16.4.08

Socialismo: El nombre político del amor


Frei Betto
Adital
¿Por qué el socialismo, teóricamente una alternativa humanitaria al capitalismo, fracasó en Europa y en Asia? El capitalismo tuvo la habilidad de, al privatizar los bienes materiales, socializar los bienes simbólicos. Dentro de la champa de una favela una familia miserable, desprovista de sus derechos básicos como alimentación, salud y educación, puede soñar con el universo onírico de las telenovelas y creer que, mediante la lotería, la suerte, la iglesia que le promete prosperidad, o incluso a través de la ilegalidad, llegará a tener acceso a los bienes superfluos.

El socialismo cometió el error de, al socializar los bienes materiales, privatizar los simbólicos, por eso confundió la crítica constructiva con contrarrevolución, cercenó la autonomía de la sociedad civil al enganchar al partido los sindicatos y los movimientos sociales, cohibió la creatividad artística por el realismo socialista; permitió que la esfera de poder se transformase en una casta de privilegiados distantes de los anhelos populares, y cedió a la paradoja de obtener grandes avances en la carrera espacial sin ser capaz de suprimir debidamente el mercado minorista de géneros de primera necesidad.

Hoy queda Cuba como ejemplo de país socialista. Todos conocemos los desafíos que la Revolución enfrenta en vísperas de su medio siglo de existencia. Sabemos de los efectos nefastos del bloqueo impuesto por el gobierno de los EE.UU. y de cómo la caída del muro de Berlín deterioró la economía de la isla.

A pesar de todas las dificultades, en estos 49 años la Revolución logró asegurar a 11.2 millones de habitantes los tres derechos básicos: alimentación, salud y educación. Elevó la autoestima de la ciudadanía cubana, que tan bien se expresa en sus victorias en los campos del arte y del deporte, así como en la solidaridad internacional, a través de miles de profesionales de las áreas de la salud y la educación presentes en más de un centenar de países del mundo, generalmente en regiones inhóspitas marcadas por la pobreza y la miseria.

¡El socialismo cubano no tiene el derecho de fracasar! Si sucediera, no será Cuba solamente la que, como símbolo, desaparecerá del mapa, como sucedió con la Unión Soviética. Sería la confirmación de la funesta previsión de Fukuyama, de que "se terminó la historia"; la esperanza -una virtud teologal para nosotros, los cristianos- se acabó; murió la utopía; y venció el capitalismo, venció para unos pocos -20% de la población mundial que usufructúa sus avances- sobre una montaña de cadáveres y de víctimas.

Los amigos de la Revolución cubana no esperamos de Cuba grandes avances tecnológicos y científicos, servicios turísticos de primera clase, medallas de oro en justas deportivas. Esperamos más: la acción solidaria de que hablaba Martí; la felicidad de un pueblo construida en base a valores éticos y espirituales; el principio evangélico de compartir los bienes; la creación del hombre y la mujer nuevos, como soñaba el Che, centrados en la posesión, no de los bienes finitos sino de los bienes infinitos, como generosidad, despego, compañerismo, capacidad de hacer coincidir la felicidad personal con los avatares comunitarios.
En resumen, esperamos que en Cuba el socialismo sea siempre sinónimo de amor, que significa entrega, compromiso, confianza, altruismo, dedicación, fidelidad, alegría, felicidad. Pues el nombre político del amor no es otro que socialismo.


[Autor de "La mosca azul. Reflexiones sobre el poder", entre otros libros. Traducción de J.L.Burguet]

Chipre. Triunfo electoral comunista


Fidel Vascós González
Granma



Los chipriotas fueron protagonista de un hecho de significativa importancia político-ideológica en el seno de la Unión Europea (UE). El Secretario General del Partido Comunista AKEL, Demetris Christofias, resultó electo Presidente de la República por el voto mayoritario de su pueblo. Es el primer triunfo en elecciones presidenciales de un partido comunista en Europa desde la desintegración de la Unión Soviética y la desaparición del socialismo en la Europa del Este.

