10.1.09

Gaza: preguntas y respuestas

Emir Sader
Carta Maior


1) La cuestión de fondo de los conflictos en Palestina es el veto de los Estados Unidos y la oposición militar de Israel contra la resolución de la ONU del derecho a la existencia de un Estado de Israel y de un Estado Palestino. El Estado israelí existe, pero los Estados Unidos – con su veto en el Consejo de Seguridad – e Israel, con la ocupación de los territorios palestinos, impiden que la resolución de la ONU sea puesta en práctica – única solución justa y con posibilidad de promover una paz duradera en la región.

2) En las elecciones más democráticas de toda la región – según el informe de la propia Fundación Carter –Hamas fue electo. Las potencias occidentales promovieron el boicot, junto con Israel, desconociendo la voluntad expresa de los palestinos. Esa es la raíz más inmediata de los conflictos actuales.

3) Si Hamas es considerado una organización terrorista y nunca invadió territorios israelíes,¿cómo debe ser considerado el Ejército de ocupación israelí?

4) La teoría de las "guerras humanitarias" de la OTAN , formulada por Tony Blair, promovió el bombardeo y la intervención en Yugoslavia, acusada de promover una limpieza étnica.¿ No se aplica la mismísima teoría a Israel?

5) ¿Qué se debe hacer para que Israel pare la "carnicería" – la expresión es de Lula – en Gaza?

6) La ruptura de la tregua no fue hecha por Hamas, sino por Israel, que en noviembre mató a 6 dirigentes de la organización.

7) El presidente de la Unión Europea , presidente de la República Checa , dijo que "la acción de Israel es defensiva" (sic). Argumento similar utiliza la corriente revisionista de la historia alemana, que alega que los campos de concentración del nazismo fueron una acción preventiva (sic) en relación a la represión bolchevique en la URSS.

8) La tesis central del sionismo es la de que Israel es un pueblo elegido, según su interpretación de los textos religiosos. Esta viene de mucho antes del nazismo. De ahí que el holocausto sufrido en la Alemania no podría ser comparado con nada. Esto es, el sufrimiento ajeno, inclusive el perpetrado por ellos, nunca es igual al de ellos. Tiene en común con los Estados Unidos la tesis de que seria un pueblo predestinado para rescatar a la humanidad de la barbarie, imponiéndole su sistema político, fundado supuestamente en la libertad.

9) Israel justifica el bombardeo indiscriminado de todos los lugares de Gaza, porque en cualquier lugar, según ellos, - en las mezquitas, en las escuelas, en los hospitales, etc. – podrían estar escondidas bombas y militantes de Hamas. La Universidad atacada sería antro de profesores y estudiantes de Hamas. Atacan todo con la misma visión norteamericana en Vietnam: habría que sacar el agua (el pueblo) de los peces (los militantes). Así buscaron destruir a Vietnam entero, con bombas napalm y bombas terrestres, que hasta hoy los vietnamitas todavía están retirando.

10) Corre por ahí un argumento vergonzoso de defensa de la carnicería israelí, preguntando que haría Brasil si un país fronterizo – algunos se atreven a mencionar a Uruguay – amenazara la existencia de Brasil, sugiriendo que deberíamos hacer con nuestro vecino del sur lo que Israel hace con los palestinos en Gaza: una guerra de exterminio. En primer lugar, Brasil no ocupa ningún otro país y si algún gobierno aventurero intentara hacerlo, no tendría ninguna posibilidad de conseguir el consenso interno que Israel obtiene para hacer la guerra contra los palestinos, hay fuerzas democráticas internas que lo impedirían. Fue preciso que existiera una feroz dictadura militar para poder mandar las tropas para la República Dominicana , junto con las de los Estados Unidos, para ahogar un movimiento democrático en aquel país. En segundo lugar, Uruguay, país de muy larga tradición democrática, nunca significaría un riesgo de extinción para Brasil, ni ningún otro vecino.

