una rueda de prensa, previa al concierto que dará mañana en el estadio Monumental de Lima, el cantautor manifestó que "los cubanos no vamos a regresar atrás, no vamos a ser una neocolonia del imperio que nos desprecia".Agregó que "es probable, y ojalá sea así, que mejoremos y perfeccionemos nuestra manera de gobernarnos. De lo que tengo toda la seguridad es que no volveremos a ser un país dependiente".En su paso por Perú, el cantante recibirá el próximo viernes el grado honoris causa de la Universidad San Marcos, la más antigua de América.Consultado sobre el futuro de la región, Silvio respondió que "hay realidades muy esperanzadoras producto de la conciencia y de una acumulación de injusticias que han llevado al surgimiento de gobiernos en América Latina que defienden los derechos de sus países".Citó, como ejemplo a Bolivia, Ecuador o Venezuela, países de los que dijo tener "muy buenas opiniones"."Además de ellos, hay otros gobiernos, que no son tan osados ni tan revolucionarios, pero que también han detenido aquello de que Washington tenga la última palabra en todo", agregó.Entre éstos, el cantautor cubano de 60 años mencionó a Brasil, Uruguay y Argentina, países que "no son tan osados o temerarios, pero igual de respetables".Con su habitual poética, Silvio confesó que su mayor deseo para los próximos años en Cuba es que fuera "un país donde todas las balsas del mundo se dirigieran como un rincón luminoso de esperanza".Indicó que aunque su sueño no se cumpla, va a seguir habitando esta isla revolucionaria consciente de que "vivir en Cuba es un testimonio físico de compromiso porque voy a correr la suerte que corre el país"."No me parece que vayan a invadir Cuba pero si esto sucede no dudaría en agarrar un fusil, como cualquier hijo de vecino, y defender a mi país", un hecho que el cantautor no considera "digno de especial exaltación".A nivel más personal, Silvio detalló no ser "el trovador de antes, que no tomaba tantas pastillas como ahora, que no tenía responsabilidades, ni hijos"."El de ahora es un Silvio bastante diferente al que hacía canciones y se lanzaba a la vida, pero éticamente es un Silvio bastante semejante", agregó el cantautor.Este Silvio, cuyo "reto supremo" es ahora la muerte, regresa a Perú después de 21 años para ofrecer lo mejor de su repertorio.En él no figura ninguna canción sobre este país andino, aunque si tuviera que hacer una sobre Perú "incluiría a los poetas peruanos César Vallejo y Javier Heraud", al que calificó como "joven poeta que cayó combatiendo por la dignidad de los humildes".También incluiría una referencia a la cultura inca, "que nos representa a toda Latinoamérica", manifestó el cantautor.Nacido en San Antonio de los Baños, el 29 de noviembre de 1946, Silvio Rodríguez lleva 40 años componiendo y 20 álbumes a sus espaldas, el último de los cuales "Erase que se era", fue publicado el año pasado.

Comunicado del EZLN, México 20 de febrero de 2007

Durante 4 meses habrá campamentos de paz en noreste y sureste de México: EZLN, Ejército Zapatista de Liberación Nacional, México, 20 de febrero de 2007.

A LOS PUEBLOS DE MÉXICO Y DEL MUNDO:
A LA OTRA CAMPAÑA:

El pueblo indígena Cucapá, el pueblo indígena Quilihua, la Otra en Baja California, el Frente Popular Francisco Villa- Independiente-UNOPII, el Partido de los Comunistas, la Unidad Obrera y Socialista-UNIOS, la Junta de Buen Gobierno de Los Altos de Chiapas y, a través de su Comisión Sexta, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional…

CONVOCAMOS
al Congreso Nacional Indígena, a la Otra Campaña en ambos lados de la frontera norte, a la Zexta Internazional, a la comunidad internacional y nacional defensora de la cultura indígena y la paz con justicia y dignidad para los pueblos originarios, a las organizaciones civiles y grupos ambientalistas de los 5 continentes, a los pueblos de México y del Mundo, y a los medios alternativos de comunicación para que se organicen y participen directamente o mediante representaciones, en…
LAS ACTIVIDADES Y MOVILIZACIONES QUE POR LA SUPERVIVENCIA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DE MÉXICO, EL RESPETO A LA CULTURA INDÍGENA Y LA DEFENSA DE LA MADRE NATURALEZA SE REALIZARÁN EN TERRITORIO MEXICANO DURANTE LOS MESES DE FEBRERO, MARZO, ABRIL Y MAYO DEL 2007, BAJO EL LEMA:

LOS PUEBLOS INDIOS EN DEFENSA DE LA VIDA, LA CULTURA Y LA NATURALEZA:
ABAJO Y A LA IZQUIERDA.

Cucapás, Quilihuas y Zapatistas unidos en defensa de los pueblos originarios y de la madre tierra.

DURANTE ESTOS MESES, EN TERRITORIOS INDÍGENAS DEL NOROESTE Y EL SURESTE DE MÉXICO, SE INSTALARÁN DOS CAMPAMENTOS NACIONALES E INTERNACIONALES DE PAZ:
EL PRIMERO DE ELLOS, EN LA COMUNIDAD INDÍGENA DE EL MAYOR, EN TERRITORIO DEL PUEBLO INDIO CUCAPÁ, EN LAS CERCANÍAS DE LA CIUDAD DE MEXICALI, BAJA CALIFORNIA, MÉXICO.
Y EL SEGUNDO EN EL POBLADO HUITEPEC OCOTAL (II SECCIÓN), EN TERRITORIO DEL PUEBLO INDIO TZOTZIL, EN LAS CERCANÍAS DE LA CIUDAD DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, MÉXICO.
DE MANERA SIMULTÁNEA, EN LOS TERRITORIOS DE LAS JUNTAS DE BUEN GOBIERNO SE LLEVARÁ A CABO UNA CAMPAÑA PARA CONSERVAR LOS BOSQUES E IMPEDIR LA TALA Y EL TRÁFICO DE MADERAS PRECIOSAS, ASÍ COMO LA DIFUSIÓN DE LAS LEYES INDÍGENAS DE PROTECCIÓN DE LA NATURALEZA.
En Baja California, en la comunidad indígena Cucapá de El Mayor, el campamento de paz tiene el objetivo de acompañar a los pueblos Cucapá y Quilihua en su lucha por la supervivencia, conocer su historia y la de otros pueblos indios del Noroeste de México. Se instalará formalmente el día 26 de febrero del 2007, a las 0930, con una ceremonia tradicional de los indígenas Cucapás. El campamento se mantendrá durante los meses de febrero, marzo, abril y mayo de este año de 2007, en la época de pesca. La Comisión Sexta del EZLN estará presente, con una de sus delegaciones de la máxima autoridad indígena zapatista, desde mediados de marzo del 2007 y hasta finalizar la temporada de pesca. Los reglamentos y condiciones para la participación y estancia en este lugar, serán determinados por el pueblo Cucapá. Para este campamento, exhortamos a todas las personas que van a asistir a que resuelvan por sus propios medios las condiciones de su hospedaje y alimentación, de modo de no ser una carga en las duras condiciones de vida de los pueblos Cucapá y Quilihua. Estos pueblos, y otros originarios y migrantes asentados en el noroeste de nuestro país, ofrecerán alimentos y artesanías originales a precios justos a los participantes en el campamento. El reglamento para el campamento, expedido por los pueblos Cucapá y Quilihua, podrá ser consultado en la página de internet de la Comisión Sexta del EZLN (enlacezapatista.ezln.org.mx).
En Chiapas, en el Cerro de Huitepec, en las afueras de San Cristóbal de Las Casas, en la reserva ecológica bajo protección zapatista de la Junta de Buen Gobierno de Los Altos de Chiapas, el campamento tiene como objetivo la protección de una importante zona de bosque en peligro de ser saqueada por las empresas refresqueras y papeleras trasnacionales. Este campamento iniciará el 13 de marzo del 2007 y se mantendrá indefinidamente. El reglamento de este campamento será dado a conocer, en su oportunidad, por la Junta de Buen Gobierno de Los Altos de Chiapas y podrá ser consultado en la página electrónica enlacezapatista.ezln.org.mx.
Invitamos a los medios de comunicación alternativos y libres, para que se hagan presentes y, con sus conocimientos y habilidades, enlacen ambos campamentos y contribuyan así a la defensa de la naturaleza y sus guardianes originarios, los pueblos indios, y a la unidad del noroeste y sureste del México de abajo.
Invitamos a la prensa nacional e internacional para que constaten y difundan, de primera mano, las condiciones de vida e historia de los pueblos indios del noroeste de México para los cuales los malos gobiernos sólo tienen desprecio y olvido.