Después de la debacle del llamado “socialismo real” en el Viejo Continente, las fuerzas de izquierda sufrieron un desconcierto que las debilitó y las desunió. Muy pocos partidos comunistas de la región se mantuvieron fieles al marxismo-leninismo y no abandonaron el objetivo de construir la sociedad socialista. Entre ellos se destaca el partido AKEL. El ascenso de su máximo dirigente al cargo de Jefe de Estado se alcanzó proclamando la crítica al capitalismo neoliberal, un programa de gobierno con acento en lo social y la solidaridad internacional. Con ello se ha creado una situación sui géneris dentro de la UE.

El éxito electoral de AKEL se alcanzó sobre la base de una bien urdida alianza con otros partidos y movimientos sociales de Chipre, entre los que se destacan el socialista EDEK, el partido DIKO del anterior Presidente de la República, el de los Verdes, los sindicatos mayoritarios, la organización de mujeres POGO, la juventud EDON y otras organizaciones de masas y sociales. Todo ello basado en un intenso trabajo político directo en las bases de electores.
Demetris Christofias ha declarado que se enorgullece de ser miembro del Partido AKEL, pero que ya no es solo el dirigente de esta organización política, sino el Presidente de todos los chipriotas, hayan o no votado por él, y en tal condición actuará.

Christofias nació el 29 de agosto de 1946 en el seno de una familia de trabajadores con ideas progresistas. Desde los 14 años de edad se incorporó a las organizaciones juveniles del partido AKEL y, en sucesivas promociones, fue electo Secretario General de EDON en 1977, responsabilidad que desarrolló durante diez años. En 1987 ingresó en el Buró Político y el Secretariado del Comité Central de AKEL, siendo elegido su Secretario General en abril de 1988. Ha sido ratificado en este cargo por los correspondientes Congresos del Partido hasta nuestros días.

Paralelamente, Christofias estudió en la Academia de Ciencias Sociales de Moscú, donde obtuvo el grado científico de Doctor en Ciencias Históricas, y se desempeñó como Presidente del Parlamento de Chipre desde el año 2001.
Ha visitado Cuba y se ha entrevistado con el Comandante en Jefe Fidel Castro.

Desde luego que el programa de desarrollo económico y social que ha elaborado la nueva dirección del Estado chipriota no puede ser la constitución inmediata de una sociedad comunista y la estatalización de la economía. Como país miembro de la Unión Europea y participante de la zona euro, Chipre está obligado a cumplir determinadas disposiciones en el ámbito económico. No obstante, Christofias ha subrayado que hay margen para desarrollar una política de especial acento en lo social que beneficie a los más pobres, así como para que el Estado juegue un papel más activo en la regulación económica, sin dejarlo todo al accionar de las leyes espontáneas del mercado.

En cuanto a su política exterior, la prioridad la tiene el trabajo para la unión de la isla mediterránea, dividida territorialmente desde 1974 entre las comunidades grecochipriota, en el sur de la isla, y turcochipriota, en la parte norte. A lo largo de toda la frontera que divide ambas zonas están dislocadas las fuerzas de la ONU, que impiden el contacto directo entre las unidades militares turcas, en el norte, y la Guardia Nacional grecochipriota, asistida por un contingente griego, en el sur.

La tarea proclamada por Christofias consiste en alcanzar la constitución de un Estado Federal, bizonal y bicomunal, con una sola expresión estatal en la arena internacional y determinada autonomía para cada comunidad integrante. El método escogido para alcanzar este objetivo es el de las negociaciones pacíficas entre ambas comunidades sobre la base de los acuerdos de la ONU y su Consejo de Seguridad.

A menos de un mes de su ascenso a la primera magistratura, Christofias ya se ha reunido con Mehmet Alí Talat, líder de la comunidad turcochipriota, con quien ha acordado la organización de 13 Grupos de Trabajo y Comisiones temáticas con vistas a ir definiendo los problemas existentes y sus soluciones.

9.4.08

Homenaje a los republicanos y republicanas fusilados en Madrid

Madrid. Manifestación por la III República


Agenda de Actos Republicanos del mes de Abril de 2008
Manifiesto. Abril de 2008

Llega el 14 de abril y con el una nueva convocatoria por la III República. Cada año en todo el Estado y con una participación cada vez más numerosa y más decidida, las calles se inundan con el clamor de muchos miles de personas que denunciamos la absoluta incapacidad del marco constitucional surgido de la Transición para dar respuesta a las necesidades de la inmensa mayoría. Reclamamos la participación soberana del pueblo en las decisiones políticas, el reconocimiento del ejercicio del Derecho de Autodeterminación y reivindicamos la III República.