Es un sofisma ese argumento, de la misma forma que el de Obama visitando Israel en la campaña electoral, cuando dijo que si amenazasen a sus hijas durmiendo en su casa, se permitiría cualquier acto de agresión para defenderlas. Su silencio actual demuestra cómo las hijas de los israelíes son privilegiadas en relación a las de los palestinos, que ocupan diariamente la prensa, heridas, aterrorizadas o en las morgues, esperando lugar para ser enterradas. Quien hoy no se indigna delante de la masacre israelí y se refugia en el silencio o en sofismas, perdió la humanidad hace mucho tiempo.

11) Se puede hacer todo con los misiles, menos sentarse encima de ellos (para adaptar la fórmula clásica a la época de los misiles, antes eran bayonetas). Esto es, una victoria militar puede ser perdida políticamente por Israel. En Vietnam también la proporción era de una víctima norteamericana por 10 o 100 vietnamitas (allá también se mataba indiscriminadamente y se decía que eran guerrilleros; todo muerto se transformaba en guerrillero). En algún momento se tendrá que establecer un nuevo acuerdo político y ¿qué acuerdo Israel cree posible con el odio que genera la carnicería que está produciendo y con el repudio de la opinión pública internacional?

12) Ningún pueblo del mundo que oprime a otro, podrá vivir en paz. Israel nunca tendrá paz, hasta que los palestinos tengan el mismo derecho que ellos – poseer un Estado soberano.

13) Más que nunca los judíos de izquierda, progresistas o simplemente pacifistas, los que no están de acuerdo con la masacre de Israel contra el pueblo de Gaza, tienen que manifestarse, para que no se generalice la justa condena de Israel y del sionismo, con la totalidad de los judíos.

14) Yo no tengo raíces islámicas, a pesar de mi nombre. Soy hijo de libaneses maronitas/católicos. Mi identificación con los palestinos hoy es la misma que tuve – como tantos – con los vietnamitas. Hoy, SOMOS TODOS PALESTINOS.



Traducción Insurrectasypunto

Texto en portugués: www.cartamaior.com.br
Texto en español: www.insurrectasypunto.org

Gaza: el negacionismo en directo



Iohannes Maurus


En Francia y otros países europeos existe una ley que sanciona penalmente a quienes nieguen la existencia histórica del Holocausto judío. El legislador francés consideró que la negación del exterminio de los judíos de Europa no constituía una opinión histórica, sino una manifestación de odio y de racismo abyecto. Es más que discutible que el odio y el racismo abyecto se castiguen mediante una norma cuya extensión al conjunto de la investigación histórica haría imposible la investigación y la enseñanza en esta disciplina. De ahí que, con argumentos intelectual y moralmente sólidos, Noham Chomsky se opusiera en su momento a la prohibición de la obra del historiador y mistificador de extrema derecha Faurisson. Las falsedades y las falsificaciones históricas en que se basa el negacionismo neonazi deben combatirse en un doble ámbito político y científico y sólo deben perseguirse penalmente los actos o, si acaso, los llamamientos directos a perpetrarlos. Una ley como la francesa es un claro indicador del nivel de neutralización y degradación del espacio político (pero también, y no por casualidad, del espíritu científico y racional) que caracteriza a nuestras gobernanzas neoliberales. El derecho como instancia presuntamente objetiva sustituye a la política y a la ciencia, eferas que nunca son neutrales pues sólo pueden existir como espacios de lucha por la libertad política y la independencia intelectual. Vencer política e intelectualmente al negacionismo neonazi es necesario para liberar la verdad y consolidar las libertades. Tanto la libertad política como la verdad sólo se abren paso gracias a una lucha constante cuyos frentes son la política y la filosofía.

La prohibición de la negación del holocausto tiene teóricamente por objetivo que éste no vuelva a producirse jamás. Sin embargo, la prohibición de una idea, por absurda y cruel que esta sea no permite que dejen de producirse actos criminales. Ni Francia, ni Europa ni el mundo quedarán libres de la mácula genocida sólo por impedir que se niegue el genocidio nazi. Esta actitud recuerda la famosa paradoja: "Aquí ya no queda ningún canibal: al último nos lo comimos ayer." Aquí no queda ningún heredero de Hitler que reclame abiertamente su pútrido patrimonio, pero sí existen nazis de nuestro tiempo, que no matan en nombre de una raza, sino en nombre de la humanidad o de las "víctimas".

