19.7.08

Viaje a Palestina




Palestina
Tu nombre una rosa, tu nombre Palestina.
Tu nombre una hermosa estrella en Oriente.
Tu nombre esperanza, tu nombre una espina,
tu nombre espejo fiel que nos refleja.

Más allá de las olas de un mar que nos avecina
cantamos tu porvenir, tu nombre que es coraje,
tu nombre, Palestina.

De tus campos de piel morena arrancan tus árboles
como si así desarraigaran tu mañana.
Entierran a tus hijos cuando aún sonríen
esperando convertir tu vientre en un yermo.

Nacerán los olivos de destino milenario
para que los pájaros canten en ellos
tu nombre, que es coraje,
tu nombre, Palestina.

Cuando hieren tus brazos el odio se hace fascismo:
los golpean quienes escarnecen su pasado.
Serán tus alas para un vuelo que pronto verás libre
si destierras la venganza de tu corazón.

Más allá de las olas de un mar que nos avecina
cantamos tu esperanza: tu nombre es porvenir,
tu nombre, Palestina.
Lluis Llach




Poesía palestina

PARA NUESTRA PATRIA
Para nuestra patria,
Próxima a la palabra divina,
Un techo de nubes.
Para nuestra patria,
Lejana de las cualidades del nombre,
Un mapa de ausencia.
Para nuestra patria,
Pequeña cual grano de sésamo,
Un horizonte celeste... y un abismo oculto.
Para nuestra patria,
Pobre cual ala de perdiz,
Libros sagrados... y una herida en la identidad.
Para nuestra patria,
Con colinas cercadas y desgarradas,
Las emboscadas del nuevo pasado.
Para nuestra patria cautiva,
La libertad de morir consumida de amor.
Piedra preciosa en su noche sangrienta,
Nuestra patria resplandece a lo lejos
E ilumina su entorno...
Pero nosotros en ella
Nos ahogamos sin cesar.
CARNET DE IDENTIDAD

Escribe
que soy árabe,
y el número de mi carné es el cincuenta mil;
que tengo ya ocho hijos,
y llegará el noveno al final del verano.
¿Te enfadarás por ello?

***

Escribe
que soy árabe,
y con mis camaradas de infortunio
trabajo en la cantera.
Para mis ocho hijos
arranco, de las rocas,
el mendrugo de pan,
el vestido y los libros.
No mendigo limosnas a tu puerta,
ni me rebajo
ante tus escalones.
¿Te enfadarás por ello?

***

Escribe
que soy árabe.
Soy nombre sin apodo.
Espero, pacientero, en un país
en el que todo lo que hay
existe airadamente.
Mis raíces,
se hundieron antes del nacimiento
de los tiempos,
antes de la apertura de las eras,
del ciprés y el olivo,
antes de la primicia de la hierba.
Mi padre...
de la familia del arado,
no de nobles señores.
Mi abuelo era un labriego,
sin títulos ni nombres.
Mi casa es una choza campesina
de cañas y maderos,
¿te complace?...
Soy nombre sin apodo

***

Escribe
que soy árabe,
que tengo el pelo negro
y los ojos castaños;
que, para más detalles,
me cubro la cabeza con un velo;
que son mis palmas duras como la roca
y pinchan al tocarlas.
Y me gusta el aceite y el tomillo.
Que vivo
en una aldea perdida, abandonada,
sin nombres en las calles.
Y cuyos hombres todos
están en la cantera o en el campo...
¿Te enfadarás por ello?

***

Escribe
Que soy árabe;
Que robaste las viñas de mi abuelo
Y una tierra que araba,
Yo, con todos mis hijos.
Que sólo nos dejaste
Estas rocas...
¿No va a quitármelas tu gobierno también,
como se dice?...