¡LIBERTAD Y JUSTICIA PARA ATENCO!

¡LIBERTAD Y JUSTICIA PARA OAXACA!

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos.

México, Febrero del 2007.


21.2.07


Acto de apoyo al CSO Octubre y contra las agresiones nazis

Centro Social Octubre
Viernes, 23 de febrero a las 20.00 horas.
C/ Chorrón 16. Bajo (Guadalajara)

Las bandas de extrema derecha no son un brote o un movimiento residual que se reduzca a un problema de tribus urbanas.Los retrocesos en la calidad de vida y el señalamiento de la inmigración como responsable de los problemas económicos de los trabajadores, hacen de estas bandas un elemento fundamental de sostenimiento del modelo económico capitalista. El pasado 9 de febrero, un grupo neonazi atacó por tercera vez el local del Centro Social Octubre de Guadalajara, con un resultado que pudo ser fatal de no haber sido por la suerte y las medidas de seguridad de dicho local. Este ataque, realizado contra un local situado en el corazón de un barrio humilde de Guadalajara, tiene como objetivo ya no solo atentar contra la vida de sus militantes y vecinos, sino que pretende atentar contra la actividad desarrollada en los últimos años en este centro.El pasmoso silencio que ante este grave hecho han mantenido las organizaciones sindicales y políticas, nos hace gritar aún más fuerte la necesidad de combatir a estas bandas, crecidas y gestadas al amparo de unas Fuerzas de Seguridad que las toleran y una Administración de Justicia que mira para otro lado.El pasado 27 de enero, la Coordinadora Antifascista organizó una manifestación que puso de relieve precisamente esto, una serie de derechos democráticos vulnerados y una escandalosa impunidad de las bandas de extrema derecha.Y este ataque nos da la razón. Las bandas de extrema derecha no son un brote o un movimiento residual que se reduzca a un problema de tribus urbanas. Los retrocesos en la calidad de vida y el señalamiento de la inmigración como responsable de los problemas económicos de los trabajadores, hacen de estas bandas un elemento fundamental de sostenimiento del modelo económico capitalista, cuya acción permite desviar la atención de los trabajadores sobre los que son los verdaderos responsables de la precariedad laboral y los bajos salarios: los grandes monopolios y la casta empresarial gobernante. El Partido Popular, representante genuino de esa casta, no duda ni un segundo en azuzar la represión contra los inmigrantes, pero no para expulsarlos, sino para mantener una situación de ilegalidad que les permita a los empresarios seguir pagando salarios de miseria, así como extorsionar a la clase obrera nacional. Esto es lo que hace que las ideas de extrema derecha, racistas y xenófobas, calen en no pocos sectores populares descontentos de un modelo económico capitalista y de un sistema político que beneficia a unos pocos marginando a la mayoría.Por eso los que trabajamos contra este modelo también estamos en el punto de mira, pues en la realidad concreta de Guadalajara, hemos llevado a cabo campañas políticas contra la especulación inmobiliaria, las agresiones fascistas y de solidaridad con los trabajadores inmigrantes, que ponen sobre la mesa una realidad muy distinta a la que nos venden los grupos empresariales que operan en nuestra ciudad: una ciudad tranquila y alejada del mundanal ruido, en donde el negocio inmobiliario fundamentalmente, es el futuro económico de muchos empresarios. El ataque al Centro Social Octubre es un ataque a los que denunciamos esta otra realidad mucho más dura y peligrosa.

14.2.07

Las paranoias del nuevo rico

Hernan Casciari

En la vidriera de Dolce & Gabanna hay carteras pequeñas, de piel, a 800 euros. A unos metros, en la vereda, un marroquí vende unas idénticas por 15. Como las carteritas de dentro y las de fuera tienen el mismo color, el mismo diseño y el mismo logo, por la tarde llega la policía. En un mundo sensato meterían preso al vendedor que no tiene escrúpulos. En este mundo, en cambio, se llevan esposado al marroquí, por molestar a los nuevos ricos con una realidad escandalosa: el verdadero precio de las carteras.
A los millonarios de toda la vida les importa un pito que la gente de a pie, la gente común, compre falsos Rolex y falsos Ray Ban y complementos falsos de Armani. Ellos están en otra nube, viven en el limbo de los que consumen productos imposibles de falsificar. Mientras no haya vendedor ambulante capaz de imitar un yate, ni un chalet en la Costa Azul con catorce baños, los verdaderos ricos estarán tranquilos. No son ellos los que llaman a la policía para que apresen al marroquí que vende carteras. Entonces, ¿quién llama a la policía?
En España está ocurriendo un fenómeno singular (en Rusia dicen que también, pero yo solamente vivo en España). Aquí, en España, hay mucha gente que se está haciendo rica de golpe y porrazo. Se trata de ricos sin pedigrí, millonarios de sopetón, gente que no ha tenido una familia poderosa en el pasado ni una educación ricachona desde la cuna. Los nuevos ricos son, ante todo, ricos asustados de perder la brújula de un estatus que nunca merecieron.
El estatus es un galardón de prestigio, casi siempre falso, que se da en todas las clases sociales. Mi papá todavía cuenta con orgullo que, en la época de Alfonsín, robaba los desperdicios de otra gente y los metía en casa, a escondidas, para después salir a la calle con sus propias bolsas de basura y que el barrio lo viera. Tener algo que tirar, en ese tiempo y en aquella geografía, también era síntoma de estatus.
Así como mi padre falsificaba basura, en este tiempo el mercado de las falsificaciones se dedica a imitar productos llamados “de marca”. Esta práctica, que ocurre en todo el mundo gracias a la astucia de los chinos, está dejando al descubierto la paranoia de los nuevos ricos, a los que les cuesta mucho aceptar que haya personas pobres y sin suerte comprando sus mismos juguetes de fantasía.
El nuevo rico adquiere una carterita de 800 euros no porque le guste demasiado el producto en sí mismo, ni porque lo necesite, sino porque la carterita tiene un código común: la marca. Este símbolo indica su valor comercial en el mercado de las cosas. Se trata de un código no secreto, no oculto; un código que entenderá todo el mundo a simple vista. Es como si el producto tuviese el precio grabado a fuego y ellos pudieran así generar la envidia de los imbéciles.
Por una cuestión de reglas internas, los nuevos ricos no pueden decir que compran cosas únicamente por el precio inasequible. Entonces dicen que lo hacen por la calidad. Aseguran que se han comprado una cartera costosísima y de marca porque las costuras son mejores, o porque duran toda la vida. Sin embargo, y también por culpa de las reglas internas, a las cuatro semanas ya no pueden seguir usándola, pues ha aparecido otra mejor, o porque demasiada gente ya los ha visto con la primera.
El mercado de la falsificación es, entonces, el infierno de los superficiales. Lo peor que le puede pasar en la vida a un frívolo es que otro, por mucho menos, pueda ostentar sus mismos códigos de grandeza, y ensayar idénticos pavoneos, aunque sean imitaciones vulgares de los códigos reales, aunque las costuras sean pésimas y se destiñan al segundo lavado.
A los nuevos ricos no les importa realmente la calidad de lo que poseen: sólo les importa la seguridad de saber que nadie más que ellos pueden conseguirlo. Para ellos una “marca” indica la seguridad de la subsistencia, la grieta que los separa de la antigua vida de mortales corrientes. Recordemos que no han sido ricos siempre: son nuevos y torpes en el malabarismo de la opulencia. Hace no mucho eran envidiosos de los verdaderos ricos, eran resentidos fisgones de la vida de los otros. Por eso ahora se desesperan para no caer otra vez en la miseria.
Por eso cuando se topa con un marroquí que, en la vereda de enfrente, ofrece códigos de estatus a todo el mundo, y a un precio ínfimo y posible, el nuevo rico se siente estafado en su buena fe.
—Yo quiero que me estafe Dolce & Gabbanna —pareciera decir—, yo quiero que una cartera de mierda me cueste muchísimo dinero, necesito demostrar que puedo despilfarrar y alardear y pavonearme, pero no soporto que me estafen otros. Prefiero que me quiten el dinero, que me sobra, y no la autoestima, porque de eso tengo poco.
Se ha llegado a tal grado de frivolidad que hasta el que te rompe el culo tiene que ser alguien importante, para que valga la pena mostrar el culo roto como un trofeo. La riqueza y la pobreza muchas veces tienen una frontera azarosa. Si las chicas que esta semana han muerto de anorexia en Brasil hubieran nacido 400 kilómetros al sudoeste, serían las chicas que han muerto de hambre en Bolivia.
El nuevo rico lo sabe. Sabe que el azar ha provocado su buena racha, y no el esfuerzo. Sabe que la vida puede quitarle todo tan rápido como se lo ha dado. El nuevo rico necesita desmarcarse de la gente corriente. Porque el estatus —parecen decir los nuevos ricos— es poder elegir quién puede estafarte y quién no.
Parecen decir esto, pero en realidad dicen otra cosa. Lo que dicen es que hay que acabar con el mercado de la falsificación porque involucra la explotación de los chinos, pobrecitos, que están encerrados en los barcos y trabajan por un plato de arroz; dicen que el mercado negro es nefasto porque obliga a trabajar a los niños filipinos y eso a ellos (a los ricos) los hace llorar; dicen que las mafias de las marcas falsas acabarán un día con la bendición del libre comercio. Eso es lo que dicen cuando llaman a la policía desde sus teléfonos móviles, escondidos detrás de un árbol:
—¿Señor policía? Venga rápido a la esquina en la que estoy, puesto que hay un delincuente con una manta, en la calle, ofreciendo a la población cosas inútiles a precios razonables. ¡Apúrese, oficial, que hay muchos pobres a punto de convertirse en ricos falsos!