Los herederos fácticos de Hitler han sido algo más taimados. En primer lugar, tuvieron la elegancia de no tomar como objetivo a pueblos blancos y europeos como los judíos y pudieron asesinar a millones de argelinos, vietnamitas, congoleños, guatemaltecos etc. En segundo lugar, tomaron la precaución de condenar el genocidio como tal de la manera más dura, sin por ello cerrar la puerta a las medidas de "contrainsurgencia" y de "lucha contra el terrorismo" mediante las cuales podía obtenerse el mismo resultado que en Auschwitz o en Treblinka de manera más "limpia". Mediante los bombardeos, que con el tiempo llegaron a hacerse pacifistas y humanitarios (cuando no, en una curiosa interpretación de la ética médica, "quirúrgicos"), pudo obtenerse la santificación del exterminio en el marco mismo de la prohibición de la guerra. El pacifismo de Estado, prohibiendo la guerra, sólo dejó abierta la posibilidad de un tipo de guerra legítima, la guerra de castigo contra los criminales. La guerra en nombre de la paz contra los enemigos de la paz y de la humanidad es una guerra sin límites y sin cuartel en la que, como hacen hoy los israelíes en Gaza, pueden bombardearse mezquitas, iglesias, hospitales y escuelas y puede dispararse con la mejor conciencia a los enfermeros de la Media Luna Roja cuando procuran asistir a los heridos o recoger los cadáveres.

Para hacer posible una guerra de este tipo, debe en primer lugar "fabricarse" al "criminal" a quien va destinado el "castigo". Para ello, los Estados y poderes del Imperio neoliberal disponen de poderosísimos medios de propaganda capaces de hacer que una opinión pública despolitizada acepte casi cualquier tipo de mentira. Las "justificaciones" de la guerra de Iraq dan muestra de ello. Pero existe otro medio aún más sutil de fabricar al "criminal", al "enemigo del género humano". Basta para ello, como en Palestina, hacerle la vida imposible: cercarlo, matarlo de hambre, de sed y de enfermedad, destruir todos sus recursos y afirmar que el "atraso" en el que vive es una cuestión de "mentalidad" o de "civilización" o de fanatismo y obscurantismo religioso. Hasta que los beneficiarios de este tratamiento se rebelan. El oprimido que se niega a ser exterminado se convierte así en "terrorista" actual o potencial. Los guetos de Polonia durante la ocupación nazi fueron auténticos laboratorios o fábricas en los que se convirtió a los ciudadanos judíos de Europa oriental en parias miserables, sucios, enfermos y desesperados. La inmensa mayoría de los residentes de los guetos fue deportada a los campos de exterminio y asesinada en masa. Una minoría politizada del gueto de Varsovia se rebeló, se alzó desesperadamente en armas contra los nazis y luchó hasta el final, hasta que los nazis arrasaran hasta el último edificio del gueto en su lucha contra los "terroristas judíos".