Concluida una nueva convocatoria de elecciones generales en la que, una vez más, todo el aparato de propaganda se ha aunado para hacer creer a los pueblos que realmente pueden decidir algo con su voto en el marco de esta monarquía heredera del franquismo. Los graves problemas que agobian a la clase trabajadora no sólo permanecen intactos, sino que han sido clamorosamente silenciados durante la campaña. La gran orquesta mediática no permite voces disonantes. Sólo acepta a quienes interpretan, con diferentes voces, la misma partitura.

Durante demasiado tiempo se ha pontificado sobre el valor de la Constitución como marco de convivencia y acuerdo político. Ahora, cuando empiezan a percibirse los primeros síntomas de una gran crisis económica, de proporciones desconocidas para las generaciones actuales, es preciso arrancar las máscaras encubridoras y enfrentar la realidad.

Estos últimos años, en plena euforia económica, la banca y las grandes empresas anunciaban sin pudor incrementos en los beneficios del 35 y del 40%. Mientras tanto – sobre todo desde la entrada del euro – los salarios han ido perdiendo capacidad adquisitiva ante la subida de los precios, sobre todo los de la vivienda. Los sueldos de miseria, la extensión de la precariedad y los accidentes laborales afectan sobre todo a inmigrantes, jóvenes y mujeres.

¿Y qué dice la Constitución de todo ello? Que todos tenemos derecho reconocido al sistema público de Seguridad Social, a la vivienda, al trabajo, a la salud laboral, a la educación y a la sanidad públicas, a la cultura, al medio ambiente, a pensiones adecuadas, al deporte...etc. Pero con una trampa curiosa.

Los artículos que consagran los pilares del capitalismo: la propiedad privada, la herencia, la libre empresa y la defensa de la productividad, son derechos de hierro, garantizados por el Estado y exigibles ante los tribunales.

Los otros artículos, los que aluden a necesidades básicas para la supervivencia y el desarrollo de las personas, los llamados derechos colectivos, son meras declaraciones de intenciones, no tienen la menor eficacia práctica, como es bien evidente.

Todo ello constitucionaliza la mayor aberración que se manifiesta en momentos de crisis. Mientras los jugosos beneficios de las épocas de crecimiento, que han salido solo y exclusivamente del trabajo, van a parar a los bolsillos privados de los capitalistas y los salarios aumentan muy por debajo de la inflación real, cuando llegan las pérdidas, el cierre y la deslocalización de empresas se traducen en el drama humano del despido.

Medio millón de parados nuevos saldrán sólo del sector de la construcción, al que se unirán otros como comercio, servicios, el textil, el automóvil, etc. Con el agravante de que ahora los trabajadores y trabajadoras, sobre todo sin papeles y precarios, se encontrarán sin colchón social de protección, al haberse ido endureciendo las condiciones de acceso al desempleo, reduciéndose las indemnizaciones por despido, etc.

Si a ello añadimos el precio abusivo de los alquileres, el aumento descomunal de las cantidades que se pagan por los créditos hipotecarios y el imparable aumento de los precios de alimentos y productos de primera necesidad, podemos afirmar que nos encontramos en la antesala de una situación social muy grave, para la que el sistema no tiene otra respuesta que incrementar la explotación y la extracción de beneficios de las capas populares.

El reciente informe de los Inspectores de Hacienda denunciando que no se persigue el gran fraude fiscal por falta de medios, la larga carrera de regalos fiscales a las grandes fortunas, la banca y las grandes empresas emprendida por las CC.AA y todos los Gobiernos del Estado, mientras los asalariados pagamos cada mes y por adelantado el IRPF y somos asfixiados por el IVA y demás impuestos indirectos, es otro escándalo ante el que callan o pasan de puntillas fuerzas políticas institucionales y las cúpulas de las grandes centrales sindicales.

En estos últimos meses la ciudadanía está saliendo indignada a la calle ante el gigantesco proceso de privatización de la sanidad que están llevando a cabo los gobiernos regionales de un “color” y otro. La entrada masiva de empresas privadas en la gestión de hospitales públicos, sobre todo las grandes constructoras que huyen de la crisis inmobiliaria, asegura el negocio de la única forma posible, la que utiliza la sanidad privada: disminución de la calidad, empleo precario y selección de pacientes, es decir, evitar personas mayores y enfermos crónicos. La Constitución no impide semejante atropello, como hemos visto, pero es que la Ley de Nuevas Formas de Gestión – 15/1997 - que permite la gestión privada de la sanidad pública, fue apoyada en el Parlamento por PP y PSOE.