13.2.07

¿Bueno para Cuba?

¿Ofrece la salida de Castro la ansiada oportunidad de obtener libertad y prosperidad, o sólo señala el fin de una era en la que Cuba ha conocido un éxito sin precedentes? A esta pregunta responden, desde distintos puntos de vista, dos reconocidos periodistas.
Ignacio Ramonet, Carlos Alberto Montaner
martes 13 de febrero de 2007


El comunismo ha defraudado a CubaCarlos Alberto Montaner
Tras casi cincuenta años de sufrimiento bajo el régimen de Fidel Castro, los cubanos pueden prepararse ya de forma realista para la vida después del comandante. En el momento de escribir esto, el octogenario Castro está muy enfermo, tal vez completamente incapacitado. Cuando muera, ¿sobrevivirá el régimen comunista que creó en 1959? ¿O se convertirá el país en una democracia pluralista, con un sistema económico de mercado y la existencia de propiedad privada, como ocurrió con casi todas las dictaduras del Este de Europa tras la caída de la Unión Soviética?
Yo preveo esto último. En América, a principios del siglo XXI, una dictadura en la que no se respetan los derechos humanos, que cuenta con más de trescientos presos políticos –entre ellos, 48 jóvenes por recoger firmas para un referéndum, 23 periodistas por escribir artículos contra el régimen y 18 bibliotecarios por prestar libros prohibidos– no puede sostenerse. La muerte de Fidel Castro será el punto de partida de una serie de cambios políticos y económicos parecidos a los que se produjeron en Europa. Los motivos son éstos:
En primer lugar, el liderazgo de Castro no es intransferible. Es un hombre fuerte que ha ejercido personalmente el poder durante casi medio siglo. Aunque su ideología es el comunismo, pertenece a la misma especie antropológica que Francisco Franco en España o Rafael Trujillo en República Dominicana. Y ese tipo de autoridad, basado en una combinación de miedo y respeto, no puede traspasarse. Es verdad que ha escogido a su hermano Raúl como sucesor. Pero Raúl tiene 75 años, por lo que su edad también es una desventaja, como lo son su alcoholismo y su falta de carisma. Lo más probable es que se limite a desempeñar un papel de transición entre la dictadura comunista y la llegada de la democracia.
Segundo, el pueblo cubano sabe que el sistema creado por Castro ha fracasado. Se enfrenta cada día a la realidad de que el comunismo ha agravado todos los problemas materiales fundamentales de Cuba hasta el punto de la desesperación. Las carencias en alimentación, vivienda, agua potable, transporte, electricidad, comunicaciones y ropa no pueden compensarse con unos sistemas de educación y de salud muy amplios, pero muy deficientes. Paradójicamente, incluso los propios logros del régimen le incriminan. El hecho de que la isla cuente con una población de un nivel educativo razonable alimenta el deseo de cambio de la sociedad y su insatisfacción con un sistema empeñado en que la inmensa mayoría de los cubanos tenga una vida miserable. Nadie está más ansioso por abandonar el colectivismo igualitario que las legiones de ingenieros, médicos, técnicos y profesores obligados a vivir sin la menor esperanza de mejorar. Esos cubanos educados y frustrados son quienes tratarán de presionar para que se produzcan reformas, dentro de las instituciones comunistas o incluso fuera de ellas.
En tercer lugar, llegará un momento en el que Cuba tendrá que enfrentarse a la historia. El país no puede seguir siendo una dictadura comunista, colectivista y anacrónica en un mundo en el que el marxismo ha quedado totalmente desacreditado. Cuba pertenece a la civilización occidental. Forma parte de Latinoamérica, y no tiene sentido que su Gobierno siga manteniendo al país aislado de su entorno, sus raíces y su evolución natural. Al fin y al cabo, las dictaduras de América Latina, tanto las de izquierdas (Velasco Alvarado en Perú) como las de derechas (Augusto Pinochet y los regímenes militares de Argentina, Brasil y Uruguay), han sido sustituidas por gobiernos legitimados en las urnas.
Por último, los reformistas saben que el cambio no sólo es posible, sino deseable. Los dirigentes cubanos, sobre todo los que son más jóvenes que la generación de Fidel y su hermano Raúl, se dan cuenta de que no son héroes de una novela romántica, sino promotores de un sistema absurdo del que todo el que puede se escapa. Y al mismo tiempo saben, porque lo han visto en Europa del Este, que hay vida después del comunismo. Tienen todos los incentivos morales y materiales para contribuir al cambio. Yo predigo un cambio pacífico basado en un acuerdo entre los reformistas del régimen y los demócratas de la oposición, dentro y fuera de la isla.
El futuro de Cuba está aquíIgnacio Ramonet
Quienes afirman que, después de Fidel, Cuba seguirá los pasos de Europa del Este, se niegan obstinadamente a ver lo que tienen ante sus ojos. El presidente Fidel Castro no está ejerciendo su cargo desde el pasado mes de julio; es decir, hace ya más de seis meses que existe el después de Fidel. Y, sin embargo, no ha ocurrido nada. El régimen no ha caído ni han estallado las tan anunciadas protestas públicas. El sistema ha demostrado que puede funcionar con normalidad en estas condiciones, y las instituciones legales están aguantando el impacto de la retirada de Castro. La situación actual, surgida por el empeoramiento gradual de su salud, ha servido de ensayo general para el día en el que ya no esté vivo. Y, por ahora, el ensayo está saliendo bien y confirma que los comentaristas como usted, que comparan Cuba con Hungría, se equivocan.
A diferencia de Hungría, las grandes reformas cubanas no son producto de ideas ajenas impulsadas por tropas extranjeras llegadas en vehículos blindados soviéticos. Nacieron de un movimiento popular en el que se unieron las esperanzas de campesinos, obreros e incluso profesionales de la pequeña burguesía urbana. Es, además, un movimiento que aprovechó el deseo de auténtica independencia nacional (frustrada por la intervención de Estados Unidos en 1898) y el deseo de poner fin a una discriminación racial humillante. Y sigue contando con el apoyo de la mayoría de sus ciudadanos. La muerte de Castro no va a desmantelar un movimiento que ha tardado cientos de años en construirse. Repudiar esta característica nacional es ignorar varias dimensiones esenciales del régimen. Y es no comprender por qué, 15 años después de la desaparición de la Unión Soviética, el sistema cubano sigue en pie.
Desde luego, en los años posteriores a Castro, La Habana sufrirá la influencia de los acontecimientos exteriores. El coloso del Norte se encargará de ello. No hay más que ver la sugerencia del Gobierno de Bush de nombrar a alguien que dirija "la transición en Cuba", como si el país fuera un protectorado colonial. La idea ha escandalizado incluso a algunos miembros de la oposición. Es evidente que Estados Unidos está decidido a mantener una relación equivocada con la isla. Sigue fomentando un embargo que, aparte de hacer sufrir a los cubanos, sólo ha servido que para dar más legitimidad ante los ojos del mundo al régimen que pretende derrotar. La posición de Washington es tan irracional que la propia Administración Bush reconoce que el embargo no se interrumpirá hasta que Fidel y Raúl dejen el poder. Es decir, es un embargo que, más que con un régimen político concreto, tiene que ver con dos personajes determinados. Da una idea del grado de neurosis que dicta la política de Estados Unidos respecto a Cuba.