En Gaza estamos viendo una reproducción de algo muy semejante. La diferencia es que el exterminio de los palestinos se realiza lentamente. Si los nazis tuvieron que ser discretos en sus crímenes, sus discípulos sionistas los proclaman altivamente como actos de justicia contra los enemigos del "proceso de paz" que se propone convertir la Palestina árabe en un rompecabezas de bantustanes. Los sionistas no necesitan ser negacionistas, pues sus crímenes generan su propia negación. El sitio de Gaza produce la humanidad "inferior" y peligrosa que sirve de justificación al propio exterminio como acto defensivo. El bombardeo, la muerte que va del cielo a la tierra, es, como acertadamente lo describen eu último artículo mi amigo Santiago Alba, signo de la distancia y la desproporción "teológicas" entre la omnipotencia, que por ser omnipotente no puede ser sino justa, y la escoria humana desposeida y resentida que le hace frente. El bombardeo "quirúrgico", al igual que el gueto, se justifican y fundamentan a sí mismos, al igual que el Dios causa sui de los teólogos. Es inútil e incluso contraproducente esconderlos o negar su existencia como hicieron los nazis en su día. Baste escuchar al inefable André Glucksmann, quien en un reciente artículo de Le Monde repondía a quienes acusan a Israel de usar medios desproporcionados en Gaza: "Puesto que Hamas – a diferencia de la Autoridad Palestina – se obstina en no reconocer el derecho a axistir del Estado hebreo y sueña con aniquilar a sus ciudadanos, ¿se quiere acaso que Israel imite esta radicalidad y realice una gigantesca limpieza étnica?". Glucksmann parece ignorar que Hamas se limita a pedir a Israel que determine cuáles son sus fronteras y pare la colonización a cambio de una tregua indefinida que podría desembocar en una conversaciones de paz serias y no se plantea en ningún momento echar a los judíos al mar. El sedicente "filósofo" ignora que sabe que el proyecto sionista es precisamente el que él atribuye a Hamas, pues la condición para que en Palestina exista " Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra " no es ni más ni menos que la declaración de ese territorio " arabierenfrei " (en la terminología nazi, libre de árabes, al igual que el nazismo declaraba las zonas donde se había exterminado a los judíos " judenfrei " o libres de judíos).

El negacionismo clásico negaba la realidad del exterminio judío como hecho histórico, como algo del pasado. Si acaso, considera mediante una argumentación que no teme a la paradoja que el holocausto es una "mentira judía" que retrospectivamente justificaba el negado holocausto. El negacionista nazi dice que los judíos mienten y que esa mentira muestra la realidad del complot judío que, precisamente, justificó el holocausto. El negacionismo sionista va más allá, no tiene que negar el pasado: en el presente, a los ojos del mundo, niega el exterminio al tiempo que lo perpetra como acto de "justicia", de "paz" y de "humanidad", presentando a Israel y su ejército racista y colonial como víctimas de los exterminados. Este negacionismo basado en la inversión de la realidad y la proyección del criminal en su víctima no debe ser prohibido por ninguna ley, sino combatido políticamente e intelectualmente en nombre de la libertad y la verdad.