***

Escribe, pues...
Escribe
en el comienzo de la primera página
que no aborrezco a nadie,
ni a nadie robo nada.
Mas, que si tengo hambre,
Devoraré la carne de quien a mí me robe.
¡Cuidado, pues!...
¡Cuidado con mi hambre,
y con mi ira!
LA VICTIMA Nº 18
-DESDE PALESTINA-
El olivar era en otro tiempo verde
y el cielo
un bosque azul, amor mío,
¿quién lo ha cambiado esta noche?
Han detenido el camión de los obreros en la revuelta
de la carretera .
Estaban impertérritos,
nos han encaminado hacia el Este
y estaban impertérritos.
Mi corazón era en otro tiempo un pajarico azul
en el nido de mi amor
y tus pañuelos eran, en mi mano, amor, todos blancos,
¿quién los ha manchado esta noche?
No entiendo nada, amor mío.
Han detenido el camión de los obreros en medio
de la carretera.
Estaban impertérritos,
nos han encaminado hacia el Este
y estaban impertérritos.
Te doy todo, seré para ti sombra y luz
te daré el anillo de boda y lo que quieras,
un pequeño vergel de olivos e higueras,
y me encaminaré hacia ti como todas las noches,
entraré por la ventana, en sueños, y te lanzaré un jazmín.
No me riñas, tardaré poco, porque estoy detenido.
El olivar estaba siempre verde, amor mío.
Cincuenta víctimas, al caer el sol,
lo han convertido en un pantano rojo.
Cincuenta víctimas, amor mío, no me riñas.
Me mataron,
Me mataron,
Me mataron.
A MI MADRE
(1966)


Añoro el pan de mi madre,
el café de mi madre,
las caricias de mi madre…
Día tras día
en mí crece la infancia,
pero amo mi edad, pues
de morir
me avergonzarían las lágrimas de mi madre.


Haz de mí, si vuelvo un día,
adorno de tus pestañas,
cubre mis huesos con hierba
bautizada con tus puros tobillos,
átame
con un mechón de tus cabellos…
con un hilo suelto de la cola de tu vestido…
Puede que me convierta en un dios,
que en un dios me convierta
si toco el fondo de tu corazón.


Ponme, si es que regreso,
como leña en el horno de tu fuego,
como una cuerda de tender en la azotea de tu casa,
porque no puedo levantarme
sin la oración de tu día.
He envejecido, devuélveme las estrellas de la infancia
para que comparta
con los gorriones
la senda de regreso
al nido en que aguardas.
PASAPORTE
(1970)


No me han reconocido en las sombras que
difuminan mi color en el pasaporte.
Mi desgarrón estaba expuesto
al turista amante de postales.
No me han reconocido… Ah, no prives
de sol a la palma de mi mano,
porque el árbol
me conoce…
Me conocen todas las canciones de la lluvia,
no me dejes empalidecer como la luna.

Todos los pájaros que ha perseguido
la palma de mi mano a la entrada del lejano aeropuerto,
todos los campos de trigo,
todas las cárceles
todas las tumbas blancas
todas las fronteras
todos los pañuelos que se agitaron,
todos los ojos
estaban conmigo, pero ellos
los borraron de mi pasaporte.

¿Despojado de nombre, de pertenencia,
en una tierra que ha crecido con mis propias manos?
Job ha llenado hoy el cielo con su grito:
¡no hagáis de mí un ejemplo otra vez!

Señores, señores profetas,
no preguntéis su nombre a los árboles,
no preguntéis por su madre a los valles:
de mi frente se escinde la espada de la luz,
y de mi mano brota el agua del río.
Todos los corazones del hombre… son mi nacionalidad:
¡retiradme el pasaporte!
VENDRÁN OTROS BÁRBAROS
(1986)


Vendrán otros bárbaros. Raptarán a la mujer del emperador.
Sonarán los tambores.
Sonarán los tambores para que del Egeo a los Dardanelos
los caballos se alcen sobre los cadáveres de la gente.
¿Y a nosotros qué? ¿Qué tienen que ver nuestras mujeres
con el galope de los caballos?

Raptarán a la mujer del emperador. Sonarán los tambores.
Ya llegan otros bárbaros.
Bárbaros que llenan las plazas vacías, apenas altas sobre el mar,
más fuertes que la espada en tiempo de locura.
¿Y a nosotros qué? ¿Qué tienen que ver nuestros hijos
con esta estirpe de impudicia?

Sonarán los tambores. Ya llegan otros bárbaros.
Raptarán en su casa a la mujer del emperador.
En su casa se gesta la campaña militar
para que la reina de la almohada vuelva a su trono.
¿Y a nosotros qué? ¿Qué tienen que ver cincuenta mil muertos
con este matrimonio de conveniencia?

¿Habrá un Homero después de nosotros?...
¿Abrirán los mitos sus puertas a la multitud?
SIN EXILIO, ¿QUIÉN SOY?
(1999)


Extranjero a orillas del río, como el río... Me ata
a tu nombre el agua. Nada pone fin a mi lejanía
y me devuelve mi palmera: ni la paz ni la guerra. Nada
me adentra en los Evangelios. Nada...
Nada reluce entre el Tigris y el Nilo
mientras en la costa sube y baja la marea. Nada
me obliga a apearme del barco con Faraón. Nada
me asume o hace que yo asuma una idea: ni la pena
ni el adiós. ¿Qué haré? ¿Qué
haré sin exilio, sin una larga noche
que se mire fijamente en el agua?