Aunque no parece probable que la Casa Blanca vaya a cambiar pronto esa terca postura, otros países latinoamericanos han demostrado estar más que dispuestos a reconocer los avances y las ventajas del sistema cubano. El fracaso generalizado en Latinoamérica de los modelos neoliberales predicados en los 90 ha dado nuevo vigor a la imagen de la isla como modelo social. Nadie puede negar los éxitos del Estado en educación, salud, deporte y medicina, gracias a los cuales está volviendo a ser un punto de referencia para los desposeídos del continente latinoamericano. La estrategia de Washington de aislar a Cuba en el hemisferio ha fracasado. De hecho, la isla no ha tenido nunca tanta aceptación entre sus vecinos como en la actualidad. Néstor Kirchner en Argentina, Lula da Silva en Brasil, Evo Morales en Bolivia, Hugo Chávez en Venezuela y Daniel Ortega en Nicaragua han expresado públicamente su respeto por Fidel Castro y su solidaridad con Cuba. Y en su mayoría están adoptando soluciones cubanas para algunos de sus problemas sociales. No hay duda de que ese legado sobrevivirá a Fidel Castro.
Además, usted pasa por alto las reformas que ha emprendido el propio régimen, que incluyen la apertura a las inversiones extranjeras, la desregulación parcial del comercio exterior, la despenalización de la posesión de divisas extranjeras, la revitalización del turismo, y otras. Aún más importante, los gobernantes han diversificado las relaciones comerciales del país y han firmado acuerdos con Argentina, Brasil, China, Venezuela y Vietnam. ¿El resultado? Durante los últimos 10 años, el crecimiento medio anual del PIB cubano ha sido aproximadamente del 5%, uno de los mayores de Latinoamérica. En 2005, por ejemplo, el país alcanzó el 11,8% (si se incluye el valor de sus servicios sociales), y se espera una cifra parecida para 2006.
Por primera vez en su historia, este país no depende de un socio preferente, como había dependido sucesivamente de España, Estados Unidos y la Unión Soviética. Es más independiente que nunca. Con una distinción tan poco frecuente y tan duramente ganada, no parece probable que los cubanos vayan a invertir su rumbo.
Los cubanos son pobres y están esclavizadosResponde Carlos Alberto Montaner
Cualquiera que conozca la historia de Cuba sabe que Fidel dirigió la revolución contra el presidente Fulgencio Batista con el fin de restaurar las libertades en la isla y restablecer la Constitución de 1940, no para crear una dictadura comunista copiada del modelo soviético. La razón por la que el comunismo no ha caído en Cuba, igual que no lo ha hecho en Corea del Norte, es la represión total. Se trata de un tipo de opresión totalmente ligado a un hombre que está muriéndose. Cuando él desaparezca, también desaparecerá gran parte del miedo que su régimen inspira al pueblo.
Por encima de las diferencias políticas, todos los seres humanos tienen las mismas aspiraciones. Prefieren la libertad a la opresión, los derechos humanos a la tiranía, la paz a la guerra, y quieren que mejoren sus condiciones de vida y las de sus familias. Eso es así tanto en Hungría como en Cuba. Los cubanos quieren los mismos cambios por los que siempre han luchado los pueblos reprimidos. Y, cuando la muerte de Fidel Castro les de la oportunidad de hacer esos cambios, la aprovecharán.
No hay más que fijarse en los hechos. En cubaarchive.org, el economista cubano Armando Lago y su ayudante, María Werlau, han recopilado un balance que explica por qué el régimen de Castro ha obligado a dos millones de habitantes (y sus descendientes) a exiliarse. Con Castro ha habido aproximadamente 5.700 ejecuciones, 1.200 asesinatos extrajudiciales, 77.800 balseros muertos o desaparecidos y 11.700 cubanos fallecidos en misiones internacionales, sobre todo durante los 15 años de guerras africanas en Etiopía y Angola. Lo que va a dejar Castro es un legado de sangre e injusticia, no de solidaridad latina y reforma.
Culpa usted a Estados Unidos y su embargo de los problemas materiales que sufre el pueblo cubano. Pero su análisis ignora el efecto devastador que tuvieron el colectivismo y la falta de libertades políticas y económicas –no Estados Unidos– en los países del bloque soviético, hasta desembocar en su desaparición. Y las estadísticas sobre el crecimiento económico de Cuba son muy sospechosas. Las cifras oficiales sobre los logros económicos y sociales de Castro tienen tan poca credibilidad que la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe optó por no tenerlas en cuenta cuando recogía sus propios datos sobre los auténticos parámetros de la sociedad cubana. En cuanto a la idea de que la isla es hoy más independiente que nunca, es ridícula, puesto que gran parte del crecimiento económico del que habla está impulsado por los 2.000 millones de dólares al año (unos 1.600 millones de euros) que proporciona Venezuela.
Cuando comenzó la revolución de Castro, éste afirmó que todos los males económicos tenían su origen en que EE UU explotaba la isla. Desde entonces, ha dicho que se deben a que Washington no la explota. ¿En qué quedamos? También es una curiosa paradoja del régimen castrista el hecho de que se oponga ferozmente al Área de Libre Comercio de las Américas que apoya Estados Unidos y, al mismo tiempo, exija que se levante el embargo para poder comerciar libremente con ese país. Sin embargo, pese a estas contradicciones, lo cierto es que EE UU es un socio comercial muy importante para Cuba. Cada año, los estadounidenses venden a Cuba alrededor de 350 millones de dólares en productos agrarios, autorizan transferencias de dinero por valor de 1.000 millones de dólares (la mitad de las exportaciones de la isla) y, sobre todo, concede visados de residencia a 20.000 cubanos, con lo que libera al Gobierno de graves presiones sociales. Además, Estados Unidos está ya preparándose para poner fin a las sanciones en cuanto Cuba emprenda la vía hacia la democracia. Ésa no es la conducta de un enemigo implacable.
El envidiable historial de CastroResponde Ignacio Ramonet
Incluso aunque Castro fuera tan represivo como dice, la historia ofrece un buen número de ejemplos de pueblos descontentos que se alzaron contra la represión. Desde la antigua Alemania del Este, pasando por Polonia, Hungría y Checoslovaquia, hasta China –para no hablar más que de rebeliones contra el comunismo autoritario–, la gente ha sabido siempre luchar contra la opresión. Sin embargo, en la Cuba castrista no se han producido levantamientos significativos. Cuando el comandante caiga derrotado por la enfermedad, nada indica que los cubanos vayan a alzarse de pronto contra el socialismo.
Usted tiene que dejar de observar la isla a través de un prisma ideológico y de tergiversar los datos para que se ajusten a un esquema preconcebido. Ya es hora de que razonemos como adultos. Sus estadísticas, que mezclan el número de combatientes muertos en una vieja guerra (1956-1959) con el de personas ansiosas por emigrar –en su mayoría por motivos económicos–, no demuestran nada. La exageración se convierte en insignificancia.
Ninguna organización seria ha acusado jamás a Cuba –donde, en la práctica, existe una moratoria sobre la pena de muerte desde 2001– de llevar a cabo desapariciones, ejecuciones extrajudiciales ni torturas físicas a los detenidos. No se puede decir lo mismo de Estados Unidos en sus cinco años de guerra contra el terror. No existe un solo caso de estos tres tipos de crímenes en Cuba. Al contrario, en cierto sentido, el régimen representa la vida. Ha logrado aumentar la esperanza de vida y reducir la mortalidad infantil. Como decía el columnista de The New York Times, Nicholas Kristof, en un artículo el 12 de enero de 2005, "si Estados Unidos tuviera un índice de mortalidad infantil tan bajo como el de Cuba, salvaría a 2.212 bebés más al año".
Estos éxitos son un gran legado de Fidel Castro, que pocos cubanos, ni siquiera los que están en la oposición, estarían dispuestos a perder, y que los numerosos latinoamericanos convencidos por líderes populistas en los últimos tiempos anhelan. Los cubanos gozan de pleno empleo, y cada ciudadano tiene derecho a tres comidas al día, algo que sigue sin conseguir Lula en Brasil.