John Brown

El Antiguo Testamento y el Genocidio de Gaza



palestinethinktank.com


Gilad Atzmon
Traducido para Rebelión por Ana Sastre


"Perseguiréis a vuestros enemigos, quienes caerán a espada delante de vosotros. 8 Cinco de vosotros perseguirán a cien, y cien de vosotros a diez mil; vuestros enemigos caerán a filo de espada ante de vosotros".
Levítico, Capítulo 26, versículos 7-9
"Cuando Jehovah tu Dios te haya introducido en la tierra a la cual entrarás para tomarla en posesión, y haya expulsado de delante de ti a muchas naciones… destrúyelas por completo. No harás alianza con ellas ni tendrás de ellas misericordia".
Deuteronomio 7:1-2,
"… no dejarás con vida a ninguna persona. Los destruirás completamente… como Jehovah tu Dios te ha mandado…"
Deuteronomio 20:16
Entre los estudiosos de la Biblia existe un acuerdo casi unánime de que la Biblia hebrea contiene algunas sugerencias totalmente inmorales, algunas de las cuales son poco menos que una llamada al genocidio. El estudioso de la Biblia Raymund Schwager ha localizado en el Antiguo Testamento 600 pasajes cargados de violencia explicita, 1.000 versículos en los que se describen acciones violentas de castigo ejecutadas por el propio Dios y 100 pasajes en los que Dios ordena expresamente matar a otros. Parece ser que la violencia es la actividad más mencionada en la Biblia hebrea.
Por muy devastador que parezca, las frecuentes menciones de violencia y exterminación de otros contenidas en la Biblia hebrea puede arrojar cierta luz sobre el abominable genocidio que el estado judío está practicando en este momento contra Gaza. A plena luz del día, las Fuerzas de Defensa israelíes están utilizando los métodos más letales contra civiles, como si su principal objetivo fuera "destruir" a los gazanos sin mostrar por ellos "ni un ápice de misericordia".
Curiosamente, Israel se considera un estado laico. Ehud Barak no es precisamente un rabino y Tzipi Livni no es la esposa de un rabino. Por lo tanto, estamos en nuestro derecho de suponer que, en realidad, no es el judaísmo en sí el que transforma automáticamente a los políticos israelíes y a los dirigentes militares en criminales de guerra. Es más, los primeros sionistas creían que al amor y al cobijo de una patria los judíos se convertirían en "personas como las demás", es decir, personas civilizadas y éticas. A este respecto, la realidad israelí es bastante peculiar. Es posible que los judíos laicos hebraicos hayan conseguido derrocar a su Dios, la mayoría de ellos no siguen la ley judaica y son prácticamente laicos, pero interpretan colectivamente su identidad judía para asignarse una misión genocida. Han conseguido que la Biblia pase de ser un texto espiritual a convertirse en un registro catastral sanguinolento. Están allí, en Sión (es decir, en Palestina) para invadir la tierra y privar de libertad, matar de hambre y destruir a sus habitantes indígenas. En consecuencia, parece que los comandantes de artillería y los pilotos de las Fuerzas de Defensa israelíes que aniquilaron Gaza hace dos noches estaban siguiendo las órdenes del Deuteronomio 20:16, de hecho, ".. no dejaron con vida a ninguna persona." Pero entonces, se plantea una pregunta... ¿por qué un comandante laico obedece los versículos del Deuteronomio o cualquier otro texto bíblico?
Algunas voces judías de izquierdas, muy pocas y esporádicas, insisten en contarnos que ser judío no es necesariamente sinónimo de ser asesino. Me inclino a pensar que ellos sí creen sus propias palabras. Pero entonces yo me pregunto…. ¿qué es lo que hace del estado israelí una nación brutal sin parangón? La verdad es, sin duda, muy triste. Por lo que he podido comprobar, el sionismo es el único colectivo judío ideológico y político laico y esta semana ha vuelto a demostrar que es un movimiento genocida hasta la médula.
En lo que al genocidio se refiere, la diferencia entre judaísmo y sionismo puede ilustrarse del siguiente modo: mientras el contexto bíblico judaico está plagado de referencias genocidas, por lo general en nombre de Dios, en el contexto sionista los judíos matan a los palestinos en su propio nombre, es decir, "los judíos". Y este es, de hecho, el triunfo más aplastante de la revolución sionista. Ha enseñado a los judíos a creer en sí mismos. A creer en el estado judío. "El israelí" es el Dios de Israel. En consecuencia, el israelí asesina en nombre de "su propia seguridad", en nombre de "su democracia". Los israelíes destruyen en nombre de "su guerra contra el terror" y en nombre de "su América". Al parecer, en el estado judío, la cuestión hebraica se convierte en asesinato masivo tan pronto como encuentra un "nombre" al que asociarlo.
En estas circunstancias, no queda mucho espacio para la especulación. El estado judío es la peor amenaza para la humanidad y para nuestra noción de humanidad. El Cristianismo, el Islam y el Humanismo se presentaron como un intento de enmendar el fundamentalismo tribal judío y reemplazarlo por la ética universal. La Ilustración, el liberalismo y la emancipación permitieron a los judíos redimirse de sus ancestrales y tribales creencias de supremacía. Desde mediados del siglo XIX, son muchos los judíos que han roto las cadenas culturales y tribales. Desgraciadamente, el sionismo ganó muchos judíos para su causa. En la actualidad, Israel y el sionismo son la única voz colectiva con la que cuentan los judíos.
Los últimos días de ofensiva despiadada contra la población civil palestina no dejan lugar a dudas. Israel es el peligro más grave para la paz mundial. Está claro que las naciones cometieron un trágico error en 1947, concediendo a una efímera identidad racista la oportunidad de convertirse en un estado nacional. No obstante, ahora la obligación de las naciones es desmantelar pacíficamente ese estado antes de que sea demasiado tarde. Debemos hacerlo antes de que el estado judío y sus radicales grupos de presión en todo el mundo nos arrastren a una guerra mundial en "nombre" de una u otra ideología populista y trivial (democracia, guerra contra el terror, choque cultural, etc.). Debemos despertarnos y actuar ahora, antes de que el único planeta que tenemos se convierta en un hervidero de odio.