Me ata
a tu nombre
el agua...
Nada me devuelve de las mariposas de mi sueño
a la realidad: ni el polvo ni el fuego. ¿Qué
haré sin la rosa de Samarcanda? ¿Qué
haré en una plaza que ha lapidado a los rapsodas con sus piedras
lunares? Nos hemos vuelto tan livianos como nuestras casas,
a merced de los vientos lejanos. Hemos hecho amistad con los extraños
seres que habitan en las nubes... Libres
de la gravedad de la tierra de los documentos de identidad. ¿Qué haremos... qué
sin exilio, sin una larga noche
que se mire en el agua?

Me ata
a tu nombre
el agua...
Sólo tú quedas de mí, sólo
yo de ti, un extraño que acaricia el muslo de su extranjera: oh
extranjera, ¿qué vamos a fabricar en esta calma
que aún nos queda... en esta siesta entre dos leyendas?
Nada nos asume: ni el camino ni la casa.
¿Fue este camino así desde el principio,
o nuestros sueños hallaron una yegua de la caballería
mongol sobre la colina, y nos dieron el cambiazo?
¿Qué vamos
a hacer?
¿Qué
sin
exilio?

Mahmud Darwish


A mediodía
Ellos me han puesto delante el papel,
me han puesto delante el lápiz,
me han puesto en la mano la llave de mi casa.
El papel que han querido manchar
ha dicho: ¡Resiste!
El lápiz cuya frente han querido mancillar en el barro
ha dicho: ¡Resiste!
La llave de la casa ha dicho:
En nombre de cada piedra
de tu humilde casa ¡Resiste!
Un golpe en el muro
es el mensaje de una mano rota
que dice: ¡Resiste!
Y la lluvia cae
golpeando el techo de la sala de tortura.
Cada gota grita: ¡Resiste!
Muin Basisu
QIBYA*
Balas
en la noche de luna llena
surcaron las colinas y los caminos.
Balas
chocaron contra los muros
y golpearon las puertas y las ventanas.
Iban dirigidas a los corazones y a las entrañas.
Balas
por detrás de las piedras,
a través de los desfiladeros,
por detrás de los sacos de arena.
Balas.
Se esparcen por las piedras arrayanes de sangre
y se pegan adornos de sangre en las paredes.
Balas
y gelignita
arrojan los cuerpos a las hienas.
Sembramos el trigo pero no lo recogimos,
regamos las vides pero no bebimos el vino.
En vano se bañó nuestra noche con la fragancia de los naranjos.
Nuestra sangre corre por la tierra roja
y sobre las piedras.
Buscad nuestras manos bajo los ejércitos de hormigas.
Cerrad las puertas,
apartaos de las ventanas,
ocultaos de la luna,
protegeos de la noche.
Pero las puertas son de madera
y las ventanas no se construyen para evitar
el aire, la luna,
la gelignita
y los colmillos de las hienas.
El corazón es de hierro pero
para las balas, la gelignita y los colmillos
es más débil que la madera.
Los brazos de Fátima rodean el cuerpo de Hasan:
una alberca de sangre,
y del padre de Hasan no queda
más que el qunbaz hecho jirones.
Buscadlos bajo las piedras
y juntad los brazos a los cuerpos.
Sembramos el trigo pero no lo recogimos,
regamos las vides pero no bebimos el vino.
En vano se bañó nuestra noche en la fragancia de los naranjos.
Nuestra sangre fluye por la tierra roja
y sobre las piedras.
Buscad nuestras manos bajo los ejércitos de hormigas.
Balas
golpean las piedras.
Gelignita.
La noche se desgarra
entre nuestros olivos y viñas.