Los duros improperios cruzados entre el Gobierno PSOE, el PP y la jerarquía episcopal, en torno al aborto o acerca de la defensa de la “familia”, ocultan que con los votos de unos y otros el aborto sigue en el Código Penal. Mujeres y profesionales siguen al albur de lo que decida el juez de turno, que cada vez es más reaccionario. Pero sobre todo, permanece intacto el Concordato con la Santa Sede que mantiene para la Iglesia católica los privilegios que le concedió la Dictadura y una jugosa financiación pública de los colegios concertados, que a su vez le garantiza una potente influencia ideológica

La farsa electoral ha ocultado todo esto bajo la pesada alfombra de la política antiterrorista. El aparato judicial, nunca depurado de la herencia de la Dictadura, muestra a la luz del día su connivencia con organizaciones fascistas en las que militan gentes como el asesino de nuestro compañero Carlos Palomino. Manifiesta todo su ensañamiento en la ilegalización de los partidos ANV y PCTV, en el encarcelamiento de cientos de militantes de organizaciones políticas y sociales vascas – auténticos presos políticos - en multar a independentistas por quemar la imagen del rey, en llevar a prisión a jóvenes y sindicalistas y en desatar auténticas cacerías contra trabajadores inmigrantes, mientras deja impunes los grandes delitos económicos, como se ha mostrado recientemente en el caso de “los Albertos”.

La imagen de los partidos mayoritarios pugnando por demostrar quién mete más ciudadanos y ciudadanas vascos en la cárcel, quién arrasa con más rotundidad derechos civiles y políticos, ha tenido su alter ego en los pequeños partidos institucionales que callaron n, miraron para otro lado y siguieron desarrollando la campaña, ignorando el estado de excepción impuesto al pueblo vasco y el endurecimiento de la represión en el conjunto del estado contra personas y organizaciones de la izquierda.

Efectivamente, “lo llaman democracia y no lo es”. Es imprescindible un marco político radicalmente nuevo que ineludiblemente debe garantizar, con todas las consecuencias, el ejercicio del Derecho de Autodeterminación.

El deterioro creciente de la imagen de la familia real, la percepción de su vagancia y de sus lujos insultantes a costa de todos nosotros, se ha agudizado mostrando su anacronismo, su incompatibilidad con la libertad de expresión y sobre todo su ilegitimidad de origen, como heredera de Franco. Todo anuncia que se prepara la sucesión del Borbón viejo por el Borbón joven, alimentando la ignorancia de la gente e intentando ocultar que tanto el padre como el hijo son lo que son por designación directa de Franco. Nuestros pueblos, y sobre todo los y las más jóvenes no están dispuestos a olvidarlo; ni quienes nos manifestaremos el 14 de abril a permitirlo.

Juntos y cada vez más, nos comprometemos a luchar porque acabe cuanto antes la ignominia que mantiene un sistema que garantiza privilegios a oligarcas, familias reales, iglesia, banqueros y capitalistas, mientras niega derechos políticos, económicos y sociales a las trabajadoras y trabajadores y a los pueblos del Estado español.

El pueblo del Madrid del 14 de abril, el del “No Pasarán”, el de la resistencia antifascista y nuestra propia dignidad nos lo están exigiendo.

¡CONTRA LA PRECARIEDAD, EL PARO Y LA CARESTÍA DE LA VIDA!

¡CONTRA LA SUBORDINACIÓN DE LAS MUJERES!

¡POR EL DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN, NO MÁS REPRESIÓN!

¡POR LOS DERECHOS SOCIALES Y LABORALES!

¡POR LA III REPÚBLICA!