6.1.09

"Una sola bala"

Nurit Kedar
Radio Mundial

Videodocumental acerca de los francotiradores israelíes y sus procedimientos a la hora de hacer asesinatos selectivos en los Territorios Ocupados.


Presentamos a continuación el documental: One Shot, realizado en el año 2004 bajo la dirección de Nurit Kedar. One Shot, traducido al castellano, significa Con Una Sola Bala.

El documental se basa en el relato de aquellos francotiradores que todavía sirven en la reserva del Ejército Israelí. Allí hablan sobre las muertes que han provocado, sus sentimientos al recordarlas y su propia moral. Ellos no lamentan las muertes, todavía asumen la máxima de un disparo, un muerto.

Después de cinco semanas de entrenamiento, un soldado, si quiere, se puede convertir en francotirador. Foman parte de todas las unidades de combate y desde la última intifada, han sido utilizados para matar selectivamente a miembros de la resistencia palestina.

El francotirador es el único soldado que ve "el blanco de los ojos de su víctima". Según su forma de ver, eso es lo que los separa del resto de militares. La imagen la forman el fusil, la bala y el hombre detrás de ellos, esperando en la oscuridad, con paciencia y en calma, para cumplir la orden y efectuar un único disparo.

Esto le hace aparecer ante si mismo como un heróico luchador y para otros, como un asesino a sangre fría. Las escenas de guerra de este documental han sido grabadas por los soldados que participaban en ellas.

Doce reglas infalibles para la redacción de noticias sobre Oriente Próximo en los grandes medios de comunicación


Sin Permiso

Nota de Sin Permiso: Nuestro amigo y colaborador Emir Sader nos hizo llegar este texto anónimo, enviado en francés al blog que Emir mantiene en la publicación brasileña Carta Maior.


1) En Oriente Próximo son siempre los árabes quienes atacan primero, y siempre es Israel quien se defiende. Esa defensa se llama “represalia”.

2) Ni árabes, ni palestinos ni libaneses tienen derecho a matar civiles. A eso se le llama “terrorismo”.

3) Israel tiene derecho a matar civiles. Eso se llama “legítima defensa”.

4) Cuando Israel mata civiles en masa, las potencias occidentales piden que lo haga con mayor comedimiento. Eso se llama “reacción de la comunidad internacional”.

5) Ni palestinos ni libaneses tienen derecho a capturar soldados israelíes dentro de instalaciones militares con centinelas y puestos de combate. A eso hay que llamarlo “secuestro de personas indefensas”.

6) Israel tiene derecho a secuestrar a cualquiera hora y en cualquier lugar a cuantos palestinos y libaneses se le antoje. Su cifra actual ronda los 10 mil, 300 de los cuales son niños y mil, mujeres. No se precisa prueba alguna de culpabilidad. Israel tiene derecho a mantener secuestrados presos indefinidamente, ya sean autoridades democráticamente elegidas por los palestinos. A eso se le llama “encarcelamiento de terroristas”.

7) Cuando se menciona la palabra “Hezbollah”, es obligatorio añadir en la misma frase “apoyados y financiados por Siria y por Irán”.

8) Cuando se menciona “Israel”, está terminantemente prohibido añadir: “apoyados y financiados por los EEUU”. Eso podría dar la impresión de que el conflicto es desigual y de que la existencia de Israel no corre peligro.