Pero a Castro no se le recordará solamente como el defensor de los más débiles y los más pobres. Dentro de 100 años, los historiadores le elogiarán por haber construido una nación unida con una identidad sólida, después de un siglo y medio con la tentación blanca y elitista de alinearse con Estados Unidos por temor a la abundante población negra oprimida. Ellos le recordarán como merece, como un pionero fundamental en la historia de su país.
El final de un triste capítuloResponde Carlos Alberto Montaner
¿Cómo puede decir que no ha habido levantamientos significativos? Sabe tan bien como yo que sí ha habido resistencia popular al establecimiento de la dictadura comunista. En los 60, miles de campesinos se alzaron en armas en las montañas de Escambray, pero fueron aplastados por el régimen de Castro. Se calcula que el número de presos políticos en los dos primeros decenios de su régimen ascendió a 90.000, y el propio Gobierno reconoce 20.000.
Además de esta cuantificación del coste humano de la revolución, cualquiera que desee conocer la crueldad de la represión comunista en Cuba puede leer los 137 informes y comunicados de prensa de Amnistía Internacional sobre el tema, así como los abusos documentados en numerosos informes de organizaciones como Human Rights Watch. El crimen más conocido de la era de Castro es, hasta el momento, el hundimiento deliberado del barco 13 de Marzo, ordenado el 13 de julio de 1994, con 72 refugiados a bordo. De los 41 que murieron ahogados, 10 eran niños.
A Castro no se le recordará como una lumbrera ni como un defensor de los derechos humanos. El pueblo cubano recordará la era del comandante con tristeza. Deja como legado un catálogo detallado de cómo no gobernar. Deberíamos tener diversos partidos políticos, no uno solo que es dogmático, inflexible, empobrecedor y equivocado. Deberíamos respetar los derechos humanos.
Deberíamos confiar en el método democrático, en el imperio de la ley, el mercado y la propiedad privada, como hacen los países más prósperos y felices de la Tierra. Debemos tolerar y respetar a las minorías religiosas y a los homosexuales, y prohibir para siempre los actos de repudio o los pogromos contra las personas que son diferentes.
Tenemos que erradicar de forma permanente el apartheid que impide que los cubanos disfruten de los hoteles, restaurantes y playas a los que sólo pueden ir los extranjeros. Debemos vivir en paz, olvidarnos del aventurerismo internacional que tanta sangre costó en África y en la mitad de los grupos guerrilleros del mundo, inspirados por Fidel Castro.
En resumen, con el fallecimiento del comandante debemos esforzarnos en ser una nación normal, pacífica y moderna, no un delirante proyecto revolucionario empeñado en cambiar la historia del mundo.
Ver la verdadResponde Ignacio Ramonet
Ya que hablamos de terribles violaciones de los derechos humanos, ¿por qué no empezamos por la protección que da todavía hoy Estados Unidos en Miami a dos terroristas confesos, los exiliados cubanos Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, acusados de hacer estallar un avión civil cubano el 6 de octubre de 1976 y matar a 73 personas? Un acto que aún no ha denunciado toda la gente de Miami que sigue alimentando viejos resentimientos contra Cuba y que no ha protestado contra las 3.000 víctimas cubanas asesinadas por actos terroristas financiados y dirigidos desde Estados Unidos. ¿Será que hay un doble rasero, un rechazo al mal terrorismo (Al Qaeda) y una aceptación del bueno (anticubano)?
Y, si le preocupan los derechos humanos, ¿cómo puede negar que Cuba, un país pequeño, es el que más ayuda médica suministra a docenas de naciones pobres en todo el mundo? Hay aproximadamente 30.000 médicos cubanos que trabajan de forma gratuita en más de 30 países.
Proporcionalmente, sería como si Estados Unidos enviara a 900.000 médicos al Tercer Mundo. Sólo la Misión milagro, que ofrece operaciones de cataratas gratis a los pobres de Venezuela, Bolivia y Centroamérica, ha devuelto la vista a más de 150.000 personas. ¿Acaso el que una persona pueda ver a sus hijos y los paisajes de su patria no es un derecho humano fundamental? Cuba no acepta que le esté negado a millones de pobres.
Es una pena que, mientras observa su país con una mirada llena de reproches encendidos, no vea usted la verdad de lo que ocurre hoy en Cuba ni sepa cómo interpretar la permanencia de su régimen socialista.
Cuba libreResponde Carlos Alberto Montaner
Siempre existen intelectuales dispuestos a justificar los crímenes. Ocurrió con Stalin y Franco, y ahora ocurre con Castro. Es moralmente incomprensible: aman a los verdugos y odian a las víctimas. ¿Cómo puede el Gobierno cubano respetar la solidaridad con sus vecinos latinos y, al mismo tiempo, no defender los derechos humanos en su propio patio? ¿Dónde está la incompatibilidad entre la solidaridad y la democracia?
Juzgar una dictadura que lleva medio siglo siendo incompetente y atroz por las operaciones de cataratas que realiza es el argumento fascista que suelen emplear los apologistas de Franco: su dictadura fue positiva porque los españoles podían comer tres veces al día. Era también el argumento de los racistas en Suráfrica: el apartheid era positivo porque los negros del país no eran tan pobres como sus vecinos. La dictadura de Castro ha sido buena, según nos enteramos ahora, porque ha suministrado médicos al Tercer Mundo.
No, todas las dictaduras –como todas las formas de terrorismo– son reprensibles. No olvidemos que Castro llegó al poder con tácticas guerrilleras y terroristas (los habaneros recuerdan a la perfección la noche de las cien bombas en 1958), pero más grave es que la isla ha servido de refugio en el que se reagrupan los narcotraficantes, incluidas las FARC colombianas. ¿Estos intelectuales quieren un régimen como el de Cuba para Francia? Supongo que no. Y, si no lo quieren para Francia ni para sí mismos, ¿por qué lo quieren para nosotros, los cubanos? ¿Es que no tenemos derecho a la libertad y la democracia? Sin embargo, pese a esta triste complicidad, llegará un día en el que saldrán libres los presos políticos, se celebrarán elecciones pluralistas y empezará la reconstrucción material y moral de una sociedad empobrecida artificialmente, cruelmente aterrorizada por la represión y devastada por el totalitarismo estalinista. Después de Castro, Cuba será libre.
¡Viva Fidel!Responde Ignacio Ramonet
Los intelectuales importantes siempre han estado de parte de los acosados por la arrogancia de los poderosos enemigos de la Cuba de Fidel Castro. Colocarse en contra de la isla y en favor de EE UU, cuya Administración está acusada de violaciones muy graves de los derechos humanos (torturar a presos, secuestrar a civiles y encerrarlos sin juicio en cárceles secretas, asesinar a sospechosos y crear una prisión en Guantánamo, Cuba, completamente al margen de la ley) por las conciencias respetables del mundo, no es comportamiento propio de un ciudadano medianamente informado. No es ni siquiera una cuestión de actitud intelectual.
Para ser intelectual hay que ganárselo. Y el primer paso es informarse y no mencionar el apartheid surafricano e ignorar que no empezó a desmoronarse hasta que sus tropas de élite cayeron derrotadas en diciembre de 1986 en Cuito Cuanavale, el Stalingrado del apartheid, no por fuerzas estadounidenses, sino por soldados cubanos. Eso fue lo que empujó al surafricano Nelson Mandela, un icono de nuestro tiempo, a decir que la revolución de Fidel Castro había sido "una fuente de inspiración para toda la gente amante de la libertad". También él, como tantos cubanos que llorarán la muerte de su líder, acostumbraba a exclamar: "¡Viva el camarada Fidel Castro!".