Abril de 2008

Luego vinieron a buscar a José Couso


Belén Gopegui
Rebelión

Dicen que en enero de 1946, los representantes de una Iglesia protestante se reunieron en Frankfort para debatir su reconstitución. Entre todos los pastores que hablaron, cuentan que uno empezó su discurso detallando las excusas que durante un tiempo él mismo había dado para no alzar la voz frente a Hitler: “Sí, Hitler atacó a los comunistas, pero ¿no eran ateos y revolucionarios? Y sí, aniquiló a los incapacitados y los enfermos, pero ¿no eran una carga para la sociedad? Y claro, apresar y matar a los judíos era deplorable, pero ¿los judíos no son cristianos, a qué no? Y lo que hacía en los países invadidos era vergonzoso, pero por lo menos no lo hacía en Alemania”. Luego aquel pastor añadió: “Ninguna excusa justifica nuestro silencio. Claramente no somos inocentes y me pregunto una y otra vez: ¿qué habría pasado si en el año 1933 ó 34 todas las comunidades protestantes de Alemania hubieran defendido la verdad hasta la muerte? Si hubiéramos dicho: “No es correcto que Hermann Göring meta en campos de concentración a cien mil comunistas para que mueran”. Puedo imaginar que tal vez treinta o cuarenta mil cristianos protestantes habrían muerto, pero también puedo imaginar que habríamos salvado a treinta o cuarenta millones de personas, porque eso es lo que el silencio nos costó".

Hoy todo el mundo conoce las palabras de Martin Niemoller, que han tomado la forma de una canción o un poema:

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.

Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.

Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.

Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.

Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".

Sin embargo, hoy seguimos dándonos excusas: “Ya se sabe”, se oye decir, “que el nazismo fue algo especial. Y al fin y al cabo Iraq no es Europa. Y el bloqueo y después la guerra aunque han matado mucho, no han matado tanto como Hitler. Y el petróleo es necesario para que anden los automóviles, ¿a qué sí? Y matar a eso que llaman fundamentalistas no debe de ser tan grave como matar socialdemócratas. Además, ¿no lo recuerdan? Hicimos una manifestación incluso dos, o tres. Y nuestro gobierno retiró las tropas. ¿Eso ya es bastante, no?”

Pero no es bastante, y lo sabemos. Sabemos que Martin Niemoller podría acercarse ahora al micrófono, mirarnos con tristeza y repetir: “Claramente no somos inocentes” . Y tal vez añadiría: “Si todas las comunidades de Europa, comunidades de cualquier clase, de vecinos, de comunistas, de cristianos, de socialistas, de ecologistas, de feministas, de sindicalistas, de cualquier clase, hubiéramos defendido la verdad hasta el final. Si hubiéramos dicho no es correcto que se mate a civiles en Iraq, si lo hubiéramos dicho no en una manifestación o en dos sino cada día y cada semana y en cada tribuna y en cada lugar de trabajo y en cada tribunal de justicia, entonces habríamos evitado tanta destrucción y tantas muertes”.

Quienes estamos aquí, hermanos, amigos, compañeros de José Couso, y personas que nunca le conocimos, formamos parte de una comunidad. Admiramos la capacidad de sus familiares para seguir luchando, para unir su reclamación a muchas otras causas diferentes y saber que todas son la misma, que donde una persona cae, caemos todas con ella. Quienes estamos aquí sabemos que no es correcto atacar y matar a un periodista desarmado, a ningún civil. Y aunque parezca que estamos quietos, no lo estamos. Porque sabemos algo más, algo que quienes invaden países impunemente olvidan a menudo:

Sabemos que la diferencia entre un juez justo y mil jueces justos no es tanta. La diferencia entre un profesor de instituto que lleva a los hermanos de José Couso a hablarle a los alumnos, y cinco mil profesores llevando a sus clases la misma lucha no es tanta. Ni lo es la diferencia entre un periodista que recuerda y diez mil periodistas que recuerdan y un día vendrán aquí. Quizá ahora seamos quinientas personas dando vida a los cinco años de ausencia de José Couso. La diferencia con quinientas mil no es tanta. Ni con cinco millones. Porque no estamos quietos. Estamos sumando. Cada día, en nuestros trabajos, en nuestras conversaciones, sumamos voces y causas y somos más cada vez. Llevamos dentro el hotel Palestina como quien lleva un cuerpo en gestación. Y nos reconocemos y nos apoyamos y nos atrevemos a continuar el poema de Niemöller :

Luego vinieron a buscar a José Couso, entonces dijimos: no tenéis derecho, ni legitimidad, y aunque ahora os lo llevéis, y aunque lo hayáis asesinado, nuestra lucha os seguirá a vosotros y a vuestros cómplices.