YABRA IBRAHIM YABRA
* QIBYA es un pueblo palestino de Cisjordania, cuyos habitantes fueron masacrados por tropas israelíes en la tarde del 14 de octubre de 1953. El anterior primer ministro israelí, Ariel Sharon, fue quien dirigió las tropas en aquel día.
CENIZAS
No sientes como nosotros
hemos perdido tanto
que nuestro "gran" amor es
ahora sólo palabras,
que no hay más añoranza,
urgencia, motivo real de alegría
en nuestros corazones
y cuando nos encontramos
no hay asombro
en nuestros ojos?
No sientes que nuestros
encuentros son helados,
nuestros besos fríos,
que hemos perdido
el fervor del contacto
y ahora simplemente lo hemos
cambiado por el hablar cortés?
o hemos olvidado el encuentro
en todo y decimos
falsas excusas...
No sientes que nuestras
apresuradas y breves cartas
carecen de sentimiento
y espíritu,
no contienen deseos o sueños
de amor
que nuestras respuestas son
retrasadas y agobiadas---.
No sientes un mundo
derrumbarse
y otro ponerse en pie?
Que nuestro final será amargo
y espantoso
porque e1 final no caerá sobre
nosotros de repente
sino que ha estado dentro.

Carta de la Plaza de los cesantes
Tal vez pierda, como pretendes, mi sustento.
Tal haya de poner a la venta mis ropas y mis muebles.
Tal vez tenga que trabajar como cantero,
como mozo de cuerda
o barrendero.
Tal vez insulte un niño, y una niña,
a mi pueblo y mi padre.
Tal vez mi historia la falsee un cobarde,
y transforme en arañas mis corderos.
Tal vez dejes privados a mis hijos de su traje de fiesta.
Tal vez a mis amigos les engañes con un rostro prestado.
Tal vez alces, rodeándome,
muros, muros y muros.
Y tal vez contra viles visiones crucifiques.
Samih Al- Qasim
Carteles Comandos sobre los Muros de Israel
1
No haréis de nuestro pueblo
un pueblo de piel-rojas.
Pues nosotros nos quedamos aquí...
En esta tierra, que lleva en su muñeca
un arete de flores.
Este es nuestro país:
Aquí estamos desde el alba de la existencia.
Aquí hemos jugado, amado, escrito versos.
Estamos tan arraigados en sus bahías
cual la hierba del mar.
Estamos arraigados en su historia,
en su menudo plan, en sus olivos,
en su trigo amarillo.
Estamos arraigados en su sentir.
Seguiremos en Marzo
y en Abril.
Seguiremos, con la talla sobre sus cruces.
Seguiremos en su noble Profeta, en su Alcorán.
En los diez Mandamientos.

2
La Mezquita del Aqsa es un nuevo testigo
que poder añadir a la ya vieja cuenta.
Y el fuego y el incendio
no son más que candiles que alumbran el camino.

3
Jamás descansaréis con nosotros.
Cada víctima nuestra
muere miles de veces.

4
¡Estad,
estad alerta!
Los postes luminosos tienen uñas,
diez ojos las ventanas.
Y la muerte os espera
en el rostro de cada transeúnte,
cada gesto o cintura.
Tenéis la muerte oculta
en el peine de todas las mujeres,
en la trenza del pelo.

5
Robasteis una patria.
Y el mundo aplaudió en la aventura.
Confiscasteis nuestras casas a miles.
Vendisteis a millares nuestros hijos.
Y el mundo aplaudió en la aventura.
Robasteis el aceite de las iglesias.
Robasteis al Mesías de su casa de Nazaret.
Y el mundo aplaudió en la aventura.
Y organizáis en cambio un funeral
si nosotros secuestramos un avión.

6
Lo que hay entre nosotros y vosotros
no termina en un año.
Ni en cinco, diez,
o mil.
Largas como el ayuno
son las batallas por la libertad.
Seguiremos encima de vuestros pechos
como el golpe de cincel sobre el mármol.
Seguiremos en el sonar de los desagües,
las alas de la tórtola.
Seguiremos en la memoria del sol
y los cuadernos de los días.
Seguiremos en la diablura de los niños
y el garabateo de las plumas.
Seguiremos en los mapas de colores.
Seguiremos en la poesía de Imrul-Qays
y en la poesía de Abu-Tammám.
Seguiremos en los labios de quienes amamos.
Seguiremos en la articulación de las palabras.

7
Para la pena hay niños que crecerán.
Para el largo dolor hay niños que crecerán.
Para quienes matasteis en Junio,
pequeños crecerán.
Para la tierra.
Para los callejones.
Para las puertas,
hay niños que crecerán.
Desde hace treinta años, están todos reunidos
en las salas de encuesta,
en las comisarías,
en las cárceles.
Como el llanto,
están todos reunidos en los ojos.
Y todos, todos esos,
no importa en qué momento,
entrarán por todas las puertas de Palestina.