11.2.07

Franco: "Es anti-franquista, se llama Felipe González. Estos van a ser el futuro."

EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA REALIZADA EN 1968

Bernardo Neustadt
ENTREVISTA A FRANCISCO FRANCO

Ingresé lentamente a la residencia del caudillo, él estaba como a cien metros de distancia. Bajo de estatura, con uniforme de gala, prendidas todas las condecoraciones. Lo saludé, me senté y me dijo:
–Tiene usted veinticinco minutos.
Le pregunté:
–¿Cómo le va con Perón?
–Mal. Perón quiere que lo reciba, yo no puedo recibirlo, es un asilado. Pero yo he puesto el nombre del presidente Perón a una avenida, a otra avenida María Eva Duarte de Perón, le he puesto República Argentina a una calle; no puedo dejar de reconocer que Perón mató el hambre, a los gallegos nos mandó el trigo, nos mandó la carne cuando todo el mundo se cerró frente a nosotros.
Después le pregunté
–¿Y qué va a pasar en España después que usted no esté?
–España es más importante que yo, yo soy una afortunada casualidad. Estoy preparando un príncipe para que sea rey, para que sea el marco de la unidad española. Usted va a Madrid, conoce un político que se llama Adolfo Suárez; acá mismo en la puerta está Fraga Iribarner, un político de raza; hay un joven abogado que es anti-franquista, se llama Felipe González. Estos van a ser el futuro.
En un momento, cuando ya me había aflojado un poco, me atreví a relatarle una anécdota:
–En la Argentina me contaron que cuando usted era coronel en Marruecos un día escuchó gritos y quejas en el comedor de los soldados. Entonces llamó a un suboficial y le preguntó qué pasaba y él le contestó que se quejaban porque no les gustaba la comida. Usted ordenó que le llevaran un plato, lo probó y dijo: "Este guiso está horrible, no se puede comer". Se dirigió hasta donde estaba la tropa y les comunicó que había ordenado que cambiaran el menú. Un joven soldado tomó entonces su plato y le tiró el guiso en la cara. Enseguida el suboficial lo mandó matar. Usted le dijo "De ninguna manera", pidió una servilleta y se limpió. Cuando trajeron las tortillas y el jamón preguntó: "¿Y ahora cómo está la comida?" Los soldados gritaron al unísono: "¡Muy bien mi coronel!" Se acercó al soldado que lo había agraviado y le preguntó: "¿Qué le parece?" El joven contestó: "Ahora está muy bien, mi coronel". Usted se dio vuelta y le ordenó al suboficial: "¡Fusílenlo!"
El general me dijo:
–Sí, me acuerdo bien. Eso sucedió el 12 de marzo de 1936.
–Quisiera saber por qué tomó esa decisión.
–Pues bien. Yo era el jefe del regimiento. Todo lo malo que pudiera ocurrir dentro del regimiento era culpa mía, desde la comida hasta cualquier otra circunstancia. Después de comprobar que ellos tenían razón en reclamar, hice lo necesario para corregirlo. Aquel soldado me tiró el guiso antes de comprobar mi acción, por lo tanto tuve que dar el ejemplo. Si no lo hubiera fusilado, no mandaba más en el regimiento. Es el principio de autoridad, no hay otra alternativa.
Me dio la mano y me despedí.