9) En informaciones sobre Israel, hay que evitar siempre que aparezcan las siguientes locuciones: “Territorios ocupados”, “Resoluciones de la ONU”, “Violaciones de los Derechos Humanos” y “Convención de Ginebra”.

10) Los palestinos, lo mismo que los libaneses, son siempre “cobardes” que se esconden entre una población civil que “no los quiere”. Si duermen en casa con sus familias, eso tiene un nombre: “cobardía”. Israel tiene derecho a aniquilar con bombas y misiles los barrios donde duermen. A eso se le llama “acción quirúrgica de alta precisión”.

11) Los israelíes hablan mejor inglés, francés, castellano o portugués que los árabes. Por eso merecen ser entrevistados con mayor frecuencia y tener más oportunidades que los árabes para explicar al gran público las presentes reglas de redacción (de la 1 a la 10). A eso se le llama “neutralidad periodística”.

12) Todas las personas que no están de acuerdo con las sobredichas Reglas, son, y así debe hacerse constar, “terroristas antisemitas de alta peligrosidad”.

Traducción para www.sinpermiso.info: Leonor Març

Alemania reivindica su “derecho a defenderse” del terrorismo sionista en Varsovia




Una crónica ficticia

Ozecai
Rebelión


Varsovia, 1939 - Agencias

El portavoz del gobierno alemán, Joseph Goebbels, afirmó en rueda de prensa que Alemania no puede permitir que el terrorismo sionista en Varsovia continúe amedrentando al pueblo alemán. Se refería a los constantes ataques por parte de las milicias terroristas judías contra posiciones alemanas.



Goebbels criticó la “demagogia y la actitud antifascista” de algunos medios de comunicación y de los manifestantes radicales europeos que critican la intervención alemana en Polonia; “Alemania tiene derecho de defenderse”, dijo. Según fuentes alemanas durante los últimos días se han producido 23 ataques con piedras, bombas caseras y fusiles sobre territorio alemán “y nadie ha dicho nada”.



El canciller alemán, Adolf Hitler, advirtió por su parte de que la intervención alemana en Varsovia será “larga y difícil” y que las tropas alemanas desplegadas en misión de paz están dispuestas a dar una “solución final” al problema del terrorismo judío.



Alemania llamó a la comunidad internacional a apoyar la “guerra contra el terror”. Países como Italia, Japón y España han manifestado su apoyo al gobierno nazi. En palabras del presidente español, Francisco Franco, “el terrorismo sionista supone la mayor amenaza para el mundo y para los valores de libertad y humanidad occidentales”.



El gobierno alemán ha denunciado el apoyo y la connivencia de algunos Estados del llamado “eje del mal” como la Unión Soviética al terrorismo sionista. Según Hitler, “ninguna causa puede justificar el terrorismo”, el lanzamiento de piedras y cócteles molotov sobre los soldados alemanes por parte de los judíos de Varsovia suponen “un ataque frontal a los más intrincados valores de la cultura occidental”.



En referencia a la I Guerra Mundial, Hitler afirmó que “el sufrimiento del pueblo alemán sólo acabará cuando cesen los ataques terroristas” y reivindicó el derecho histórico del pueblo alemán sobre “la tierra prometida de Polonia”. Por último alabó “el valor de nuestros soldados y la fuerza moral de nuestras más profundas convicciones fascistas”.



Por su parte, los terroristas judíos calificaron de “gueto” la situación en Varsovia y justificaron los ataques indiscriminados contra los soldados alemanes desplegados en la zona.



La propaganda sionista llegó a calificar exageradamente de “genocidio” y “holocausto” la situación de los judíos y llamó “campos de concentración” a las prisiones alemanas donde están encarcelados los principales líderes del terrorismo sionista.



Los principales líderes de la comunidad internacional culparon a los judíos de Varsovia de haber provocado esta situación obligando a Alemania a intervenir y exigieron el alto el fuego por parte de las milicias judías y el reconocimiento de la superioridad de la raza aria como muestra de su voluntad para llegar a un final negociado del conflicto.