8
Estáis asediados por el rencor y el odio.
Acá, por el ejército de Abu-Ubayda,
y por allá, Muawiya.
Vuestra paz está rota.
Vuestra casa cercada
como la de cualquier puta.
Y con nuestras kufiyyas, blancas, negras
dibujamos encima de vuestra piel
la señal de la entrega.
Como el brotar del agua,
llegamos de la matriz misma de los días,
de la tienda humillada curtida por el viento.
Llegamos desde el rostro de Husayn.
De la pena de Fátima la Clara.
De Uhud y de Badr.
De las tristezas todas de Kerbelá.
Venimos... A fin de corregir las cosas y la Historia.
Para borrar las letras
de las calles de nombres hebreos.
Nizar Qabbani
ESCRITO EN EL TRONCO DE UN OLIVO
Porque yo no hilo lana
porque yo estoy expuesto cada día
a órdenes de arresto
y mi casa está expuesta
a las visitas policíacas
a las pesquisas
a las <<>
porque me encuentro en la imposibilidad
de comprar papel
grabaré todo lo que me sucede
grabaré todos mis secretos
en un olivo
del patio de mi casa
yo grabaré mi historia
y el retablo de mi drama
y mis suspiros
en mi jardín
y las tumbas de mis muertos
y grabaré
todas las amarguras que borrará un décimo de las dulzuras por venir
grabaré el número
de cada caballería despojada
de nuestra tierra
el emplazamiento de mi aldea, sus límites
las casas dinamitadas
mis árboles arrancados
cada florecita aplastada
los hombres de los que se han regodeado
en descomponer mis nervios y mi hálito
los hombres de las prisiones
las marcas de todas las esposas
cerrada en mis puños
las botas de mis carceleros
cada juramento arrojado a mi cabeza
y grabaré Kafr Kassem*
yo no lo olvidaré
y grabaré
Deir Yassin*
tu recuerdo me devora
y grabaré
hemos alcanzado la cima de la tragedia
la hemos alcanzado
grabaré todo lo que me descubre el sol
me murmura la luna
lo que me narra la tórtola
en los pozos
cuyos enamorados se han exiliado
para que lo recuerde
me quedaré de pie para grabar
todo el retablo de mi drama
y todas las etapas de la derrota
de lo infinitamente pequeño
a lo infinitamente grande
en un tronco de olivo
en el patio
de mi casa
* Deir Yassin, aldea Palestina, escenario de un genocidio en la noche del 9 al 10 de abril de 1948. En tal ocasión murieron 254 árabes de diversos sexo y edad. Los supervivientes, en camiones descubiertos fueron paseados por los barrios judíos de Jerusalén. (Más detalles en el libro de Pierre Demeron: Contre Israel, París, 1968, págs. 61 ss.)
* Kafr Kassem, otra aldea Palestina, escenario asimismo de un criminal acontecimiento del 29 de octubre de 1956, 51 campesinos, hombres, mujeres y niños fueron asesinados a la vuelta de su labor, por las ametralladoras de las unidades israelíes de fronteras. (Puede verse el libro citado de Demeron, en página 67 y ss.)


NO NOS IREMOS
Aquí
encima de vuestros pechos
persistimos
como una muralla
en vuestras fauces
como cascos de vidrio
imperturbables
y en vuestros ojos
como una tempestad de fuego
Aquí
encima de vuestros pechos
persistimos
como una muralla
hambrientos
desnudos
desafiantes
cantando versos
Llenando las irritadas calles
de manifestaciones,
y de orgullo, las cárceles.
Bebeos el mar,
que aquí permanecemos.
Somos los guardas de la sombra
de los naranjos y de los olivos
sembramos las ideas como la levadura en la pasta
nuestros nervios son de hielo
pero nuestros corazones despiden fuego
cuando tengamos sed
exprimiremos las piedras
comeríamos tierra
si tuviéramos hambre
PERO NO NOS IREMOS
y no seremos avaros de nuestra sangre
Aquí
tenemos un pasado
un presente
Aquí está nuestro futuro


CON LOS DIENTES
Con los dientes.
Defenderé cada palmo de tierra de mi patria.
Con los dientes.
Y no aceptaré otro en su lugar.
Aunque me dejen
colgando de las venas de mis venas.
Aquí sigo.
Esclavo de mi afecto . . . A la cerca de mi casa.
Al rocío . . . Y a la frágil azucena.
Aquí sigo.
No podrán derribarme
todas mis cruces.
Aquí sigo. Teniéndoos . . . Teniéndoos . . . Teniéndoos . . .
En mi regazo.
Con los dientes.
Defenderé cada palmo de tierra de mi patria.
Con los dientes.
Tawfiq Zayyad
OPTIMISMO Y ESPERANZA
Enjuaga tus lagrimas, pues no te beneficia llanto ni sollozo.
Levántate, no te quejes de la vida, solo se queja el perezoso.
Abre con tu voluntad el sendero, y no preguntes donde esta ? el
sendero
Un hombre esperanzado nunca se extravía si se afana y es juicioso
??No!!..., ni se frustra el hombre si su objetivo es honroso.