10.2.07

La Triple A, la CIA y la Operación Cóndor

El Terrorismo de Estado al desnudo

Stella Calloni
APM
Las investigaciones judiciales en Argentina ponen al descubierto a la macabra red que actuó en este país y en América Latina, bajo el manto de la Doctrina de Seguridad Nacional
La resolución del juez federal Norberto Oyarbide que ordenó el pasado 26 de enero la prisión preventiva de la ex presidenta María Estela Martínez de Perón (“Isabelita”) y su extradición desde España, en la causa que investiga los crímenes de la parapolicial Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) entre los años 1973-1976, creó en Buenos Aires una polémica política a todas luces falsa.
Esta causa está basada en “50 cuerpos de actuación y muchísimos legajos”, según el magistrado y es una de las más importantes en la historia de la justicia argentina, después del juicio a las Juntas Militares de la pasada dictadura (1976-1983).
El juez rechazó que exista algún elemento que responsabilice al ex presidente Juan Domingo Perón, quien falleció cuando gobernaba por tercera vez el país en julio de 1974, pero en cambio considera que la ex mandataria prestó una colaboración “esencial” en los crímenes que cometió la Triple A entre los años 74 y 76, aunque el accionar de este grupo había comenzado en 1973, cuando el ex cabo de policía José López Rega, devenido en Ministro de Bienestar Social en el gobierno peronista, llegó al país.
La especulación política de diversos sectores parece destinada a detener este intento de hacer justicia sobre hechos y crímenes de lesa humanidad cometidos por la organización parapolicial, que como otros no pueden prescribir.
El juez Oyarbide sostuvo que existe "prueba muy puntual que habla de que los ex policías Juan Ramón Morales, Rodolfo Almirón y Miguel Angel Rovira, formaban parte de los grupos operativos" de la Triple A.
En este caso tiene responsabilidad la ex presidenta Perón, por el cargo que ocupaba, su relación directa con los implicados -que eran su propia custodia- y el hombre clave de su gobierno nada menos que López Rega el fundador de la Triple A. Y si no la tiene ella es quien mejor puede explicarlo.
A partir de su llegada al país en 1973 López Rega contó con el apoyo de sectores de inteligencia y hombres de las dictaduras anteriores, grupos de choque de la derecha peronista, entre otras organizaciones como las Milicias Nacionalistas, los grupos nazis, el Comando Nacional Universitario (CNU) que conformaron los equipos de inteligencia para ubicar a las víctimas, dar organicidad e impunidad a los secuestros, torturas y asesinatos.
Más allá de que Oyarbide hubiera actuado o no, la investigación de los hechos de la pasada dictadura llevaban inevitablemente a su más directo antecedente que es la Triple A, como se puede ver en el accionar del grupo. De hecho en todas las investigaciones sobre la Operación Cóndor -coordinadora criminal de las dictaduras del Cono Sur- surge la presencia de los hombres de la Triple A, ex policías, integrantes de cuerpos de seguridad y delincuentes, en la mayoría de los casos, como su actuación en el Centro Clandestino de detención Automotores Orletti, clave en la historia del terror.
Así, el juez decidió la prisión preventiva contra Isabel y los ex policías federales acusados por los homicidios de la Triple A y estableció que si España no extradita a la ex presidenta, podrá ser juzgada en ese país, al que se remitirán los expedientes necesarios.
Sería imposible entonces esconder bajo la alfombra el antecedente básico de lo que sería Cóndor, cuando la llegada de la dictadura argentina el 24 de marzo de 1976 institucionalizó a esta operación contrainsurgente que ya estaba en marcha.
La actuación de la Triple A está encuadrada en acciones de terrorismo de Estado, porque en la ola de crímenes de lesa humanidad, secuestros, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones, torturas, amenazas, persecuciones, participaban funcionarios gubernamentales, jefes policiales, sectores militares y de seguridad, lo que garantizaba la impunidad.
El decreto firmado en los últimos días por el presidente Néstor Kirchner alcanza “a los hechos que de cualquier manera se vincularen con el terrorismo de Estado” y en esto queda encuadrada la Triple A, con causas dormidas en la justicia.
Por estos días, el Consejo de Ministros de España resolvió extraditar al ex sargento de la Policía Federal argentina, Juan Carlos Fotea Daneri, (”Lobo”) acusado por el asesinato y desaparición del periodista y escritor Rodolfo Walsh en marzo de 1977, entre otras causas.
La extradición de Fotea fue solicitada por el juez federal Sergio Torres, que lleva adelante los juicios sobre la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde está acusado de integrar el grupo que secuestró y trasladó a ese lugar -además de Walsh - a tres madres fundadoras de Plaza de Mayo, dos monjas francesas y otras personas a fines de 1977.
El juez español Baltasar Garzón ya lo había imputado en Madrid en el marco de la investigación sobre los crímenes de las dictaduras de Argentina y Chile y estaba detenido desde el 23 de noviembre pasado.
Además el acusado está señalado como "oficial del sector Operaciones” en el grupo que encabezó Raúl Guglielminetti (alias Mayor Guastavino) quien en 1996 también fue imputado en España, y ahora detenido aquí por los crímenes cometidos en Automotores Orletti, una de las sedes de la Operación Cóndor durante la dictadura. Pero tanto Guglielminetti como Fotea habían actuado con la Triple A.
La estrategia de los responsables de los asesinatos, secuestros, torturas, que era la forma de actuación de la Triple A, es tratar de imponer mediáticamente que se trata de una “venganza” de la izquierda peronista en el gobierno actual, perseguida en el pasado por estos grupos paramilitares.
Estas argucias de la ultraderecha peronista y de otros sectores encuentran eco en algunas figuras políticas de la oposición en el marco de la carrera electoral.
Sin embargo la causa de la Triple A se iba a investigar más temprano que tarde por las consecuencias de su accionar y su involucramiento en los crímenes de la dictadura militar.
En Argentina hubo ya algunas desapariciones en los años 70, 71 y en 1972-entre otros hechos graves- se produjo la matanza de detenidos políticos en la base naval de Trelew al sur del país. El aparato represivo ilegal “comenzó a estructurarse a partir de 1971 en torno a la figura del comisario general (de la Policía Federal) Alberto Villar” quien era entonces Director General de Orden Urbano, como declaró en 1983 en Holanda ante una Comisión de Derechos Humanos el ex policia Rodolfo Peregrino Fernández en 1983.
Señaló el mismo testigo, “desde sus funciones oficiales (Villar) comenzó a desarrollar en torno suyo una estructura paralela para la realización de acciones violentas ilegales” y por eso “fue después un de las principales vertientes de la Triple A”.
Estos hechos indican que cuando subió al gobierno Héctor Cámpora en mayo de 1973, terminando con un largo período de proscripción del Partido Peronista, estaban armadas las estructuras de represión, control y contrainsurgencia de las dictaduras anteriores y la organización de Villar, ligada a grupos nazi, fue clave para los proyectos que trajo el ex cabo policial José López Rega.
Introducido en el entorno de Perón en el exilio, López Rega manejaba a su antojo a Isabelita y armó un cerco alrededor del ex presidente que perduró hasta la muerte de este en julio de 1974.
Gracias al renunciamiento de Cámpora, Perón fue electo el 22 de septiembre de 1973 por tercera vez en la historia nacional. En el lapso entre la renuncia de Cámpora y la llegada de Perón estuvo como presidente interino nada menos que Raúl Lastiri, yerno de López Rega.
Todas las investigaciones sobre la Triple A ubican que López Rega había tenido “contactos de trabajo” con la embajada de Estados Unidos en España, y especialmente con el embajador Robert Hill, quien había participado en forma activa en la invasión estadounidense a Guatemala en 1954.
Así además de los lazos que ya tenía López Rega con la Internacional Fascista con base en España, la Organización del Ejército Secreto (OAS) de Francia, Hill posibilitó su encuentro con los jefes de los escuadrones de la muerte que actuaban en Guatemala y otros lugares de América Latina.
Con todos esos antecedentes en sus manos y lo que ya estaba andando en Argentina López Rega, que acudió además a sectores marginales, pudo construir un reino de terror solventado en la corrupción, la mafia y el crimen. La banda parapolicial que formó tenía como objetivo acabar con los dirigentes más activos de la izquierda peronista y figuras izquierdistas en general.
Fue López Rega quien volvió a llamar a las filas policiales a dos oficiales que estaban castigados por delitos, como Morales y Almirón, cuya extradición desde España está en marcha ahora y convirtió al Ministerio de Bienestar Social en una virtual sede de la Triple A. También nombró jefe de la policía federal al comisario Villar e introdujo al ex comisario Héctor García Rey, denunciado por represión feroz en Tucumán, en su momento y figura importante luego en la Operación Cóndor.
Asimismo ya había conexiones de la Triple A con organismos de represión especial de otras dictaduras. Villar era viejo amigo del ya fallecido dictador de Bolivia Hugo Bánzer Suárez.
De modo que el tema de la triple A quedó ligado al esquema de contrainsurgencia que la CIA estadounidense trabajó con varias de estas figuras en la región como antesala de las dictaduras y entre 1973 y 1976 también extranjeros desaparecieron aquí o fueron devueltos sus países de origen que era como entregarlos a la muerte.