3.4.08

Por qué hay que apoyar a los pequeños productores


Editorial de El Socialista




La presidenta, a quien no le gusta hablar con la prensa, acaba de brindar su cuarto discurso en cadena nacional sobre el conflicto del campo. Y se apresta a hablar otra vez, ahora en Plaza de Mayo, en un acto montado por todo el aparato peronista y burocrático.
Días antes estaba en el Calafate en silencio e iba a viajar a Londres esta semana. El ministro Lousteau, el gobernador de Tucumán Alperovich, Scioli y Taiana, pasaron Semana Santa en distintos puntos de Brasil. Estaban tranquilos, pues el “paro agropecuario” contra el aumento de las retenciones de soja y girasol, era “controlado” por la Sociedad Rural y las entidades del campo.

Sin embargo, en pocos días, la irrupción generalizada de los pequeños productores, las puebladas en el interior y los cacerolazos, sacudieron al país con la crisis más importante de los años de los Kirchner en el poder. La presidenta tuvo que morderse las palabras de su primer discurso y pedir “humildemente” a los productores que levanten los cortes.

En Plaza de Mayo seguramente va a despotricar contra el “paro salvaje”, como ya lo hacen afiches del Frente para la Victoria. Y responsabilizará “al campo” del desabastecimiento y aumentos descarados de los precios. Pero estos males existen por la política gubernamental que obligó a los chacareros a luchar, repudiando las retenciones que sólo pagan ellos.

Muchas son las razones por las cuales hay que apoyar a los pequeños productores contra Cristina y la oligarquía. Llamamos al conjunto de los trabajadores y el pueblo a que se sumen a este apoyo y no se dejen engañar con las maniobras políticas del kirchnerismo.

Si fuera cierto lo que dijo la presidenta en su discurso de este lunes, que quiere devolver a los pequeños del campo parte de las retenciones, la resolución del conflicto ya habría llegado. Con sólo suspender parte de las mismas y aumentárselas a los grandes, se levantarían todos los piquetes, aunque la oligarquía pataleara. ¿Por qué Cristina no lo hace si dice que con sus supuestas compensaciones” los pequeños productores recuperarían todo? Porque sus dichos son una nueva trampa.

En esta dura pelea, donde cada día se ve más claro que los principales protagonistas son los pequeños productores y pueblos del interior, el gobierno se juega su capacidad política para poder implementar a rajatabla el plan económico de acumulación para unos pocos. Que beneficia a las privatizadas, multinacionales, al imperialismo, grandes empresarios y, por supuesto, a la nueva y vieja oligarquía terrateniente. Con un triunfo de los pequeños productores y el interior, el gobierno estará más débil para poder enfrentar las luchas de los trabajadores y el pueblo. A los trabajadores los tonificaría para la lucha.

Para derrotar a los pequeños productores usa la misma receta. Miente para poner a la población en contra a toda costa. Envía sus patotas a enfrentarlos. Se apoya en la burocracia sindical. Envía la Gendarmería y la policía. Procesa judicialmente a los que encabezan las luchas. Y deja correr a las patotas en contra de los docentes, trabajadores del Casino, subte, DANA, la línea 60, el INDEC y el Hospital Francés. Hasta llegó a publicar una solicitada con firmas en su apoyo de artistas y personalidades, obligando a que Gastón Pauls y Soledad Silveyra salieran a desmentirlas, ya que nunca habían prestado su consentimiento para ello.

A diferencia del error que cometen algunos partidos de izquierda, este conflicto es muy importante para los trabajadores. Es fundamental darles todo el apoyo a los pequeños productores y enfrentar a quienes quieren derrotarlos. Si ganan y le tuercen el brazo al gobierno, todos los que luchamos estaremos más fuertes para avanzar en la pelea salarial, contra la inflación, contra las patotas burocráticas. Por el contrario, un triunfo de Cristina será un triunfo de los de arriba, de la burocracia, que le dará más ímpetu para profundizar su plan de miseria y entrega, sin nada de la “redistribución de la riqueza” que ahora dice impulsar. Por eso llamamos a la unidad de los trabajadores, los pequeños productores y el pueblo, contra Cristina y la oligarquía.