Consumaste tu vida entre quejas y tristezas, pobrecito de t?.
Te has sentado con los brazos cruzados clamando :la vida lucha
contra mi Si tu no asumes la carga ¿quien lo hará por ti ?.

Tanto que clamas:"las lacras de la patria", siendo tu una de ellas.
Su mal es el pesimismo: acaso indagaste sus síntomas?.
Tu eres quien llevas el pico para reducirla a escombros.
Siéntate, no eres tu el que se afana por levantarla.
Y mira bien los lobos saciándose en sus estanques.

El pesimismo ya forma parte de tus palabras como por instinto,
cual cuervo que anuncia la ruina de las moradas
haciendo que su graznido sea oído por el mundo.
Esta es la verdad, y los enfermos de espíritu les hiere la verdad.
Se vislumbra el destello de una esperanza, guíate por su destello.

Tu vivir no seria estrecho si te afanaras por el y si su estrechez
dejaras de lamentar.
Pero te figuraste la enfermedad,
hasta que la imaginación al cuerpo pudo enfermar.
Y creíste que ya eras débil,
hasta que la debilidad en tus huesos se pudo instalar.
Al hombre le aterroriza la muerte si a la mortaja no deja de mirar.
EL MARTIR

Sonría, cuando el infortunio encoleriza.
Irrumpió, cuando el horror se desbordo.
Templados el valor y el animo,
firmes el corazón y el pie,
hizo caso omiso del padecimiento,
y el súbito dolor no le doblega.
Su alma esta a merced de su voluntad
que a otras voluntades anonadadas deja,
y en cuya mixtura se encuentran
huracanes y lavas,
mas junta lo revuelto e inmenso
con lo salido y descollante,
esta hecha del elemento del sacrificio
y de la esencia de la generosidad,
y es de la Justicia su ascua
cuyo calor a naciones liberes.

Por la senda de la grandeza caminaba
su morada en la eternidad avistaba
conseguirlo esposado o aniquilado, no le importaba,
presto a cumplir su empeño estaba.

Quizás la muerte le sorprenda
en la cárcel prisionero,
sin familia,
sin haber sido despedido ni llorado por un amado.
Quizás sea metido en tierra
hasta de su mortaja despojado
sin que sepamos si lo ocultan
sus cuencas o sus cúspides.
No importa donde su cuerpo esta
pues su nombre la eternidad llenar?.
Es el, el lucero guía
que se vislumbra en las tinieblas del desastre,
proyectando su luz en los ojos
que ya no concilian el sueño,
y arrojando fuego en los corazones,
que ya no conocen el rencor.

Que rostro mas resplandeciente,
que con decisión aborda la muerte.
Expira? enviando su melodía
que ya canta la gente:
"Soy de Días y de la patria"

¡VOSOTROS...!
Vosotros, los devotos patriotas.
Vosotros, los que cargáis con “la cuestión”.
Vosotros, los que obráis sin hablar...
¡ Bendiga Dios vuestros potentes brazos!
¿Cuántas ? “declaraciones” vuestras
valen por un ejercito Potente ,
¡con sus pertrechos bélicos a rastras !
¿Cuántos “congresos” vuestros nos devuelven
Un glorioso pasado de conquistas omeyas!
Con las floridas fiestas que se vienen,
El final del país esta a la puerta.
Reconocemos-sí- vuestros “favores”,
Pero un deseo en el alma aún nos late:
¿Ya que nos queda un trozo de país,
Sentaos , no sea que vuele, como el trozo de país,
Sentaos , no sea que vuele, como el resto!
MI PATRIA
Mi Patria
Mi Patria
gloria y belleza
sublimidad y delicadeza
están en tus colinas
Vida y liberación
placer y esperanza
están en tu atmósfera
Los verás?
Segura y confortable
sonora y honorable
Los verás?
En tu eminencia
alcanzando las estrellas
Mi Patria
Mi Patria
La juventud no se cansará
Su objetivo es tu independencia
0 ellos morirán
Nosotros beberemos
de la muerte
pero no esclavizaremos
a nuestros enemigos
Nosotros no queremos
una eterna humillación
tampoco una miserable vida
Nosotros no queremos
Pero regresaremos
Nuestra gran gloria
Mi Patria
Mi Patria
La espada y la pluma
son nuestros símbolos
No reprendemos
tampoco reñimos
Nuestra gloria y acuerdo
y un deber a cumplir
nos agita
Nuestro honor
es una honorable causa
una bandera levantada
0, tu belleza
en tu eminencia
victoriosa sobre tus enemigos
Mi Patria
Mi Patria