Durante el tiempo en que actuó la parapolicial Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) y otras organizaciones complementarias (1973-1976), varios extranjeros perseguidos políticos que buscaron asilo en el país después del golpe de Estado del dictador Augusto Pinochet, fueron desaparecidos aquí o en sus países de origen, a los que fueron entregados.
Dos equipos de investigación del Comité de Defensa de los derechos de los Pueblos de Chile (Codepu) lograron reconstruir el destino de varios asesinados y desaparecidos chilenos aquí o entregados a la dictadura de Pinochet.
Así da cuenta de que el 27 de octubre de 1973 tres ciudadanos chilenos que habían llegado huyendo desde Coyhaique a la localidad de Río de Mayo en la provincia argentina sureña de Chubut, fueron entregados a militares de su país.
Ellos eran Juan Vera Oyarzún, Néstor Hernán Castillo Sepúlveda y José Rosendo Pérez Ríos detenidos en un escuadrón de gendarmería argentina, después de ser entregados por el dueño de una finca en la que pidieron ayuda.
Los militares chilenos los asesinaron en el camino de regreso y nunca se encontraron sus cadáveres.
El 30 de septiembre de 1974 se produce uno de los casos más impactantes como es el atentado en esta capital que costó la vida al general chileno Carlos Prats y su esposa Sofía, marcado por la complicidad de la DINA, la CIA estadounidense, la Triple A, otras organizaciones afines y sectores policiales y de inteligencia en el poder local. Precisamente el espía de la Dina que participó en el crimen, Enrique Lautaro Arancibia Clavel está condenado y detenido, pero nada ha sucedido con los responsables locales, a pesar de que se conocen varios nombres.
El 2 de noviembre de 1974 fue detenido en el aeropuerto de Ezeiza Guillermo Roberto Beaussire Alonso, ingeniero chileno-británico, cuya hermana estaba casada con Andrés Pascal Allende, dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionario chileno (MIR). Tres días después de mantenerlo encerrado allí mismo, lo entregaron a militares de la Dina que lo llevaron a centros clandestinos, en su país, donde fue desaparecido.
En ese mismo año se registra también la desaparición de Leandro José LLacaleo Calfulén, quien había llegado desde Chile en 1974 a Mendoza, provincia del noroeste.
En enero de 1975 fue asesinado en Buenos Aires Sergio Eduardo Montenegro Godoy, refugiado bajo la protección de la ONU. Sus asesinos podrían ser chilenos pero contaron con apoyo y protección local.
Ya en mayo de ese año se producirá uno de los hechos más graves entre las llamadas acciones conjuntas con la Operación Colombo, antecedente de Cóndor, la coordinadora de las dictaduras del Sur.
Codepu ya había investigado y escrito sobre la Operación Colombo, armada para que Pinochet justificara ante Naciones Unidas la desaparición de 119 personas. Fue una acción criminal coordinada de DINA, Triple A, sectores de seguridad y policiales de Argentina, que involucró también a cierta prensa y consistió en hacer aparecer cadáveres quemados y decapitados a los que colocaron documentos falsos de algunos de los chilenos que figuraban en la lista de la ONU para fundamentar que los desaparecidos en realidad “se estaban matando entre ellos fuera del país por diferencias políticas”.
El caso fue documentado por los informes- recuperados- que enviaba el espía Arancibia Clavel desde Buenos Aires a sus jefes, donde figuran los nombres de los apoyos locales.
Pero el escándalo no detuvo la ofensiva. El 2 de junio de ese mismo año en Buenos Aires fue detenido y desaparecido Juan Carlos Martín Zuñiga y sólo un mes más tarde secuestrado en Bahía Blanca , al sur del país, otro chileno, Víctor Eduardo Oliva Troncoso, quien estaba refugiado bajo amparo de la ONU. Su cuerpo fue encontrado con 35 impactos de bala como era la marca de la Triple A entonces.
La saga de la muerte se cobraría otras víctimas con la desaparición el 5 de julio de Francisco Eduardo Gotschlils Cordero y de Jaime Manuel Gomez Roger el 19 de septiembre.
El primer día de noviembre de 1975 en el hotel Liberty, en esta capital, fue secuestrado Jean Ivet Claudel, químico franco-chileno, militante del MIR, y asesinado a fines de ese mes, según consta en las informaciones que envió a sus jefes Arancibia Clavel desde Buenos Aires el 8 de enero de 1976 donde aclaraba que el detenido ya estaba “rip” (muerto) desde 40 días antes.
Otro caso que cita Codepu es el de Ismenia del Rosario Hinostrosa Arroyo, detenida y desaparecida entre el 10 y el 15 de diciembre de 1975, en Hurlingham, provincia de Buenos Aires, constatando “que es la primera mujer chilena desaparecida en Argentina”.
Las investigaciones sobre lo sucedido con extranjeros refugiados en Argentina, muchos de ellos procedentes de Chile entre 1793 y 1976, indican que también ciudadanos brasileños, uruguayos y de otros países desaparecieron aquí, antes de la Operación Cóndor.
Después del golpe militar de Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973, una cantidad de brasileños refugiados en Chile llegaron a la Argentina con la esperanza de una segunda salvación.
Pero poco tiempo después fueron víctimas de persecuciones y también de desapariciones forzadas.
Entre los casos más importantes en 1973-74 figura el secuestro y desaparición del mayor Joaquín Cerveira. Gracias a una fuerte presión internacional fue ubicado tiempo después con vida en una prisión de Río de Janeiro, después de haber sido entregado a los militares de su país.
En tanto Edmur Pericles y Joao Batista continúan desaparecidos. En 1974 mediante un anónimo la esposa de Batista se enteró en Brasil de su muerte, pero no supo nada más.
También en 1974 figuran como desaparecidos Sidney Fix Márquez dos Santos, Luis Do Logos Farfa y Jorge Alberto Basso.
El 18 de marzo de 1976, a sólo seis días del golpe militar en Argentina, el músico Francisco Tenorio Juniors que acompañaba a Vinicius de Moráes y Toquinho en gira por Buenos Aires, fue secuestrado al salir de un hotel.
Sus compañeros nunca lograron respuestas de las autoridades argentinas. El 20 de mayo de 1986 la revista brasileña Senior relató que Tenorio fue visto por Marcos Cortés de la embajada de Brasil en Buenos Aires cuando estaba en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) ya en plena dictadura.
Al parecer lo confundieron y después de duras sesiones de torturas lo ejecutaron y algunos testimonios señalan al ex capitán Alfredo Astiz como uno de sus asesinos.
Esto indica que antes de Cóndor había una cooperación de la inteligencia de ambos países y también con la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) que participó en esos operativos.
Por su parte en el informe cronológico de Madres y Familiares de Uruguayos detenidos desaparecidos, en el período 1973-1976 antes del golpe militar en Argentina, se citan varios casos similares.
Entre estos, Darío Gilberto Goñi Martínez que se había radicado en Paraguay fue detenido en ese país en agosto de 1970, junto a tres argentinos por la dictadura de Alfredo Stroessner y entregado a autoridades argentinas.
En los años 1973-74 fue visto en el penal de Villa Devoto aquí por otro detenido y hasta hoy permanece desaparecido.
Washington Javier Barrios Fernández llegó a refugiarse en Argentina, después que su esposa Silvia Reyes junto a Laura Raggio y Diana Maidanick fuerron asesinadas en Montevideo en un operativo militar.
El 17 de septiembre de 1974 fue detenido en un barrio de Córdoba con cinco argentinos vinculados al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), que luego serían liberados.
Pero Barrios Fernández fue trasladado el 11 de octubre de ese año a La Plata. De allí debía ser llevado el 20 de febrero de 1975 de regreso a Córdoba adonde nunca llegó.
En tanto, Natalio Abdala Dergan Jorge que había estado detenido en su país y estaba viviendo en Chile cuando el golpe militar de Augusto Pinochet, se refugió en la embajada argentina en Santiago y obtuvo asilo político el 18 de enero 1974. Pero la muerte lo esperaba en Argentina. El 28 de noviembre 1974 fue secuestrado en la calle por un grupo de civiles armados que a la medianoche lo llevaron a su casa con evidentes signos de torturas y allí destruyeron todo, detuvieron a su esposa Ana María Barbozza, chilena y a otra ciudadana uruguaya con niñas pequeñas. Ambas mujeres fueron terriblemente torturadas, pero sobrevivieron e identificaron a uruguayos y chilenos junto al grupo de argentinos que las secuestró y torturó. Abdala Dergan nunca apareció.
El 17 de marzo de 1975, José Luis Barboza Irrazábal fue secuestrado en Buenos Aires también por civiles y desde entonces está desaparecido. Lo mismo sucedió con Eduardo del Fabro De Bernardis detenido el 27 de agosto de 1975 en Guernica, provincia de Buenos Aires. Años después se confirmó que un cadáver NN encontrado el 10 de septiembre de ese año, envuelto en una manta con los ojos vendados y signos de torturas era de Fabro.
En diciembre de 1975 se registran las desapariciones de Roberto Waldemar Castro Pintos y Juan Micho Michef Jara, en distintos operativos.
El 8 de febrero de 1976 Nebio Ariel Melo Cuestas y Wisnton Mazzuchi Frantchez, quienes escribían un periódico que enviaban clandestinamente a Uruguay, fueron detenidos por una comisión policial que allanó un bar en Buenos Aires y nunca más aparecieron.
Por entonces los sobrevivientes de muchos de estos hechos hablaban de la presencia de los militares uruguayos como José Nino Gavazzo, y otros miembros del Organismo Coordinador de Actividades Antisubversivas (OCOA) de ese país que tanto protagonismo tuvieron luego en la Operación Cóndor. También se mencionó a interrogadores de Brasil.
En esa ronda del crimen aún se investigan casos denunciados de ciudadanos de otros países desaparecidos en los tiempos de la Triple A y durante el desarrollo del Operativo Independencia del ejército argentino en Tucumán en 1975, todo lo cuál constituyen acciones de terrorismo de Estado.