IBRAHIM TUQAN

No lloraré

A las puertas de Yafa
Amigos míos,
y entre el caos de escombros
de las casas,
entre la desnutrición
y las espinas, dije a los ojos,
quieta:
deteneos... Lloremos
sobre las ruinas
de quienes se han marchado
abandonándolas.
La casa está llamando a quien
la edificó
La casa está dando
el pésame por él.
Y el corazón, deshecho gime
y dice:
¿Qué te han hecho los días?
¿Dónde están los que antes te
habitaban?
¿Has sabido de ellos?
¿Has sabido tras su partida?
Aquí soñaron, aquí estuvieron
y trazaron los planes
del mañana.
Más, ¿Dónde están los sueños
y el mañana?
Y, ¿Dónde, dónde ellos?

¿Cómo van a aplastarme
las heridas?
¿Cómo podrá aplastarme
la desesperación?
¿Cómo voy a llorar
ante vosotros?...
Juro, a partir de hoy no llorar.

¡Amadísimos míos!:
El alazán del pueblo ha superado
el tropiezo de ayer,
y tras el río, los héroes
se yerguen.
Escuchad muy atentos,
que el alazán relincha
Confiado en su asalto;
que ya escapa al asedio de la
oscura desgracia,
y corre hacia su puesto
sobre el sol;
mientras compactos grupos
de jinetes
le bendicen y juran devoción
le rocían con humo de limpias
cornalinas,
con sangre de corales,
le dan de sus despojos
copiosísima alfalfa,
y le aclaman, lanzando:

¡Corre al ojo del sol!
¡Corre al ojo del sol!
¡Corre, alazán del pueblo!
Que tú eres la señal
y el estandarte,
y nosotros la cohorte que te
sigue.
Ya no puede pararse la marea,
La pasión y la ira;
ya no puede caer en nuestras
Frentes;
sin luchar, el cansancio;
ni quedaremos quietos,
hasta ver expulsados
a fantasmas y sombras
FADWA TUQAN
La Partida

En este momento de partida
apunta tus flechas rojas
desarma al relámpago
y abre amplia
la puerta de mi exilio
Cierra el rostro abierto del cielo
y cabalga la distancia
Yo añoro tan profundamente
que las orillas abran sus mares
y que los caballos se desboquen
Ahora yo llevaré los caminos y
las palmeras en mi maleta
Yo veré mis lagrimas
en los diarios de la tarde
y sellaré las estaciones
Comencemos nuestra canción
Aquí está Beirut que te lleva
Como sus propias ropas
tu debes acomodarte bien en la
superficie de su gloria
abandonando las lágrimas.
En su azul espuma.
Ella te contiene
como la eternidad
como el sentido del inicio que
llega con la certeza
¿Cómo puedes estar muerto y
sin embargo tan absolutamente
presente?
Dejemos que los ríos
abandonen sus cielos
y que los mares se sequen
todo en el Universo tiene un fin
excepto mi sangre derramada
Cada vez que yo pienso en ello
tu permaneces tan grande
como tu muerte
Los aviones de guerra te escogen,
te descubren,
plantan su oscuridad en ti.
De todas esas últimas visiones
Nubladas
¿Cómo tu comenzarás la
Historia de la cosecha
los aviones de guerra
te seleccionan
al inicio de tu sueño,
al final de tu sueño
¿Con cuanta frecuencia explotó
sobre ti el cielo con odio?
¿Con cuanta frecuencia fuiste
tú apartado?
¿A cuanta masacre sobreviviste?
Ahora tu reúnes todas las heridas
refugiándote en la muerte,
llevando los sueños como alas.
MAY SAYIGH
EL MÁRTIR
Yo llevaré mi alma en mi mano
Y la tiraré en los valles de la muerte
Es o una vida que hace feliz a un amigo
o una muerte que hace enojara un enemigo
El alma del hombre noble tiene dos metas
o morir o lograr sus sueños
Qué es la vida si no vivo
temeroso y que yo he prohibido
a otros
Cuando yo hablo,
todo el mundo escucha
y mi voz resuena entre la gente
Veo mi muerte, pero corro
hacia ella
Es la muerte de los hombres
Y quien tenga deseos de una
muerte honrada
Entonces ésta es
Como soy paciente
con el rencor
¿ y con todo este sufrimiento?
Es por el miedo?
Mientras la vida no tenga valor
¡para mí!
¿ o humillación?! Mientras sea
rebelde!
Yo tiraré mi corazón a la cara
de mis enemigos
Y mi corazón es hierro y fuego!
Yo protegeré mi tierra con
el borde de la espada
de manera que mi gente sabrá
que yo soy el hombre
ABDELRAHIM MAHMOUD

LA HISTORIA
Te contaré una historia
Una historia que vivió en los
sueños de la gente..
Una historia que salió del
mundo de las tiendas
de campaña
Hecha por el hambre,
y decorada por las,
noches oscuras en mi país,
y mi país es un puñado
de refugiados..
Cada veinte de ellos tienen una
libra de harina...
y promesas de alivio..
regalos y paquetes
Es la historia del sufrimiento
de un colectivo
que aguantó el hambre durante
diez años
entre rasgaduras y agonía..
entre privación y añoranza..
Es la historia de un pueblo que
fue engañado
Que fue tirado
en los laberintos de los años
Pero ellos desafiaron
y aguantaron
desvestidos y unidos
Y fueron a encender, desde las
tiendas de campaña,
la revolución del regreso en el
mundo de la oscuridad
KAMAL NASIR

UN ESPEJO
Un espejo
Dos caras surgen
en la catástrofe
mi padre y su caballo;
una pequeña luna
que capturamos
sobre nuestra casa.
Si solo podremos recobrar
nuestra niñez
aprisionaremos esa luna un
rato entre nuestras manos
y cuando nuestro corazón
opine, la dejaremos volar lejos
Un incidente
Vi una mano ondulando por el río,
se estremeció antes
de desaparecer,
quitó algo -un rastro luminoso
de aire, el perfume de clavel.
Los dedos continuaron jugando,
ondeando, dibujando palabras
desesperadas
sobre la superficie,
creció cansada, y se fue abajo.
Cómo nos regocijamos asimismo
mientras debajo del agua,
hay bosques de deseos hundidos
la provincia de los perdedores.
GHASSAN ZAQTAN
VISITANTES
Visitantes del Amanecer
En las entradas de las capitales,
yo le encontré distraído y triste,
un hombre con la figura tan
preocupada que se sobrecargó
como un ciprés,
inclinándose y silencioso,
a pesar de los vientos que lo
agitaron
cuchicheando por las noches,
pero él no responderá al viento.
En las puertas de las capitales
yo no puedo nombrarlas
pero canto sus nombres árabes
cuando los problemas reinan.
Llamo a las capitales cuando
las balas masacran
a los niños de mi gente.
Les llamo, grito, pero nadie
contesta.
Ellos han viajado por todo el
oeste, y el norte.
Deseo que vengan al Este. Deseo
que vengan los protagonistas del
exilio, sirvientes de extranjeros.
En el tiempo de cosecha ellos
cantaron bajo los pinos
pero ninguna cosecha fue para
ellos sino para aquellos hombres
de corazón duro que poseen la
tierra del exiliado.
No me sepultan en ninguna capital árabe,
todos ellos me han
torturado durante mucho tiempo,
no dándome más que muerte,
sufrimiento, pobreza
y martirio a los vecinos de mi
sepultura.
Aquellos nuevos compatriotas,
por siempre extranjeros es
compatriota en el extranjero.
No, no me entierran en ninguna
capital árabe
en el perdón de esta prueba!
En la puerta de las capitales le encontré
su cabeza se inclinó para siempre
inmortal como la tierra
de Hebrón,
orgulloso como las montañas
de Safad.
Él fue suave como el vino viejo
cuando está dentro del cuerpo.
Yo he tentado a las estrella,
a acompañar su bella salida.
una estrella le guarda, y una
doncella linda cuida de él para siempre
IZZIDIN AL-MANASRA

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